Lupus: síntomas, causas y tratamiento
Las enfermedades autoinmunes representan un gran desafío en la práctica médica. Una de las patologías más compleja es el lupus eritematoso sistémico (lupus o LES). Se caracteriza por perdurar en el tiempo con períodos de reactivación o brotes.
El mecanismo fisiopatológico mediante el que esta enfermedad afecta a los órganos es a través de la creación de anticuerpos y complejos inmunes contra los tejidos propios. De esta manera, se reconocerán las células de los órganos como un agente nocivo y se inducirá la apoptosis o muerte de las mismas.
Se ha demostrado que el lupus es más frecuente en mujeres en edad fértil, no obstante, también puede aparecer en los hombres y en los niños. Además, la enfermedad varía dependiendo del origen étnico del paciente, siendo más grave en mujeres afrodescendientes e hispanas.
¿Cuáles son las causas del lupus?
La causa precisa de las enfermedades autoinmunes es desconocida, en general. De todos modos, se han realizado avances en la investigación de esta patología, por lo que se han identificado una gran cantidad de factores ambientales y genéticos que predisponen a su aparición.
En este sentido, estudios establecen que el factor ambiental más ligado al lupus es la radiación ultravioleta (UV). De hecho, provoca la exacerbación de la enfermedad en el 70 % de los casos. Esto ocurre al inducir la muerte de los queratinocitos, las células que predominan en la capa superficial de la piel.
Además de la radiación UV, existen otros factores ambientales que influyen, entre los que destacan las infecciones por virus (Epstein-Barr y citomegalovirus) y el consumo de fármacos (antiarrítmicos).
La herencia también es un factor preponderante en la aparición del lupus eritematoso sistémico. De esta manera, es mucho más probable que una mujer que tenga antecedentes familiares desarrolle la enfermedad. También diversos genes han sido relacionados con la misma, específicamente la región 1q23-24 de la porción larga del cromosoma 1.
Por otro lado, el lupus está caracterizado por la alternancia entre períodos sintomáticos y asintomáticos. En este sentido, entre los factores que pueden causar la aparición de un brote destacan los siguientes:
- Estrés físico y emocional.
- Embarazo.
- Infecciones recurrentes.
- Radiación solar.
- Consumo de fármacos.
Síntomas del LES
Es importante recordar se trata de una enfermedad que puede variar mucho de persona a persona, ya que es capaz de afectar múltiples órganos al mismo tiempo. Por ello, no es posible establecer un cuadro clínico característico que se presente en todos los pacientes. Entre los síntomas generales más frecuentes destacan la fiebre, la astenia y la anorexia.
La fiebre puede tener patrones variables y suele ser moderada en la mayoría de los casos, mientras que la astenia y la anorexia poseen una repercusión mayor en la vida del paciente. Los signos más específicos suelen aparecer después de un tiempo.
Un síntoma inequívoco del lupus es la aparición de un eritema malar en forma de alas de mariposa, es decir, un enrojecimiento que se extenderá a ambos pómulos. Además, una de las complicaciones más frecuentes es la nefropatía lúpica, la que aparece entre el 28 % y el 74 % de los pacientes.
Otros síntomas muy frecuentes presentados por los pacientes con lupus son los siguientes:
- Lesiones y erupción cutánea con fotosensibilidad.
- Aftas orales.
- Dolores articulares y musculares.
- Trombocitopenia.
- Caída del cabello.
Diagnóstico del lupus eritematoso sistémico
Para el correcto diagnóstico de la enfermedad, el American College of Rheumatology estableció 11 criterios diagnósticos basados en la sintomatología y los resultados de laboratorio, los que son los siguientes:
- Eritema malar.
- Erupción discoide.
- Fotosensibilidad.
- Úlceras orales.
- Artritis.
- Pericarditis o pleuritis.
- Problemas neurológicos: convulsiones o psicosis.
- Problemas renales: sangre o proteínas en la orina.
- Recuento bajo de células sanguíneas: anemia y trombocitopenia.
- Presencia de anticuerpos anormales.
- Presencia de anticuerpos antinucleares.
El especialista podrá realizar un diagnóstico de lupus en todo paciente que posea al menos 4 de los 11 síntomas descritos, siendo el más importante de todos la presencia de anticuerpos antinucleares. Si este resultado es negativo se debe descartar la presencia de la enfermedad.
Sin embargo, cuando se confirman se deben realizar más pruebas de laboratorio. Esto con la finalidad de buscar anticuerpos antifosfolípidos y anticuerpos contra el dsDNA o anti-Sm, que son específicos del lupus.
Tratamiento
Por desgracia, no existe una cura para el lupus. En este sentido, el objetivo principal del abordaje es suprimir al sistema inmune que se encuentra hiperactivo y evitar el daño permanente en los órganos. De esta manera, lo que se busca es controlar los síntomas y hacer que las crisis remitan por un período de tiempo.
En este sentido, entre los fármacos utilizados para tratar el lupus eritematoso sistémico se encuentran los siguientes:
- Inmunosupresores: buscan inactivar al sistema inmune para que el mismo deje de atacar a los tejidos propios del organismo. Destacan la azatioprina, el metotrexato y la ciclofosfamida.
- Costicosteroides: son empleados en aquellos pacientes con procesos inflamatorios severos que presentan compromiso cardíaco, pulmonar, cerebral o renal. Es la prednisona uno de los usados con mayor frecuencia.
- AINEs: los antiinflamatorios no esteroideos como el ibuprofeno o el naproxeno son indicados para tratar el dolor producido por la artritis.
- Antimaláricos: la hidroxicloroquina, un fármaco usado para tratar la malaria, es recetado en pacientes con lupus para mejorar la artritis, las erupciones cutáneas, la fatiga y las úlceras bucales.
Una enfermedad crónica que puede ser controlada
A pesar de que el lupus puede representar un peligro para la vida de quien lo padece, el tratamiento ha avanzado mucho y la expectativa ha aumentado. De esta manera, las personas diagnosticadas son capaces de vivir con cierta normalidad si cumplen con las siguientes recomendaciones:
- Tener un chequeo médico constante.
- Informarse sobre la enfermedad.
- Realizar ejercicios con frecuencia.
- Evitar la exposición excesiva al sol y a los rayos UV.
Si sospechas que padeces de lupus o tienes algunos de los síntomas descritos, es importante que acudas al médico de forma inmediata. Solo el especialista estará en la capacidad de darte un diagnóstico certero y de indicarte la terapéutica a seguir.
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