¿Por qué tenemos fiebre cuando estamos enfermos y cómo bajarla?
El cuerpo humano es capaz de indicar por sí solo cuando algo no está funcionando de manera adecuada, esto lo logra a través de diferentes signos y síntomas. Una de las señales más característica de una enfermedad es la presencia de fiebre, pero ¿por qué tenemos fiebre cuando estamos enfermos? Continúa leyendo y te lo contaremos.
La temperatura corporal normal puede variar de persona a persona; además estudios demuestran que la misma puede depender de la zona donde se toma y de la hora del día. En términos generales, la temperatura corporal promedio es de 37 grados centígrados, sin embargo la misma puede aumentar unos grados durante la noche.
El mantenimiento de la temperatura en 37 grados centígrados garantiza el correcto funcionamiento del organismo. Si la temperatura aumenta o disminuye en exceso, el cuerpo presenta daños a nivel celular que pueden llevar a la muerte del paciente.
¿Qué es la fiebre?
Antes de conocer por qué tenemos fiebre cuando estamos enfermos, primero es necesario definir este síntoma. De forma sencilla, la fiebre se puede definir como un aumento de la temperatura corporal de una persona por encima de 38 grados centígrados, en la cual debe haber un incremento del punto de ajuste hipotalámico.
La fiebre se debe diferenciar de la febrícula, la cual es un aumento en la temperatura menor a 1 grado. Este síntoma es muy común en diversas patologías, sobre todo en aquellas de carácter infeccioso como la neumonía.
La fiebre es considerada como un mecanismo de defensa contra los agentes patógenos, ya que la mayoría de estos microorganismos no son capaces de sobrevivir a temperaturas elevadas. Por desgracia, las células propias también se ven afectadas por el aumento de la temperatura.
Cuando se alcanza una temperatura de 40 grados centígrados el cuerpo es incapaz de generar sus funciones de forma adecuada. Si la temperatura continúa en ascenso y se alcanzan los 43 grados, las proteínas se alteran y el paciente puede fallecer. Entre las condiciones que pueden causar fiebre destacan las siguientes:
- Enfermedades infecciosas (bacterias, virus, hongos y parásitos).
- Procesos inflamatorios.
- Neoplasias o tumoraciones.
- Reacciones a medicamentos y vacunas.
¿Por qué tenemos fiebre cuando estamos enfermos?
Primero que nada, se debe saber que la temperatura corporal se encuentra regulada por una estructura ubicada en el encéfalo conocida como el hipotálamo. Este órgano es capaz de desencadenar mecanismos periféricos que aumentan o disminuyen la temperatura del cuerpo humano cuando es necesario.
Por desgracia existen sustancias capaces de alterar este control tan preciso generando así variaciones inesperadas y patológicas. Una forma fácil y rápida de saber por qué tenemos fiebre cuando estamos enfermos es conocer la fisiopatología de este síntoma.
Cuando un agente patógeno ingresa al organismo, el mismo es capaz de sintetizar una serie de sustancias que activan al sistema inmunitario conocidas como pirógenos exógenos. Las células que componen este sistema serán capaces de captar dichas sustancias y de sintetizar unas proteínas especializadas que reciben el nombre de pirógenos endógenos.
El papel de los pirógenos endógenos en la fiebre
Estos últimos desencadenan el proceso inflamatorio pero no son capaces de entrar al encéfalo. Sin embargo, las mismas interactúan con estructuras cercanas a él, lo que inducirá la síntesis de una sustancia llamada prostaglandina E2.
Dicha sustancia viajará al hipotálamo, donde será capaz de inhibir a las células sensibles al calor y de estimular aquellas sensibles al frío.
La interacción entre las células hipotalámicas y la prostaglandina E2 aumentará el punto de ajuste hipotalámico, lo que generará la activación de los sistemas generadores de calor. A su vez, se inhibirán todos los mecanismos disipadores, lo que hará que la temperatura corporal aumente de forma brusca.
Los procesos inflamatorios, neoplásicos y los medicamentos también son capaces de provocar la síntesis de pirógenos endógenos por parte del sistema inmunitario. De esta manera, se puede encontrar la presencia de fiebre en ausencia de un proceso infeccioso.
¿Cómo bajar la fiebre?
Es importante destacar que no siempre se debe bajar la fiebre; de hecho estudios afirman que las razones para bajar la fiebre son muy pocas. Esto se debe a que la misma es un mecanismo que posee el cuerpo para tratar y combatir una injuria, por lo que puede ser una aliada en múltiples ocasiones.
La fiebre solo debe bajarse en aquellos pacientes con problemas cardíacos o respiratorios crónicos y cuando supere los 40 grados centígrados. Además, también se debe bajar en los niños pequeños menores de 3 meses ya que su organismo no está bien desarrollado. En el resto de los pacientes se puede bajar la fiebre solo para mejorar su estado físico general.
En la actualidad, existe una gran cantidad de medicamentos antipiréticos como el paracetamol. La mayoría de estos compuestos son seguros de usar, no obstante es recomendable consultar al médico antes de iniciar su ingesta. Esto con la finalidad de ingerir la dosis adecuada y evitar la aparición de efectos secundarios.
Por otro lado, se ha demostrado que los baños de 30 minutos son de utilidad para bajar la fiebre en los niños pequeños. Esta técnica es mucho más efectiva si se realiza después de administrar un medicamento antipirético. En términos generales, lo más recomendable es ingerir mucha agua, utilizar ropa ligera y guardar reposo mientras se tiene fiebre.
Los pirógenos son la principal causa de fiebre
La principal causa por la cual tenemos fiebre cuando estamos enfermos es la presencia de pirógenos endógenos en el torrente sanguíneo. Sustancias como la interleuquina 1 (IL-1), la interleuquina 6 (IL-6) o el factor de necrosis tumoral (FNT) son capaces de generar cambios a nivel del hipotálamo y generar el incremento de la temperatura corporal.
A pesar de ser un síntoma muy incómodo, la fiebre es un aliado del organismo a la hora de combatir infecciones. No obstante, siempre es necesario consultar con un especialista antes de iniciar alguna terapéutica, ya que el mismo es el único capaz de determinar el origen del problema y el tratamiento más adecuado.
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