Presbicia: todo lo que debes saber
La presbicia es una condición común caracterizada por dificultad para leer o ver objetos cercanos. Esta se produce por el deterioro natural de algunos tejidos dentro de los ojos.
A pesar de que no se puede evitar su aparición, existen algunas conductas que pueden seguirse para retrasar la edad de presentación de los síntomas.
Si te interesa saber un poco más acerca de esta interesante condición, hemos preparado un breve artículo para comentarte sus aspectos más resaltantes. ¡Sigue leyendo!
¿Por qué ocurre la presbicia?
Al igual que lo que ocurre en muchas otras enfermedades, la presbicia es una consecuencia de la edad. Para entender un poco mejor cómo sucede, es recomendable repasar algunos aspectos básicos de la anatomía y la fisiología del sistema visual.
Dentro del globo ocular existe una estructura flexible llamada cristalino. Esta se encarga de permitir el enfoque de los objetos cercanos, como sucede al leer las letras pequeñas de un libro. El proceso mediante el cual el cristalino se flexiona y enfoca objetos se llama acomodación.
Para que este se realice de forma adecuada es necesaria la acción del músculo ciliar. A partir de los 40 años, tanto las fibras musculares como el cristalino se deterioran de forma progresiva. Esto conlleva a dificultades en la acomodación que se expresan como deterioro de la agudeza visual.
Factores de riesgo
El riesgo de padecer presbicia aumenta de forma considerable a medida que avanza la edad. Sin embargo, existen algunas situaciones que pueden favorecer su aparición de forma prematura. Estas son las enfermedades crónicas y el consumo de medicamentos o sustancias químicas.
Según este artículo de investigación (2019) las enfermedades que podrían relacionarse son la gastritis, la anemia y la diabetes mellitus. Lo mismo sucede con ciertos hábitos como el tabaquismo, el alcoholismo y la exposición prolongada a la luz solar o a la pantalla de los móviles.
Los datos de dicho estudio fueron recopilados a partir de una muestra considerable (494 participantes) pero poco representativa. Por tal motivo hasta los momentos la relación entre estos factores y la aparición de presbicia prematura no ha sido comprobada.
Síntomas de la presbicia
La dificultad para visualizar objetos y leer a una distancia cercana es la manifestación clínica más importante de la presbicia. Sin embargo, como esta se produce de forma progresiva puede ser difícil que los pacientes se den cuenta de los síntomas.
Algunos “signos” indirectos que podrían indicar la presencia de presbicia son los siguientes:
- Dolor de cabeza frecuente al leer un libro o periódico.
- Necesidad de acercar los objetos hacia la cara para poder visualizarlos mejor.
- Fruncir el ceño y cerrar un poco los ojos para leer textos que se encuentran distantes.
- Cansansio durante una lectura prolongada.
Si bien la presencia de estas alteraciones puede hacer pensar en el diagnóstico de presbicia, lo recomendable es acudir con un oftalmólogo para confirmar el diagnóstico.
¿Cómo se diferencia de otras enfermedades que afectan la agudeza visual?
Existen otras enfermedades muy comunes que son capaces de afectar la agudeza visual de forma progresiva. Estas pueden llegar a ser confundidas y tratadas como si fuesen presbicia cuando en realidad requieren otro abordaje diferente.
Entre estas se encuentran los problemas de refracción. Este último término se refiere a un fenómeno físico que ocurre dentro del globo ocular y que permite la adecuada proyección de imágenes sobre la retina. Dichas enfermedades son las siguientes:
- Miopía: dificultad para ver objetos lejanos.
- Hipermetropía: visión borrosa de cerca.
- Astigmatismo: los problemas de visión incluyen a los objetos cercanos y a los lejanos.
Estas tres condiciones pueden acompañarse de visión doble (diplopía). De hecho, este último síntoma también es característico de problemas neurológicos como la parálisis de algunos nervios craneales.
Diagnóstico de la presbicia
El oftalmólogo se basa en los hallazgos clínicos para realizar un diagnóstico presuntivo de la enfermedad. Luego procederá en hacer un examen ocular básico para determinar la presencia de presbicia y otros problemas de refracción.
Esto puede incluir el uso de tablas especiales para determinar la agudeza visual (como la tabla de Snellen) y algunos equipos como un foróptero.
Tratamiento
Existen múltiples modalidades terapéuticas para esta condición, a pesar de que no todas ellas resuelven por completo el cuadro clínico.
A pesar de que se realicen ciertas intervenciones, con el avance de la edad los síntomas podrían volver a aparecer. Por tal motivo, las evaluaciones rutinarias con un oftalmólogo son recomendables.
No quirúrgico
El uso de lentes o anteojos es la opción más común para el tratamiento de la presbicia. Tienen la ventaja de ser económicos, reversibles y en general son cómodos. Sin embargo, algunas personas tienden a rechazarlos por problemas estéticos o por incomodidad relacionada con su mantenimiento.
Existe gran cantidad de modelos disponibles, aunque no todos son efectivos para cualquier paciente. La elección del lente ideal depende del deterioro de la agudeza visual, algo que puede ser determinado por un oculista.
Hay varios tipos de anteojos, como los bifocales o los trifocales. Su elección también depende de si existen o no enfermedades asociadas, como cualquiera de los defectos de refracción antes mencionados.
Quirúrgico
Los procedimientos quirúrgicos más utilizados para el tratamiento de la presbicia son las cirugías refractivas. Existen varios tipos, dependiendo de las características particulares de cada paciente. Uno de ellos es la queratoplastia conductiva, en la que se altera la anatomía de la córnea para mejorar la visión de cerca.
También existen procedimientos que utilizan un láser para lograr resultados óptimos, como la queratomileusis in situ asistida con láser (LASIK) y la queratectomía subepitelial asistida por láser (LASEK).
¿Cómo prevenir la presbicia?
El debilitamiento del cristalino y del músculo ciliar es inevitable a medida que avanza la edad. Sin embargo, sí es posible retrasar la aparición de los síntomas de presbicia. Para ello, es importante controlar las enfermedades crónicas que mencionamos antes, en especial la diabetes mellitus.
También existen recomendaciones básicas que permiten mejorar la salud ocular, como leer con buena iluminación y utilizar gafas protectoras cuando se realicen actividades ocupacionales de alto riesgo.
Es ideal cuidar la salud de forma integral
Acudir de forma temprana al oftalmólogo es una buena manera de afrontar la presbicia. La frecuencia de las consultas depende de la edad, aunque por lo general es recomendable ir cada 2-4 años a partir de los 40 años, según una publicación de la Clínica Mayo.
Las recomendaciones antes mencionadas pueden extenderse a varios aspectos de la salud. Una dieta balanceada, hacer ejercicio de forma regular y evitar los factores de riesgo cardiovasculares son pilares fundamentales para mantener una adecuada salud visual.
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