Salud bucodental y demencias: ¿cómo se relacionan?

Entre los adultos mayores, la periodontitis y la enfermedad de Alzheimer son muy prevalentes. ¿Existe un vínculo entre ambos trastornos?
Salud bucodental y demencias: ¿cómo se relacionan?
Vanesa Evangelina Buffa

Escrito y verificado por la odontóloga Vanesa Evangelina Buffa.

Última actualización: 21 marzo, 2023

Una demencia es un cuadro clínico en el que la persona presenta, de manera persistente y progresiva, un deterioro de varias funciones cerebrales. Entre ellas, la memoria y la comunicación. Diversas investigaciones han explorado el vínculo que podría haber entre la salud bucodental y las demencias, ya que parece haber una relación bidireccional.

Una mala higiene oral contribuirá al desarrollo de patologías de la boca que luego inciden en el resto del cuerpo. Esto incluye los efectos en el sistema nervioso central.

Entre los problemas orales más prevalentes y más asociados a las demencias tenemos a la periodontitis. Se trata de una inflamación crónica que comienza en una infección de los tejidos blandos de la boca. A mediano plazo, su avance destruye las partes que funcionan como soportes de los dientes. Hay hinchazón de las encías y tendencia a perder los elementos dentarios.

La alta frecuencia de periodontitis y de deterioro cognitivo en los adultos mayores despierta las alarmas. Por eso se investiga con ahínco el vínculo entre salud bucodental y demencias, para entender cómo se pueden prevenir los trastornos que afectan, sobre todo, a los mayores de 65 años.

Las cifras que dan cuenta del problema

Distintos estudios de prevalencia certifican que el avance de la edad y el envejecimiento son factores de riesgo para desarrollar periodontitis y para perder elementos dentarios. En Japón, por ejemplo, más del 90 % de los mayores de 80 años carecían de al menos 3 dientes. Asimismo, luego de los 70, en occidente, la pérdida de hueso alveolar es mayor y más rápida que a edades más tempranas.

Según datos mundiales, entre los 65 y 74 años, casi el 30 % de las personas han perdido la mayoría de sus dientes. Siendo la enfermedad periodontal la principal causa. En Europa, en concreto, el 10 % de los adultos mayores con gingivitis evoluciona a una forma grave de periodontitis.

Por otro lado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) informa que entre 5-8 % de la población mayor de 60 años padece algún tipo de demencia. Entre ellos, la enfermedad de Alzheimer es la variante más frecuente del padecimiento.

En España, la Fundación Alzheimer comenta que se calcula una prevalencia de 4,2 % del trastorno entre los 65 y los 74 años. Pero cuando se considera el grupo entre 75 y 84 años, esa cifra asciende al 12,5 %. Finalmente, entre los mayores de 85 años, el alzhéimer se registra en un 27,7 %.

Por lo tanto, queda claro que el envejecimiento pone en relación el aumento de casos de periodontitis y de demencias, quizás motivado por algún déficit en la salud bucodental. Eso es lo que proponen diferentes hipótesis al respecto.

La teoría de la inflamación crónica

La salud bucodental y las demencias se relacionan con la inflamación
La inflamación podría explicar desde un punto de vista molecular la asociación entre demencia y patología bucodental.

Una de las hipótesis sobre por qué la enfermedad periodontal favorece la aparición de demencia en los adultos mayores se basa en la inflamación. Según los investigadores, actos sencillos como la masticación en bocas con encías inflamadas son capaces de aumentar la producción de sustancias inflamatorias.

Entre estas sustancias, las más reconocidas son la interleuquina 6 o IL-6 y el factor de necrosis tumoral alfa o FNT-α. El cuerpo tiene receptores para ellos en variados tejidos. Y los de la boca podrían saturarse cuando hay demasiada cantidad de IL-6 y de FNT-α.

Ante la saturación, ambas sustancias pasarían a la circulación sanguínea para buscar otros receptores en órganos distantes. En algún punto, alcanzarían el cerebro y fomentarían una inflamación crónica de las neuronas (neuroinflamación).

En pacientes con demencia se han encontrado niveles elevados de las sustancias inflamatorias. No solo de las que ya mencionamos, sino también de la proteína C reactiva (PCR), por ejemplo. Y en estas personas también hay mayor concentración de glóbulos blancos y plaquetas en el tejido nervioso.

En resumen, la inflamación crónica de la boca lanzaría productos químicos capaces de llegar al cerebro. Allí presentes, a largo plazo, deteriorarían a las neuronas, favoreciendo el declive cognitivo.



La teoría de las bacterias

La salud bucodental podría influir en la aparición de las demencias por culpa de los microorganismos presentes en la cavidad bucal. Según esta otra teoría, hay bacterias de la boca que podrían migrar por la sangre y asentarse en el cerebro. También se sospecha de que la migración pueda producirse a través de los nervios.

Ya existen variados hallazgos científicos que denotan la presencia de bacterias propias de la boca en el tejido nervioso de pacientes con patologías cerebrales:

  • Porphyromonas gingivalis.
  • Fusobacterium nucleatum.
  • Prevotella intermedia.

Quizás, uno de los descubrimientos más relevantes del último tiempo fue el que se publicó en Science Advances en 2019. Los investigadores encontraron Porphyromonas gingivalis en autopsias de cerebros de pacientes con alzhéimer. La frecuencia de la aparición se consideró significativa y genera dudas sobre la participación del microorganismo en el desarrollo del deterioro cognitivo.

Las bacterias de la boca en el cerebro también contribuirían a la inflamación. En el afán por librarse de la infección, el sistema nervioso aumentaría la producción de IL-6 y FNT-α. Pero aunque ambas sustancias combatan con eficacia a los microorganismos, no podrán evitar el daño colateral a las neuronas.

Si la situación se prolonga por años, es decir, si la persona tiene una mala salud bucodental que no atiende, más y más bacterias podrían alcanzar el cerebro, aumentando el riesgo de demencias. La prolongación de la situación en el tiempo explica también por qué es un hecho más frecuente en edades avanzadas.

La teoría de la aterosclerosis

Algunas demencias aparecen en los adultos mayores porque tienen una mala circulación en la parte superior de su cuerpo. La presencia de placas de ateroma en las arterias del cuello y del cráneo reduce la llegada de oxígeno a las neuronas. Estas neuronas, mal irrigadas, se mueren.

La periodontitis se ha vinculado con la aterosclerosis. Las investigaciones al respecto todavía no son claras, pero parece que la misma inflamación de la boca estimula la acumulación de sustancias ateroscleróticas en las arterias. Por su parte, Porphyromonas gingivalis tiene la capacidad de estimular la agregación de las plaquetas. O sea que su presencia en la boca podría fomentar la coagulación en los vasos.

A favor de esta relación, se constató que los pacientes con periodontitis que reciben un tratamiento adecuado reducen su riesgo de aterosclerosis. En ellos, el abordaje odontológico disminuye la agregación plaquetaria y la concentración de sustancias proinflamatorias.



Las demencias dificultan la salud bucodental

La salud bucodental y las demencias tienen mucho que ver
Se ha demostrado una asociación significativa entre el diagnóstico de demencia y diversas condiciones bucodentales.

Más allá de las hipótesis sobre los efectos de la salud bucodental en las demencias, hay que recalcar que los pacientes con deterioro cognitivo también sufren más gingivitis y periodontitis por sus dificultades. Son personas que suelen tener una higiene deficiente porque no pueden llevarla a cabo o porque no cuentan con cuidadores capacitados para brindársela.

Así, se forma un círculo vicioso difícil de limitar. Una persona que vive con alzhéimer podrá ver obstaculizada su higiene bucal y eso aumentaría su inflamación sistémica, contribuyendo al deterioro de las funciones cerebrales.

Aunque el vínculo todavía se sigue estudiando, queda clara la importancia de lo que sucede en la boca para el resto de los órganos. No cumplimentar con una higiene bucodental adecuada puede tener consecuencias graves.

Del mismo modo, dejar de lado la higiene bucodental de las personas con demencia es un error. La enfermedad periodontal no solo contribuirá a reducir su calidad de vida, sino que podría empeorar el cuadro clínico neurodegenerativo.

Para enfrentar esta realidad, cada vez hay más guías clínicas y manuales de buenas prácticas que ayudan a los cuidadores y profesionales de la salud en el abordaje de los pacientes que viven con periodontitis y alzhéimer. La clave está en no subestimar la situación.



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