Urticaria por frío: qué es y cómo tratarla
Las alergias son variadas en el mundo y entre las personas. Hay alérgicos al polen, a los ácaros, a sustancias químicas presentes en los medicamentos y a materiales empleados en la ropa. Pero también existe la urticaria por frío, que resulta ser una variante de la alergia a las bajas temperaturas.
La manifestación más grave de esta condición es la anafilaxia, cuando la cascada inflamatoria alérgica se exacerba demasiado y se corre riesgo vital. De todas maneras, el cuadro más frecuente es leve y se manifiesta con cambios cutáneos que describiremos en el artículo.
También es cierto que muchas veces se resuelve sin necesidad de intervención médica. De todas maneras, una consulta oportuna puede ponernos en el camino correcto para prevenir recaídas o futuras apariciones de las reacciones.
¿Por qué sucede la urticaria por frío?
No está clara la etiopatogenia de la urticaria por frío. Es decir, la ciencia no ha podido explicar por completo los mecanismos que subyacen a la reacción alérgica en cuestión.
Sí se sabe que es eso: una alergia. La sustancia mediadora de los signos es la histamina, la que es liberada por el sistema inmune ante la exposición a temperaturas bajas. Pero siguiendo en el terreno de lo desconocido, aún no se ha establecido un mínimo o un rango de valores que dé cuenta del límite que genera el problema.
Algunos pacientes tienen los cambios cutáneos con temperaturas que no son de frío extremo, mientras otros los comienzan a padecer en las cercanías de los 0 grados centígrados. Por otro lado, parte del fenómeno se explica ante los cambios bruscos entre calor y frío, por ejemplo cuando nos sumergimos en una pileta.
La liberación de histamina sucedería por una hipersensibilidad. Esto significa que ciertos receptores de la piel actuarían en demasía, enviando señales inoportunas para generar inflamación.
Factores de riesgo para la urticaria por frío
Aunque las causas no estén claras, esta enfermedad tiene factores de riesgo conocidos. Hay personas que son más susceptibles a padecer la urticaria y deberían tomar recaudos específicos para protegerse de las bajas temperaturas.
Se ha barajado la posibilidad de la intervención de la herencia genética. Sin embargo, muchos casos no tienen antecedentes familiares ni existen en el árbol genealógico registros de anafilaxia previa.
Los pacientes con patologías autoinmunes están en mayor riesgo, ya que su sistema inmunitario se encuentra activado de alguna forma. Los fenómenos de respuesta a la temperatura representan, a veces, un síntoma más.
Las investigaciones al respecto han vinculado a ciertos virus con el padecimiento. Tal es el caso de la mononucleosis, las hepatitis y la varicela.
Síntomas de la urticaria por frío
Podríamos clasificar los cuadros clínicos de la urticaria por frío en dos grandes grupos: los leves y los severos. Como veremos a continuación, los primeros son signos que tenderán a desaparecer casi siempre, mientras que los segundos requerirán atención hospitalaria para salvar la vida.
Los cuadros leves se manifiestan de la siguiente manera:
- Erupción de la piel: con picazón en la zona que se pone roja y cambio de color tras la exposición al frío.
- Edema: la acumulación de líquido en la zona con hinchazón, casi siempre en el sector que cambió de color.
- Sensación urente: algunos pacientes refieren quemazón o calor insoportable en la piel. Esto podría explicarse por la histamina y los cambios inflamatorios.
- Cansancio y fatiga: es una percepción muy subjetiva, aunque se asociaría a dolores de cabeza y dolores articulares.
- Fiebre: en menor medida, la temperatura general se eleva. Nuevamente, la explicación es el proceso inflamatorio.
Es posible que un paciente con urticaria por frío no requiera medicamentos ni abordajes especiales si sus síntomas son los que listamos recién. Pero en la otra mano, si aparecen los siguientes signos se hace ineludible una atención profesional:
- Disnea: es el término para la falta de aire. Denota obstrucción de la vía aérea.
- Lengua hinchada: en la anafilaxia se puede obstruir el aparato respiratorio y el digestivo por una lengua aumentada de tamaño que se inflamó en exceso.
- Arritmias: los cambios en el ritmo cardíaco son capaces de detonar eventos cardiovasculares.
- Hipotensión: la caída en los valores de la presión arterial es la antesala del shock.
¿Cuánto tardan en aparecer los síntomas?
Distinta a la clasificación según gravedad, también podemos catalogar la urticaria por frío según el tiempo que pasa entre la exposición a la baja temperatura y los primeros signos. Tenemos, entonces, reacciones rápidas y demoradas.
Las rápidas hacen su aparición a los pocos minutos de la exposición. El paciente puede haberse sumergido en una pileta con agua fría o haber pasado frente a un aire acondicionado para hincharse a los 5 minutos, casi de inmediato.
Las reacciones más lentas pueden demorarse horas o días. Del mismo modo, su capacidad de resolverse por sí solas también sigue el mismo camino de lentitud.
Diagnóstico
Es difícil establecer una prueba complementaria que resulte el gold standard para determinar la existencia de la urticaria por frío. Con esta expresión en inglés nos referimos a un método que sea lo suficientemente sensible como para no errar en la predicción.
De manera tradicional existe la prueba del frío local. El profesional aplica un objeto con baja temperatura en una zona de la piel y espera para ver las reacciones en el sitio. La hinchazón, el cambio de coloración o un dolor exquisito denotarían un resultado positivo.
El problema es que no hay seguridad de que exista una reacción inmediata ni tampoco se puede establecer la gravedad. Aún así, solicitar laboratorios de rutina puede resultar infructuoso, ya que ninguna serología ni analítica sanguínea es puntual para el hecho.
Diagnósticos diferenciales
Los síntomas de la urticaria por frío son muy parecidos a los de otras condiciones médicas que se relacionan a enfermedades autoinmunes. Por eso planteamos antes que el padecimiento de patologías del sistema inmunitario predispone a este trastorno.
- El fenómeno de Raynaud es, quizás, el más evidente. Esta es una reacción vascular, en general de los dedos, que se hinchan y cambian de color por una vasoconstricción intensa ante la exposición al frío. Al interrumpirse la circulación, las extremidades se ponen azules y duelen. Es común el caso de las mujeres con artritis reumatoide que lo padecen al sumergir las manos en agua fría para lavar.
- El otro diagnóstico diferencial es la enfermedad de las crioaglutininas. En esta rara patología el mecanismo subyacente es el ataque autoinmune contra las células sanguíneas por la exposición al frío, lo que destruye los glóbulos rojos, generando anemia hemolítica.
¿Se puede tratar?
El tratamiento de la urticaria por frío no es para las causas. No hay manera de tomar un medicamento o realizar una cirugía que solucione la situación de fondo. Lo que sí se puede hacer es controlar la reacción.
Para ello se emplean antialérgicos. La primera opción son los antihistamínicos, como la loratadina. Reducen la liberación de histamina para que las reacciones alérgicas se detengan. La segunda línea son los corticoides y, en caso de no responder, se están empleando protocolos con anticuerpos monoclonales, según informan los estudios recientes. Estos últimos son de alto costo y se reservan para cuadros graves y recurrentes.
Los pacientes con tendencia a recaer o que ya han sufrido anafilaxia deben cargar consigo epinefrina inyectable. De esta manera se aseguran de disponer de un fármaco de acción rápida que puede salvarles la vida ante una reacción desmedida en cualquier momento, sobre todo si están lejos de un centro de salud.
¿Se puede prevenir la urticaria por frío?
Como cabe esperar, la prevención de la urticaria por frío se enfocará en reducir la exposición al alérgeno en cuestión, que en este caso es la baja temperatura. El uso de ropa adecuada en los meses invernales es prudente para los pacientes, así como extremar esta protección con telas especiales aislantes.
La temperatura del agua de la ducha y de la que se emplea para la limpieza es otro tópico clave. Revisar con cuidado antes de sumergir las manos o todo el cuerpo debe volverse una rutina. Las comidas heladas pueden ser detonantes, por lo que no deberían colocarse hielos en las bebidas ni ingerir congelados.
En casos puntuales, los profesionales de la salud pueden plantear el uso de un antialérgico antes de situaciones puntuales que se sabe que generarán frío. Lo usual es prescribir un antihistamínico.
De todas maneras, son los médicos quienes deben establecer el diagnóstico definitivo y recomendar la mejor manera de prevenir los ataques. El autodiagnóstico puede llevar al error y, peor aún, a subvalorar una condición que reviste peligro.
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