¿Qué es la hipoacusia?

La disminución en la agudeza auditiva es una alteración muy frecuente en los adultos mayores. Por desgracia, la misma suele pasar desapercibida hasta que el daño es muy severo.
¿Qué es la hipoacusia?
Leonardo Biolatto

Revisado y aprobado por el médico Leonardo Biolatto.

Última actualización: 10 octubre, 2021

Las alteraciones auditivas pueden causar gran malestar e incapacidad en las personas. Por lo general, la sordera, la presbiacusia y la hipoacusia son las afecciones de esta índole más frecuentes, siendo más común en los adultos mayores. ¿Te interesa conocer qué es la hipoacusia? A continuación te contamos.

El oído es el órgano encargado de captar los estímulos auditivos, convirtiéndolos en impulsos eléctricos que puedan ser interpretados a nivel cerebral. Estudios afirman que para el 2015, más del 6,8 % de la población mundial padecía alguna discapacidad auditiva.

¿Qué es la hipoacusia?

La hipoacusia es una afección que también se conoce pérdida auditiva o sordera parcial. La misma es un trastorno sensorial caracterizado por una reducción significativa en la capacidad para captar y escuchar sonidos. Esta suele presentarse en los pacientes de edad avanzada o como resultado de una enfermedad congénita en los más pequeños.

Dicha condición puede originar alteraciones en el desarrollo del habla y la comunicación en los recién nacidos. De igual forma, puede presentarse en un solo oído o en ambos, limitando las actividades diarias. Además, la hipoacusia puede ser temporal o permanente. La intensidad puede ir de leve a severa, pudiendo evolucionar a la sordera definitiva en casos extremos.

Síntomas

Las manifestaciones clínicas la hipoacusia pueden variar en función del grupo etario afectado. Por lo general, los síntomas y signos más comunes en los adultos son los siguientes:

  • Dificultad para percibir sonidos de tonos bajos y agudos.
  • Incapacidad para discriminar las palabras cuando dos o más personas conversan.
  • Audición deficiente en ambientes ruidosos.
  • Percepción de voces mal articuladas o susurradas.
  • Mayor sensibilidad auditiva para las voces graves y masculinas.

Por otro lado, algunas personas pueden presentar zumbidos y sensación de presión o molestia en el oído. Además, los pacientes con la enfermedad de Meniére y neuroma acústico pueden manifestar vértigo y mareo. En los niños pequeños es posible evidenciar poca reacción a estímulos sonoros y falta de balbuceo o retardo en su inicio.

Oído.
La hipoacusia es una enfermedad del oído que tiene diferentes grados de afectación y puede presentarse en niños o adultos.

Tipos de hipoacusia

En la actualidad, la reducción parcial en la capacidad auditiva puede clasificarse con base en la fisiopatología y el nivel del oído donde ocurre la alteración. En este sentido, los especialistas pueden identificar los siguientes tipos de hipoacusia:

  • De conducción: se produce ante una obstrucción o lesión que impide la adecuada captación y transmisión del estímulo sonoro. En este caso, la afección puede ubicarse en el conducto auditivo externo, en la membrana timpánica o en el interior del oído medio. Esta es considerada la forma más común de presentación de la hipoacusia.
  • De percepción: la misma también es conocida como hipoacusia neurosensorial. En este sentido, las personas presentan una incapacidad en la conversión de los impulsos sonoros en estímulos eléctricos o en su transmisión al sistema nervioso central. Por lo general, las lesiones se ubican a nivel del oído interno o a lo largo del nervio vestíbulococlear (VIII par craneal).
  • Pérdida auditiva mixta: esta entidad se produce ante una mezcla entre los eventos patológicos de la hipoacusia conductiva y la perceptiva. Por lo general, la misma es resultado de un traumatismo craneoencefálico grave.

Algunas investigaciones sugieren que la hipoacusia en los niños puede ser clasificada según el grado de pérdida auditiva medido en decibeles. Teniendo en cuenta que el umbral de audición normal es de 0 a 20 decibeles. Por tal motivo, la hipoacusia leve es aquella con un umbral de 21 a 40 decibeles, la moderada con 41 a 60 decibeles, la moderada-severa con 61 a 80 decibeles y la severa con más de 100 decibeles.

Causas

La pérdida parcial de la capacidad auditiva puede ser ocasionada por una gran variedad de patologías. En la mayoría de los casos, los profesionales de la salud dividen a las causas de la hipoacusia en etiologías adquiridas y de origen congénito.

Las causas adquiridas son más comunes en los escolares y adultos mayores, dentro de las que están las siguientes:

  • Obstrucción por cerumen o cuerpos extraños.
  • Otitis externa y media.
  • Otosclerosis.
  • Exposición prolongada al ruido.
  • Hipoacusia asociada a la edad o presbiacusia.
  • Enfermedad de Meniére.
  • Traumatismos óticos y craneoencefálicos.
  • Tumores.
  • Meningitis y laberintitis purulenta.

De igual forma, la hipoacusia puede ser resultado de cambios súbitos de presión o por el consumo de medicamentos ototóxicos, como los aminoglucósidos.

Por otro lado, las causas congénitas son aquellas enfermedades que se presentan durante en el embarazo y causan alteraciones en el recién nacido. Dentro de estas se encuentran las siguientes:

  • Infección por rubeola, citomegalovirus, toxoplasmosis y sífilis.
  • Incompatibilidad sanguínea.
  • Anoxia y sufrimiento fetal.
  • Consumo de talidomida.
  • Hiperbilirrubinemia.
  • Neurofibromatosis tipo 2.

Factores de riesgo

La disminución de la capacidad auditiva puede ser promovida por varios factores. Algunas de las variables biológicas y asociadas al estilo de vida que aumentan el riesgo de padecer hipoacusia son las siguientes:

  • Edad superior a 65 años.
  • Profesiones con exposición a ruidos excesivos.
  • Antecedentes familiares de pérdida auditiva.
  • Infecciones durante el embarazo.
  • Consumo de antibióticos y diuréticos sin preinscripción médica.
  • Tabaquismo y alcoholismo.

Diagnóstico de la hipoacusia

La identificación de la hipoacusia se basa en la evaluación médica integral con apoyo de pruebas de diagnóstico complementarias. En este sentido, el especialista realizará una valoración detallada de los síntomas que aquejan a la persona, así como de los antecedentes personales y familiares asociados al cuadro clínico.

La exploración física debe centrarse en la inspección de los oídos y en la evaluación neurosensorial. El médico empleará un otoscopio para valorar el estado del conducto auditivo y detectar la presencia de secreciones, signos inflamatorios o malformaciones.

Las pruebas de Rinne y de Weber son empleadas para determinar el origen conductivo o neurosensorial de la hipoacusia.

Además, la audiometría, la timpanometría, la resonancia magnética y la tomografía computarizada forman parte de los estudios complementarios en el diagnóstico de esta afección. Estudios afirman que la audiometría de alta frecuencia posee una sensibilidad de hasta el 100 % en la detección temprana de la hipoacusia.

Tratamiento

La terapéutica de la pérdida parcial de la audición va a depender de la causa subyacente. No obstante, la mayoría de las personas requieren de tratamientos que mejoren la audición, dentro de los que están los siguientes:

  • Audífonos: son dispositivos intraauriculares que amplifican los sonidos externos hasta un tono audible para el paciente. En la hipoacusia moderada o severa pueden emplearse audífonos retroauriculares que se acoplan a la forma de la oreja.
  • Implantes cocleares: es un dispositivo electrónico implantado de forma quirúrgica que busca cumplir las funciones del oído externo, medio e interno. El mismo es capaz de captar los estímulos sonoros, convertirlos en impulsos eléctricos y redireccionarlos hacia el nervio vestíbulo-coclear.
  • Implantes en el tronco encefálico: los mismos son objetos pequeños que se conectan de forma directa a los núcleos nerviosos del tronco cerebral. Por lo general, se utiliza en quienes padecen una ruptura total del nervio vestíbulo-coclear o en aquellos que nacen sin el mismo.
  • Implante de conducción ósea: es un dispositivo intradérmico que se encarga de transmitir los impulsos sonoros en forma de vibraciones a través de los huesos del cráneo. De esta forma, las vibraciones serán percibidas en el oído interno y enviadas al encéfalo.

Por otro lado, la aplicación de medidas de rehabilitación auditivas y técnicas auxiliares de comunicación es indispensable. Además, los profesionales recomiendan la participación de un psicólogo como parte del plan de abordaje.

Audífonos para la hipoacusia.
Los audífonos son un complemento para la hipoacusia que mejoran la percepción de los sonidos externos.

¿Cuándo buscar atención médica?

La hipoacusia es una afección que puede aparecer en personas de todas las edades. Por lo general, tiende a pasar desapercibida en pacientes de edad avanzada o en trabajadores sometidos a ambientes ruidosos. No obstante, la reducción de la capacidad auditiva suele ser un signo de alarma e indica que algo no funciona de forma adecuada.

Los médicos recomiendan buscar atención inmediata en caso de presentar disfunción auditiva persistente que no desaparece o empeora rápidamente. De igual forma, la hipoacusia acompañada de dolor, zumbidos, salida de secreciones y dolores de cabeza intensos deben ser detectadas y tratadas lo antes posible.



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