Las 10 enfermedades bucales más comunes
La cavidad oral es un microecosistema fascinante desde un punto de vista biológico. Junto con las vías respiratorias superiores, se trata de la zona del cuerpo más expuesta a sustancias foráneas (comidas, bebidas y otros elementos), por lo que una amplia cantidad de microorganismos y seres vivos habitan en ella. Por desgracia, existen ciertas enfermedades bucales comunes que dañan este equilibrio.
Las patologías bucodentales pueden tener lugar en los dientes (enfermedades dentales), en la boca (enfermedades de la cavidad oral) o en ambas secciones a la vez. Dependiendo de si el tejido afectado es blando o duro, los síntomas pueden ser muy diferentes, e incluso agravarse hasta poner en peligro la vida del paciente. Si quieres saber más sobre este grupo de condiciones, sigue leyendo.
¿Cuáles son las enfermedades bucales más comunes?
Antes de explorar 10 enfermedades que suelen experimentarse en los dientes y en la cavidad oral, vemos de interés encuadrar la situación epidemiológica de este grupo de patologías. La Organización Mundial de la Salud (OMS) nos brinda una serie de datos que te resumimos en la siguiente lista:
- Las enfermedades bucodentales no tratadas presentan una carga de morbilidad muy alta. Pueden provocar dolor crónico, molestias agudas, desfiguración e incluso muerte si no se abordan.
- Se estima que la prevalencia de estas condiciones es de 3500 millones de personas afectadas en todo el mundo, es decir, casi la mitad de la población.
- La caries sin tratar en los dientes permanentes es la condición bucodental más común. Por otro lado, más de 530 millones de niños sufren caries no tratadas en sus dientes de leche, sobre todo por la falta de acceso a sistemas médicos adecuados.
- El cáncer bucal es uno de los 3 tipos de cáncer de mayor incidencia en las regiones asiáticas. Cada año, se diagnostican de forma global más de 575 000 casos nuevos. El 90 % de los cuadros se detectan en personas mayores de 40 años.
Todos estos datos nos demuestran que las enfermedades orales están muy presentes en el mundo. A continuación, analizamos de forma exhaustiva las 10 enfermedades bucales más comunes del mundo y sus posibles desencadenantes. No te lo pierdas.
1. Caries
Tal y como reporta el portal Infomed, las caries afectan al 80 % de la población mundial en algún momento de su vida. Tras leer esta cifra, es imposible refutar que representan la enfermedad dental más común en todo el mundo. Vamos más allá, pues si bien del 60 al 90 % de los niños de la Tierra tienen caries, esta cifra se acerca al 100 % en las personas adultas.
Las caries son una enfermedad crónica no transmisible mediada por bacterias orales. Son la causa principal de dolor bucal y pérdida de dientes en todo el mundo, pero irónicamente, se pueden prevenir con una dieta adecuada y una higiene oral constante. Los principales factores desencadenantes de esta patología son los siguientes:
- Bacterias cariogénicas: son los microorganismos que inician la formación de la caries. Tienen propiedades acidúricas, es decir, desmineralizan el esmalte y la dentina del diente y generan cavidades.
- Carbohidratos fermentables: los azúcares de las frutas, las chucherías, la bollería industrial, los refrescos y muchos más productos favorecen la presencia de caries. Estos compuestos alimentan a las bacterias “nocivas”, lo cual acelera el daño dental.
- Dientes susceptibles: algunas personas tienen unos dientes más frágiles que otras en lo que a sus capas y composición mineral se refiere. Esto predispone al padecimiento de caries.
- Tiempo: cuanto más tiempo pasa en la vida del individuo, más se desgastan los dientes y la boca por simple utilización.
Las caries se generan debido a la acción desmineralizadora de las bacterias y pueden ser coronales o radiculares. El dolor en los dientes, la halitosis y los flemones dentales son los síntomas más comunes de esta condición. El tratamiento depende de la gravedad del cuadro, pero se suelen recetar antibióticos para acabar con la infección y reemplazos de las piezas dentales afectadas.
La prevención es sencilla: reduce la ingesta de azúcares y lávate los dientes después de cada comida.
2. Cáncer oral
Tal y como indican estudios, el 3 % de todos los cánceres se localizan en la cavidad oral. En Asia, este tipo de neoplasia maligna representa el 40 % de todos los tumores malignos, mientras que en regiones como EE.UU. la prevalencia es mucho más baja, con unos 54 000 casos nuevos diagnosticados cada año. El 90 % de ellos son carcinomas orales de células escamosas.
La supervivencia reportada en este tipo de neoplasia es variable, pero oscila entre el 40-56 % tras 5 años. El cáncer labial reporta un 70 % de pacientes supervivientes, mientras que el presente en otras zonas de la boca es bastante peor, con una supervivencia que oscila el 30 %.
La etiología del cáncer oral es desconocida, pero sí que se sabe que existen predisponentes. Sin ir más lejos, 8 de cada 10 pacientes son fumadores, ya sea de cigarrillos, puros, tabaco de mascar, shishas y otras presentaciones. Los síntomas más comunes son dientes flojos, una llaga que no cicatriza y un crecimiento o protuberancia blando dentro de la boca.
La extracción quirúrgica siempre es el primer paso. Después de ello se plantea la radioterapia, la quimioterapia y la terapia dirigida.
3. Gingivitis
La gingivitis es otra de las enfermedades bucales más comunes. Tal y como indican estudios médicos, esta condición puede presentarse hasta en el 50 % de los individuos mayores de 19 años, valor que va disminuyendo conforme aumenta la edad. Curiosamente, la prevalencia en personas mayores de 65 años se sitúa en un 36 %.
La gingivitis es una forma frecuente y leve de enfermedad en las encías que causa irritamiento, hinchazón e inflamación de la parte de las encías que rodea la base de los dientes. La causa más común es una higiene bucal deficiente y sigue los siguientes pasos a la hora de formarse:
- La placa se forma sobre los dientes: el término “placa dental” hace referencia a una película pegajosa que se forma cuando la comida, los líquidos y las bacterias se combinan en la zona dental. Esta placa requiere una eliminación diaria, ya que se forma todos los días cuando comemos.
- La placa se convierte en sarro: si una persona no se lava los dientes con asiduidad, esta placa se transforma en sarro, ahora endurecido por el depósito de minerales. El sarro protege a las bacterias y fomenta su proliferación, lo cual provoca irritación en la línea de la encía.
- Inflamación de la encía: cuanto más tiempo pase el sarro depositado sobre los dientes, más crecerán las bacterias y más se irritará el entorno bucal. Al final, se desarrolla el cuadro de gingivitis.
La solución vuelve a ser sencilla: cepillarse los dientes mínimo 2 veces todos los días. Si se desarrolla sarro, se requiere una limpieza profesional.
4. Periodontitis
La periodontitis es una continuación del cuadro clínico anterior. Cuando la gingivitis no se trata, el tejido blando de las encías se daña por la acción de las bacterias y la inflamación inmunitaria y, sin atención médica, se termina por destruir el hueso que sostiene los dientes. Los síntomas son bastante más graves, y entre ellos destacan los siguientes:
- Encías inflamadas, hinchadas, de color rojo brillante e incluso morado.
- Sangrado bucal que aparece fácilmente, sobre todo cuando el paciente se cepilla los dientes.
- Mal aliento.
- Pus entre los dientes y las encías, e incluso, pérdida de dientes por la destrucción del hueso que los sujeta.
- Dolor al masticar.
- Cambios en la manera en la que se unen los dientes al morder.
Cuando la infección bacteriana se descontrola, suelen ser necesarios antibióticos. También se requieren raspados, alisados radiculares y, en algunos casos, injertos óseos o de tejido blando. La periodontitis es una condición muy seria que se puede complicar rápidamente si no se busca atención médica.
Solo en España, 2 millones de personas presentan periodontitis grave.
5. Enfermedad de manos, pies y boca
La enfermedad de mano-pie-boca, también conocida como fiebre aftosa humana, es una condición viral leve típica en niños pequeños, provocada por los agentes patógenos coxsackie virus y enterovirus. La incidencia se sitúa en unos 203 casos por cada 100 000 habitantes en regiones estadounidenses, lo cual hace de esta patología una infección bastante común.
Los síntomas comienzan de 3 a 6 días tras la exposición al virus, que suele transmitirse por las secreciones nasales, la saliva y las gotículas emitidas por un paciente infectado cuando tose o estornuda. Algunos de los signos clínicos más relevantes son los siguientes:
- Fiebre baja, con un máximo de 39 °C.
- Pérdida de apetito y dolor en la boca.
- Lesiones dolorosas con enrojecimiento en la lengua, las encías y la cara interna de las mejillas.
- Irritabilidad generalizada.
Aunque esta condición no sea exclusiva de la cavidad oral, sí que presenta síntomas muy claros en ella, por lo que puede considerarse una de las enfermedades bucales más comunes en todo el mundo. No hay un tratamiento específico, pues el sistema inmunitario combate con eficacia al virus y los signos clínicos se resuelven por sí solos en una semana casi siempre.
6. Traumatismos dentales
Tal y como indica la revista Pediatría Integral, los traumatismos dentales son muy comunes, sobre todo en la infancia. La prevalencia varía entre el 10 y 47 % de los infantes, e incluso, algunos autores sitúan estas lesiones en el 50 % de la población pediátrica, con 2 picos de incidencia: entre los 2 y 3 años y entre los 8 y 10 años. Además, son más frecuentes en el género masculino.
Es habitual que la etiología de estos sucesos sea multifactorial, destacando sobre el resto la toma de riesgos, la falta de atención y la hiperactividad. Los factores ambientales también son determinantes, pues la casa del niño y los lugares donde juegue pueden promover que se acabe haciendo daño y partiéndose un diente.
Algunos de los factores de riesgo más comunes para la presentación de traumatismos dentales son los siguientes:
- Practicar deportes de contacto y deportes de riesgo.
- Presentar maloclusión dental, o lo que es lo mismo, la incorrecta alineación de los dientes de la mandíbula inferior y superior.
- Tener ortodoncias al momento de la lesión.
- Presentar patologías previas: epilepsia, ictus, infartos y otras condiciones que promuevan la pérdida de consciencia y caída al suelo.
- Consumir alcohol, drogas y otras sustancias que favorezcan la pérdida de coordinación.
En general, este tipo de lesiones se solucionan con la inserción de una corona dental, la cual permite la recuperación de la forma del diente y su aspecto físico. Si existe un daño en el nervio, se requiere una endodoncia y el reemplazo completo de la pieza dentaria lesionada.
7. Candidiasis oral
En la candidasis oral, el hongo Candida albicans se acumula en el revestimiento de la boca. Este es un microorganismo diploide oportunista, pues forma parte de la microbiota normal del ser humano y no provoca problemas a menos que el sistema inmunitario se encuentre debilitado.
Por desgracia, la candidiasis oral es uno de los síntomas más frecuentes en las personas VIH positivas que pasan a la etapa de SIDA. Debido a que el conteo de linfocitos es extremadamente bajo en los pacientes en esta fase, el hongo prolifera en la cavidad bucal, generando una película blanquecina visible. Se estima que del 30 al 90 % de los cuadros de SIDA se manifiestan con esta infección.
8. Aftas
Tal y como indica la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, una afta es una úlcera o llaga abierta dentro de la boca. Algunos de los factores desencadenantes de estas lesiones son los siguientes:
- Una infección viral, pero no debe confundirse con el herpes labial o calenturas.
- Una lesión bucal tras un arreglo dental llevado a cabo por un profesional.
- Un mordisco en la mejilla o en la lengua mientras se consume un alimento.
- Estrés emocional y cambios hormonales.
- Deficiencias vitamínicas en la dieta.
- Ciertas alergias a los alimentos.
Más allá de estos factores de riesgo, en muchos casos las aftas no tienen un origen claro. Cabe destacar que representan una de las enfermedades bucales más comunes, ya que se estima una prevalencia del 5 al 80 % de la población en cualquier momento y lugar dados. Aparecen con gran frecuencia en niños y adolescentes, siendo especialmente comunes entre los 10 y 19 años.
Las aftas se curan por sí solas. De todas formas, los colutorios especiales pueden ayudar a su sanación y que no se infecten.
9. Herpes labial
El herpes labial es una condición provocada por el virus herpes simplex. Se trata de una infección bucal extremadamente común, pues fuentes citadas estiman que hasta el 67 % de las personas se han infectado en algún momento con el herpes simple tipo 1. El síntoma más llamativo de este cuadro es la presencia de ampollas en el borde de los labios y una marcada picazón.
Lo más curioso de este agente vírico es que permanece latente en los ganglios nerviosos durante toda la vida, pudiendo reactivarse y causando síntomas de forma periódica. La recurrencia viene marcada por otras infecciones, estrés, fatiga, cambios en el sistema inmunitario y lesiones en la piel.
Las llagas suelen desaparecer por sí solas, pero algunos antivirales en forma de cremas o parches aceleran el proceso curativo de forma significativa.
10. Halitosis
La halitosis es más un signo clínico que una enfermedad por sí sola, pero merece un puesto especial entre las enfermedades bucales comunes, pues se estima que hasta el 50 % de las personas presentan mal aliento en algún momento de su vida. La halitosis es normal al despertarse por la mañana, pero puede indicar una patología si se instaura durante todo el día.
Las causas son multifactoriales: escasa higiene bucal, gastritis crónica, infecciones orales y hasta cánceres de pulmón. Aunque se puedan detectar muchos desencadenantes, el 90 % de los cuadros de halitosis encuentran su motivo en los dientes o las encías (cavidad oral).
Enfermedades bucales comunes: un grupo heterogéneo de patologías
Como has podido ver, las 10 enfermedades bucales más comunes presentan etiologías muy diferentes, desde mutaciones celulares y tumores (cáncer) hasta la invasión bacteriana de las encías (gingivitis y periodontitis). De todas formas, casi todas se pueden evitar con los siguientes hábitos: no fumar, lavarse los dientes 2-3 veces al día y comer sano.
En última instancia, cabe destacar que una infección bucal puede convertirse en algo serio si no se trata a tiempo. En caso de que las bacterias ingresen en el torrente sanguíneo, se corre el riesgo de presentar una bacteriemia y septicemia mortales. Con estas patologías, la visita a un profesional médico se hace urgente.
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