Los tipos de dolor de la fibromialgia

El dolor de la fibromialgia no es único. Esto quiere decir que no todos los pacientes presentan el mismo cuadro clínico. Este abanico de presentación se presta a la confusión con otras patologías.
Los tipos de dolor de la fibromialgia
Leonardo Biolatto

Revisado y aprobado por el médico Leonardo Biolatto.

Última actualización: 29 junio, 2021

Aunque la fibromialgia es una enfermedad que puede producir diversos síntomas, solemos asociarla sobre todo con la sensación de fatiga persistente y dolor crónico. Casi siempre este último lo entendemos como un malestar generalizado. Pero, ¿es esta la única forma de comprenderlo o más bien se podría hablar de varios tipos de dolor de la fibromialgia?

Vivir con dolor crónico no es es una experiencia agradable. A menudo, se puede tornar tan incómodo que puede llegar a dificultar la rutina. Sin embargo, la información es una herramienta muy valiosa a la hora de sobrellevarlo y no autoimponerse más barreras de las que ya existen.

Esto quiere decir que, además de tener en cuenta que el dolor va y viene, a veces se mitiga y otras se intensifica por diversos factores internos y externos. Es útil conocer sus distintas maneras de manifestarse.

Además de la duración, existen muchas diferencias entre el dolor agudo y crónico. Sobre esto, el Dr. Jaime Rivera, reumatólogo y especialista en fibromialgia, explica que los circuitos por los que el dolor se extiende por el cuerpo son los mismos. Sin embargo, en la forma aguda la respuesta es más lógica y esperable. Es decir, la reacción a un estímulo es proporcionada, sin excesos

En el dolor crónico, en cambio, los circuitos no están funcionando como deberían. En lugar de finalizar el dolor cuando se reparó el daño, el mismo persiste con una respuesta inadecuada y perdurable en el tiempo.

Debido a que estamos ante una enfermedad que aún se sigue estudiando, no existen clasificaciones inamovibles. Por ello mismo, se pueden encontrar diferentes listas con un número de tipos de dolor de la fibromialgia variable. No obstante, los siguientes son los que más predominan.

Hiperalgesia

Tal y como se indica en el Diccionario de Cáncer de los National Institutes of Health, la hiperalgesia es un aumento de la sensibilidad al dolor y reacción extrema al mismo. El término se compone por el prefijo hiper, que hace referencia a su carácter excesivo y extremo, y algesia, que hace referencia al dolor en sí.

En la hiperalgesia, el cerebro hace que el dolor sea sumamente intenso. Uno de los objetivos más importantes del tratamiento de la fibromialgia es aliviarla para fomentar una mejor calidad de vida.

Dolor muscular en el cuello por fibromialgia.
La hiperalgesia describe la reacción dolorosa inadecuada y perdurable en el tiempo de la fibromialgia.

Dolor muscular generalizado

El dolor muscular difuso y generalizado, que no se alivia con descanso y que hace que la persona se sienta “achacosa”, es otro de los tipos de dolor de la fibromialgia más comunes. También se le conoce como dolor miofascial.

Además de comenzar en un punto del cuerpo y luego irradiarse hasta abarcar múltiples zonas de la parte superior e inferior, se caracteriza por ser punzante. Incluso se han identificado puntos gatillo, que corresponden a sitios del organismo en los que la presión externa desencadena la sensación.

Dolor en las articulaciones

El dolor sordo, persistente, que abarca la zona de la mandíbula y ambos lados de la cabeza, y que puede irradiarse hacia el cuello y los hombros es otro de los tipos de dolor de la fibromialgia.

Desde la Fundación Española de Reumatología se aclara que la fibromialgia se caracteriza por dolor musculoesquelético generalizado y sensación dolorosa a la presión en unos puntos específicos (puntos dolorosos o gatillos). Sin embargo, la similitud con dolencias originadas en las articulaciones no debe confundir con patologías articulares.

Alodinia

El término alodinia se usa para designar a esos dolores que son desproporcionados al estímulo que parece provocarlos y que, normalmente, no causarían ninguna molestia. Por ejemplo, el roce con un objeto caliente o la presión de una prenda de ropa. Se suele describir como una sensación de quemazón.

Dolor neuropático

Cuando la sensación de hormigueo, ardor o picazón (en los brazos o las piernas, por ejemplo) resulta dolorosa, entonces se habla de dolor neuropático. El tratamiento de la fibromialgia también ayuda a aliviar esta molestia.

Dolores de cabeza

Los expertos de la Sociedad Española de Medicina Interna exponen que la fibromialgia asocia otras alteraciones del sistema nervioso, como los problemas de sueño y el dolor de cabeza (jaqueca). Este no siempre es fácil de clasificar como migraña o como cefalea.

De acuerdo con un estudio publicado en la revista Elsevier, el 48,7 % de los pacientes con fibromialgia que referían tener dolor de cabeza lo presentaba 15 o más días al mes. Esto es una cantidad nada despreciable de días de afectación.

Entre ellos, hasta el 37,5 % habían sido diagnosticados con migraña, aunque el trastorno de base era la fibromialgia. Por otro lado, un 44,3 % refería cefaleas tensionales.

Dolor abdominal y pélvico

El dolor abdominal y pélvico también forma parte de la lista de los tipos de dolor de la fibromialgia, dado que esta enfermedad puede causar molestias gastrointestinales muy variadas, que abarcan desde el síndrome del intestino irritable y el reflujo ácido, hasta cólicos e incluso problemas en la zona de la vejiga.

Dolor abdominal por fibromialgia.
El dolor abdominal en la fibromialgia puede confundirse con otros padecimientos propios del aparato digestivo, sin que sea ese el origen real.

Enfrentar los distintos tipos de dolor de la fibromialgia

Aunque los diferentes tipos de dolor de la fibromialgia puedan presentarse aislados o en conjunto, recuerda que siguiendo las pautas de tu médico tratante y procurando mantener un estilo de vida saludable podrás mitigar su impacto. Por otro lado, no olvides que el diagnóstico de la fibromialgia no es una sentencia de sedentarismo.

Puedes hacer ejercicios suaves y combinarlos con prácticas que te ayuden a sentirte bien de manera integral, como el mindfulness y el yoga. Cada vez existen más alternativas para hacer frente a un trastorno que es capaz de multiplicar sus dolencias.




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