Priones: ¿qué son y qué enfermedades causan?
En la actualidad existen miles de agentes infecciosos capaces de causar enfermedades. Muchos de estos organismos han sido estudiados a lo largo de los años y se conocen a la perfección. No obstante, existen partículas poco estudiadas como los priones, capaces de causar enfermedades incurables y mortales.
Estos patógenos generan un grupo de enfermedades conocidas como encefalopatías espongiformes que afectan a algunos mamíferos, incluidos los humanos. Adquieren este nombre debido a los múltiples agujeros microscópicos que ocasionan en las células del encéfalo, los que imitan el aspecto de una esponja.
Los priones cuentan con muchos mecanismos que son desconocidos en la actualidad. Esto se debe a que las enfermedades que producen tienen incidencia baja en la población mundial, por lo que no han podido ser estudiadas en profundidad.
¿Qué son los priones?
También conocidos como proteínas del scrapie o PrPSc, son patógenos muy peculiares, ya que no se tratan de organismos vivientes como las bacterias o los parásitos, ni poseen material genético como los virus. Los mismos provienen de una proteína normal denominada proteína priónica celular (PrPC), la que cumple una función desconocida en el cerebro.
Todas las proteínas sufren un proceso de plegado mediante el que adquieren su estructura tridimensional. Sin embargo, la proteína priónica celular puede plegarse de forma incorrecta, dando origen a los priones.
Estas nuevas proteínas patógenas no son hidrosolubles, por lo que no son capaces de desintegrarse en el agua. Además, también son resistentes a las enzimas encargadas de destruirlas, conocidas como proteasas. De esta manera, el compuesto permanece intacto en el encéfalo y se acumulará paulatinamente.
Las proteínas mutadas son autorreplicantes, es decir, tienen la capacidad de transformar a las PrPC cercanas en su forma patógena. Por lo que la concentración de proteínas del scrapie aumentará con el transcurrir del tiempo. Cuando se alcance una concentración determinada aparecerá la sintomatología.
La alta concentración de patógenos dará origen a múltiples cambios histológicos en el encéfalo, entre los que destacan la formación de pequeñas burbujas en las células y agujeros microscópicos. Todos estos cambios tendrán como resultado final la muerte neuronal.
Enfermedades transmitidas por priones
Como se dijo con anterioridad, los priones producen un grupo de enfermedades neurodegenerativas llamadas encefalopatías espongiformes. Las mismas son capaces de afectar a los hombres y animales por igual, causando graves problemas neurológicos y cambios en la conducta.
Estas patologías están caracterizadas por presentar períodos de incubación largos, los que pueden tomar años después de la exposición inicial. La sintomatología puede variar, dependiendo de la encefalopatía presentada, sin embargo, la demencia de progresión rápida es un factor que tienen en común todas ellas.
En el caso de los animales, la enfermedad mejor documentada es la encefalopatía espongiforme bovina, también conocida como la enfermedad de las vacas locas. Por su parte, en los humanos, pueden dividirse en tres grupos distintos.
1. Enfermedades priónicas esporádicas
La enfermedades priónicas esporádicas son la forma de presentación más común, sin embargo, aún se desconoce cómo se forma el primer prión en el organismo. La teoría más aceptada es que se trata de un error en el metabolismo celular, no obstante, en necesario realizar más estudios.
Enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (ECJ)
Esta es la patología más frecuente de todas y estudios establecen que es diagnosticada en 1 persona al año por cada millón de habitantes. La edad promedio de aparición de la sintomatología es por encima de los 40 años. Entre los síntomas presentados por los pacientes destacan los siguientes:
- Amnesia y confusión.
- Alteraciones en la marcha y falta de coordinación.
- Movimientos musculares involuntarios.
- Trastornos psiquiátricos como ansiedad o depresión.
- Demencia.
Una vez es detectada, la enfermedad tiene una evolución rápida, produciéndose la muerte del paciente en un período que puede variar entre los 4 meses y los 2 años.
Insomnio mortal
El insomnio mortal se diferencia del resto de las patologías producidas por priones por afectar en mayor medida a una parte del encéfalo llamada tálamo, la que es la encargada de controlar el ciclo de sueño y vigilia.
La clínica suele presentarse una vez pasados los 30 años e incluye un deterioro cognitivo y la incapacidad para realizar movimientos voluntarios o ataxia. Esta forma de presentación no está caracterizada por la presencia de problemas asociados al sueño, no obstante, durante un electroencefalograma es posible notar diversas alteraciones.
Esta patología en específico es menos agresiva que la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, siendo la expectativa de vida superior a los 6 años después de su diagnóstico.
Prionopatía variable sensible a las proteasas
Se trata de una variación identificada en el año 2008, la que se caracteriza por la capacidad que tienen las proteasas de destruir a los priones. La prionopatía variable sensible a las proteasas suele presentarse en pacientes mayores de 70 años y la expectativa de vida es de tan solo 24 meses después del inicio de los síntomas.
Estudios establecen que representa entre el 3 % y el 5 % de todas las prionopatías. Además, entre los síntomas de la enfermedad destacan los siguientes:
- Pérdida de la inhibición.
- Euforia de origen inexplicable.
- Pérdida de interés en las actividades habituales.
- Problemas del habla y falta de coordinación.
- Deterioro de la función mental.
2. Enfermedades priónicas familiares
A diferencia del grupo anterior, en las enfermedades priónicas familiares se ha logrado asociar la aparición de los primeros priones a una mutación en el gen de la PrPC que puede ser hereditaria. Aquí también podemos encontrar a la ECJ y al insomnio mortal.
Enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (ECJ) familiar
Esta forma de presentación representa el 10 % de todos los casos de ECJ y diversos estudios han asociado su aparición con genotipos posibles del codón 129. La sintomatología y la expectativa de vida no varían en gran medida con respecto a la forma esporádica.
Insomnio mortal familiar
La forma familiar del insomnio mortal es mucho más agresiva que la esporádica y reduce la expectativa de vida del paciente a un máximo de 6 años después de su diagnóstico. Estudios han confirmado que su aparición es producto de mutaciones en el gen PNRP.
Su principal diferencia con respecto a la forma esporádica recae en que el paciente presentará problemas relacionados al sueño. En un principio puede ser difícil conciliar y mantener el mismo, sin embargo, empeorará hasta que se pierda la capacidad de dormir.
Enfermedad de Gerstmann-Sträussler-Scheinker
Esta enfermedad es muy similar a la ECJ, sin embargo, aparece en pacientes más jóvenes y tiene una progresión más lenta. En este sentido, es diagnosticada en pacientes entre los 30 y los 40 años y ofrece una expectativa de vida de al menos 5 años después de su diagnóstico.
Al igual que el insomnio mortal familiar, su aparición está relacionada a una alteración del gen PNRP, según Genetic and Rare Diseases Information Center. La clínica es la misma que la de la ECJ, no obstante, los pacientes también suelen referir los siguientes signos:
- Nistagmo (movimientos oculares involuntarios).
- Sordera.
- Rigidez y descoordinación muscular.
- Afección de los músculos respiratorios.
3. Enfermedades priónicas contraídas
Existe muy poca documentación científica que respalde la aparición de las enfermedades priónicas contraídas, ya que son la forma de presentación más rara de todas. No obstante, se producen por alguna de las siguientes situaciones:
- Ingesta de carne contaminada: animal o humana.
- Trasplante de órganos o donación de sangre con priones.
- Cirugía cerebral con materiales contaminados con priones.
- Inyección de sustancias contaminadas.
La enfermedad priónica contraída mejor documentada es el Kuru, registrada en la comunidad de Fore en Nueva Guinea. Los habitantes de dicho pueblo solían practicar el canibalismo como una especie de ritual, lo que traía como consecuencia el consumo de masa encefálica humana contaminada.
Los priones son un patógeno extraño
Durante muchos años, los priones representaron un verdadero reto para los médicos. Incluso llegaron a considerarlos como un virus. Sin embargo, hoy en día se sabe que se trata de proteínas presentes en todos los humanos, las que pueden convertirse en patógenos por diversas causas.
No se ha descubierto un tratamiento efectivo para las enfermedades producidas por priones, por lo que la muerte de quien la padece es inevitable. A pesar de ello, es posible tomar ciertas medidas para mejorar la sintomatología y ofrecer un mayor confort a la persona afectada.
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