¿Qué es la septicemia por salmonela?
La septicemia por salmonela es un proceso por el que las bacterias pasan a la sangre y causan una respuesta inflamatoria a nivel sistémico que pone en riesgo la salud. Es importante tratar de evitar esta condición, ya que complica mucho el manejo de la patología y el pronóstico.
De todos modos, cabe destacar que es poco habitual en las personas que cuentan con un sistema inmunitario competente. Eso sí, en los enfermos de VIH o en las poblaciones inmunodeprimidas se incrementa el riesgo.
Método de transmisión de la salmonela
La salmonela es una de las enfermedades transmitidas por alimentos más frecuentes a nivel mundial. Las bacterias que la provocan suelen encontrarse en las heces de los animales, aunque también pueden hallarse en el plumaje o en el pelo de los mismos.
A través del contacto directo con otros seres vivos o por medio de la ingestión de productos cárnicos y derivados contaminados se puede desarrollar la patología en los humanos. Así lo evidencia un estudio publicado en la revista Food Microbiology.
Ahora bien, estos microorganismos también se pueden encontrar en las aguas contaminadas o en las superficies de los vegetales que han entrado en contacto con heces de animales. Por este motivo, es importante guardar las medidas de higiene y evitar el consumo de alimentos de dudosa procedencia o que no han sido lavados.
Síntomas de la septicemia inducida por salmonela
Como comentamos, la septicemia es poco frecuente, pero resulta una complicación severa de la patología. De acuerdo con un estudio publicado en la revista Journal of Laboratory Physicians, se genera una respuesta inflamatoria así como un incremento en el estrés sistémico mediado por las células de la serie blanca.
En este caso, no solo se desarrollan síntomas a nivel gastrointestinal, sino que también puede haber fiebre alta, incremento de la frecuencia cardíaca, hipertensión y confusión. El mayor peligro es que se desarrolle un shock.
Diagnóstico
Para llegar a un diagnóstico preciso de la septicemia por salmonela hay que acudir a un profesional sanitario. Se realizarán dos pruebas. Por una parte, un cultivo de heces para observar si existe sobrecrecimiento bacteriano de las cepas patógenas que causan la salmonela. En dicho caso se confirma la infección por el microorganismo.
Lo siguiente que es necesario comprobar es si existe un paso a la sangre de las bacterias. Para ello es preciso realizar una analítica de suero. Si se detectan bacterias en el fluido a partir de una técnica PCR se podría confirmar que se ha desarrollado el proceso de septicemia.
Además, en estos casos se suelen analizar otros marcadores bioquímicos presentes en la sangre. Es importante comprobar la función hepática por medio de las transaminasas, para corroborar que el estado inflamatorio no afectó de manera determinante a este órgano.
Asimismo, se puede realizar una comprobación de los triglicéridos en sangre para evaluar si el proceso generado por la septicemia puede conllevar un incremento del riesgo cardiovascular. En los casos en los que hay fiebre elevada siempre se tiene cierto cuidado con las afecciones cardíacas, ya que podrían agravarse.
En las personas procedentes de colectivos de riesgo puede ser necesario evaluar la función renal. No obstante, hay que destacar que si el sistema inmunitario es competente no es frecuente que se produzca este problema. Se sugiere que, en realidad, podría estar determinado por una microbiota ineficiente, lo que facilitaría que las bacterias superen la barrera y alcancen la circulación.
Tratamiento de la septicemia por salmonela
Lo habitual es tratar la septicemia provocada por salmonela con un antibiótico de amplio espectro que se administrará vía intravenosa. Es importante actuar rápido tras el diagnóstico para impedir la progresión de la infección.
Se establece una duración del tratamiento de entre 7 y 10 días, según la severidad de los síntomas y de la colonización por parte del patógeno. No obstante, pueden ser necesarios otros fármacos para contribuir a la mejoría, como los antieméticos. Esto es por el riesgo de deshidratación.
De hecho, la deshidratación es uno de los peligros más evidentes en la infección por salmonela. Se trata de un proceso que puede afectar de forma determinante al rendimiento cognitivo, tal y como afirma un estudio publicado en la revista Medicine and Science in Sports and Exercise.
En los niños y en los bebés se incrementa todavía más este riesgo, por lo que en ocasiones puede ser necesario completar el aporte hídrico por medio de la infusión intravenosa, para evitar el rechazo a los alimentos y los vómitos. Con esta estrategia se reducen las posibles complicaciones.
No obstante, existe un problema en el tratamiento de la septicemia por medio de los antibióticos. Y es que algunas de las cepas de la bacteria que causan la salmonela han desarrollado resistencias a estos fármacos, según una investigación publicada en Microbial Genomics.
Esta condición obliga a utilizar antibióticos de última generación, con un mayor número de efectos secundarios. Hay que tener en cuenta que estos fármacos también atacan a las bacterias beneficiosas que conforman la microbiota. Por este motivo, podría ser útil ingerir un probiótico de forma conjunta.
Prevención de la septicemia causada por salmonela
Para la prevención de la septicemia causada por salmonela es necesario extremar las medidas higiénicas, sobre todo en lo que a manipulación de alimentos se refiere. Es importante lavar las manos antes y después de entrar en contacto con alimentos crudos que presenten riesgo microbiológico, como las carnes de ave.
Asimismo, siempre resulta conveniente utilizar utensilios distintos para la manipulación de ingredientes crudos y cocinados, reduciendo las probabilidades de contaminaciones cruzadas. Es determinante garantizar una buena cocción interna de las carnes de ave y de los huevos.
También hay que tomar precauciones a la hora de entrar en contacto con animales. Los grupos de riesgo (menores de 5 años y mayores de 65) no deberían acercarse demasiado a los anfibios o a los reptiles. También han de tener cuidado con las aves, sus plumajes y pelo.
En el caso de las personas que cuentan con explotaciones ganaderas o avícolas en casa, también resultará óptimo estandarizar ciertos procesos. La recolección de los huevos ha de realizarse de forma diaria y, en la medida de lo posible, habrá que higienizar a los animales y los lugares en los que habitan.
Complicaciones
En los casos más extremos de septicemia por salmonela puede producirse un shock tóxico, sobre todo cuando las bacterias liberan una serie de toxinas que resultan perjudiciales para el organismo. No obstante, la mayor parte de las cepas de microorganismos que generan la enfermedad no cuentan con dicha capacidad.
Por lo tanto, entre las complicaciones más frecuentes se destacan las siguientes:
- Reducción del flujo sanguíneo que irriga a los principales órganos del cuerpo humano.
- Incremento de la frecuencia cardíaca (taquicardia) para compensar las disminuciones de flujo.
- Aumento de la secreción de ácido láctico por parte de los tejidos a la circulación, lo que puede generar un proceso de acidosis.
- Incapacidad de los riñones para excretar orina o insuficiencia renal.
- Edema general causada por la filtración de los líquidos desde la sangre hasta los tejidos.
- Problemas en la función pulmonar.
Factores de riesgo para la septicemia
No todo el mundo cuenta con el mismo riesgo de desarrollar septicemia. Existen una serie de colectivos más propensos a sufrir este problema, entre los que se cuentan los siguientes:
- Menores de 5 años.
- Mayores de 65 años.
- Mujeres embarazadas.
- Personas con patologías crónicas, como la cirrosis.
- Pacientes medicados con fármacos que comprometen la función del sistema inmunitario.
Cuando existe un sobrecrecimiento bacteriano resistente a los antibióticos también se ve incrementado el riesgo de septicemia. Esto es un problema creciente de salud pública, ya que se ha demostrado que cada vez más cepas de microorganismos son resistentes a los fármacos actuales.
Septicemia por salmonela, un problema de salud grave
No son frecuentes los casos de septicemia por salmonela, aunque suelen contar con cierta gravedad. Si la patología responde bien al fármaco puede resolverse en un periodo de 10 días. Sin embargo, es posible que se hayan generado ciertas resistencias que compliquen el proceso.
Por otra parte, hay que tener en cuenta que en los grupos poblacionales de riesgo se pueden experimentar otros problemas que dificulten el tratamiento. Si se cuenta con un sistema inmunitario poco competente se tarda más en resolver la infección.
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