Síntomas de las alergias
Los síntomas de las alergias son muy variados porque hay distintas patologías que se encuentran dentro de esta categoría. Tanto una dermatitis de contacto como el asma alérgico pueden considerarse aquí, aunque no será lo mismo una erupción cutánea que una tos persistente con expectoración.
Tal es así que conviene separar las causas etiológicas para describir los síntomas de las alergias. En ese sentido, recorreremos algunos de los cuadros clínicos más frecuentes para enumerar los signos que hacen evidente cada padecimiento.
Lo que sí tienen en común todos es que resultan de la respuesta inadecuada del sistema inmune a una sustancia en particular, considerada alérgeno. En condiciones normales, la sustancia no debería ocasionar ningún síntoma, pero en personas sensibles se desatan una serie de procesos que acaban en las molestias.
En los casos más severos hay episodios que ponen en riesgo la vida. No es lo más frecuente, pero estamos hablando de la anafilaxia. Son extremos de las reacciones inmunes que provocan cierre de las vías respiratorias, aumento de la frecuencia cardíaca y estado de choque.
Síntomas de la alergia en la dermatitis atópica
La dermatitis atópica es una enfermedad dermatológica en la que la piel reacciona ante un alérgeno que la contacta. También conocida como dermatitis de contacto o eccema en alguna de sus presentaciones, es frecuente entre los niños.
Los síntomas característicos se presentan en la zona de la piel afectada y se constituyen con eritema y prurito. El eritema es una coloración rojiza de la epidermis que se explica por la mayor circulación sanguínea, la que sucede para llevar células de la serie blanca a la región. Y es que el sistema inmune asume que está combatiendo un agente extraño peligroso, aunque en realidad es muy probable que no lo sea.
Por otro lado, la picazón o prurito se explica desde la liberación de sustancias dentro de la piel que estimulan receptores nerviosos. Una de las sustancias más implicadas es la histamina.
El sitio de localización varía. Es frecuente que haya dermatitis atópica en el rostro, en el cuero cabelludo y en la espalda. A medida que los niños crecen se hace más habitual en los alrededores de las articulaciones, como las rodillas y los codos.
Rinitis
La rinitis no siempre es alérgica, pero una de sus presentaciones sí lo es. Se trata de una reacción desmedida del sistema inmune en la zona nasal, precisamente en la mucosa, en respuesta a algún alérgeno del ambiente que ingresa a la nariz.
Es muy habitual que siga un patrón estacional, es decir, que se exacerben los síntomas de la alergia en épocas como el invierno o la primavera. Esto se relaciona con la mayor presencia en el aire de sustancias que estimulan la liberación de histamina y la producción de mucosidad, como puede ser el polen.
Los signos más evidentes de este cuadro clínico son los estornudos, la picazón nasal y la rinorrea. Esta última es la salida de un líquido claro, casi sin viscosidad, por las fosas nasales. Es parte de la supuesta defensa que el organismo interpreta que debe hacer para defenderse.
Todo esto tiene como base la acumulación de más sangre en la mucosa nasal. Bajo el mismo principio de llegada de glóbulos blancos a la región, los vasos sanguíneos incrementan su volumen provocando hiperemia, es decir, congestión del tejido.
En los casos más graves y severos de rinitis, así como en los niños, los ojos son partícipes de los síntomas de alergia. Hay pacientes que presentan conjuntivitis con acumulación de lagañas en las pestañas y coloración rojiza en los párpados. Esto no afecta la visión en sí, aunque favorece el hábito del rascado, lo que puede lastimar el globo ocular.
Alergias alimentarias
Los síntomas de las alergias alimentarias son variados y múltiples porque aquí incluimos a muchos productos y alimentos, así como a todas las partes del cuerpo. No solo el aparato digestivo es el afectado. De hecho, es habitual que la piel manifiesta las reacciones producidas en el intestino.
Tanto niños como adultos pueden padecerlas. En la infancia se asocian, a veces, con el primer contacto de la persona con un determinado producto. Esto no significa que la reacción se perpetúe. Puede ser una cuestión de inmadurez y, con el paso de los meses y años, esa alergia desaparece.
En cuanto al tiempo de aparición de los síntomas, también hay mucha variabilidad. Algunos alimentos provocan en ciertos pacientes un evento inmediato de reacción, mientras que en otros pasan días hasta la primera manifestación.
En la piel, los síntomas más frecuentes de alergias alimentarias son la urticaria, el eccema, las ampollas, la elevación de la piel con coloración rojiza y el prurito. A veces, este complejo de signos se prolonga por casi un mes, desapareciendo progresivamente sin que haga falta instaurar ningún tratamiento.
El aparato digestivo reacciona con náuseas, vómitos y diarrea cuando hay una alergia alimentaria. Esto puede ser muy similar a una intoxicación por alimentos, aunque no es lo mismo. En la primera se trata del sistema inmune reaccionando, pero en la segunda hay una intolerancia o una infección a causa de un microorganismo.
De todos modos, a los fines prácticos puede no ser posible hacer la distinción. Una persona con 24 horas de vómitos y náuseas por una alergia o por una intoxicación no necesariamente llegue a un diagnóstico. El cuadro se resuelve por sí solo y no se prescriben métodos complementarios para determinar la causa.
El síndrome más grave de las alergias: la anafilaxia
La anafilaxia es un síndrome. Se trata de un conjunto de síntomas y signos que pueden responder a causas diversas. En este caso, una alergia llevada al extremo por el sistema inmune acaba poniendo en riesgo la vida.
Un paciente puede tener un cuadro anafiláctico en su primer encuentro con un alérgeno, o sensibilizarse a través del tiempo con reacciones cada vez más intensas, hasta desembocar en un estado de choque. Por eso es importante identificar las alergias existentes para limitar la exposición y no aumentar el riesgo de este síndrome.
En este caso, los síntomas son graves e incluyen lo siguiente:
- Cierre de la vía respiratoria.
- Disnea o falta de aire.
- Hipotensión.
- Mareos y desvanecimiento.
- Aumento de la frecuencia cardíaca o taquicardia.
- Hinchazón de la lengua y la faringe.
- Vómitos.
Entre los síntomas de las alergias, la anafilaxia necesita acción urgente. Hay que poner de inmediato en marcha el mecanismo de alerta y contactar con un ambulancia para que el afectado reciba atención profesional.
El particular caso del asma alérgica
Un cuadro especial dentro del asma es aquel que tiene origen alérgico. Esta condición pulmonar se caracteriza por el estrechamiento de las vías pulmonares. En muchas ocasiones no hay una etiología clara, pero sí se pueden identificar factores de riesgo o situaciones que exacerban los síntomas.
La particularidad de la versión alérgica es que se pueden determinar qué sustancias llevan a los síntomas, es decir, qué alérgenos originan una serie de signos que son clásicos. Aunque se siguen estudiando los vínculos entre asma y alergia, se está de acuerdo en que los signos habituales son los siguientes:
- Sibilancias: es un sonido agudo al respirar que ocurre por el paso del aire por un conducto bronquial estrechado.
- Tos: la tos del asma alérgica suele ser seca, con muy poca expectoración. Aparece tras la exposición inmediata al agente causal, como puede ser el ejercicio o el frío.
- Disnea: la falta de aire se explica por los síntomas alérgicos anteriores. Al ingresar menos aire y al haber tos, es esperable que el paciente sienta que no es suficiente su movimiento respiratorio.
Los síntomas de las alergias son avisos
La mayoría de las veces, los síntomas de las alergias son avisos de que algo anda mal, que el sistema inmunitario reacciona de más y que se deben tomar las precauciones necesarias para no avanzar hacia una anafilaxia. Por eso es importante la consulta si aparecen los signos antes mencionados.
A veces el profesional idóneo será un dermatólogo y otras veces un neumonólogo. En las situaciones de duda es preferible un alergólogo que podrá indicar un test de alérgenos para descifrar el agente causal. De todos modos, la decisión de efectuar una visita al médico es ineludible.
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