Cómo se diagnostica la artritis
El diagnóstico de la artritis es más complejo de lo que la mayoría de las personas piensa. En primer lugar, la artritis no es una enfermedad en sí misma, sino que comprende una variedad de manifestaciones con síntomas muy similares entre sí. Detectar la condición en sus etapas iniciales es muy importante para mejorar el pronóstico de cara al futuro.
De manera general, los especialistas suelen dividir las enfermedades en cuatro tipos: degenerativa (la más común), inflamatoria, metabólica e infecciosa. Con esta categorización pueden orientar el proceso diagnóstico, para luego identificar con mayor precisión qué variante ha desarrollado el paciente. Veamos qué se hace para detectarla y algunas posibles explicaciones diferenciales de los signos.
¿Cómo se diagnostica la artritis?
El primer paso en el proceso diagnóstico de la artritis inicia con el paciente. Este empieza a experimentar dolor en sus articulaciones que se acompaña con leves episodios de inflamación. Aunque en un inicio ambos signos son muy sutiles, con el tiempo son más persistentes y aumentan de intensidad. Te invitamos a conocer los síntomas de la artritis para entender mejor el tema.
Cuando se presentan estas señales, no debes postergar durante mucho tiempo la visita al especialista. Intenta asociar posibles explicaciones, como por ejemplo traumatismos o trabajo en exceso.
En tu primera visita el médico, este hará una revisión general en la que considerará tu edad, hábitos, enfermedades subyacentes, historial clínico, historial familiar y examinará de manera atenta tus articulaciones, como nos recuerda la Arthritis Foundation.
Para complementar las sospechas, el médico procederá a realizar pruebas de laboratorio e imágenes para el diagnostico de la artritis. Solo con base en esto podrá detectar la posible variante de la enfermedad y descartará otras explicaciones.
Diagnóstico de la artritis por pruebas de laboratorio
Existen muchos exámenes de laboratorio para detectar la artritis en los pacientes. Johns Hopkins Medicine señala los siguientes como los más comunes:
Anticuerpos antinucleares
También conocida como ANA, se trata de una prueba destinada a medir los niveles de anticuerpos antinucleares en tu organismo. Este tipo específico de proteínas se relaciona con enfermedades autoinmunes, ya que por lo general atacan a los propios tejidos sin razón aparente. Resulta de gran utilidad para diagnosticar artritis reumatoide, esclerodermia y lupus.
Artrocentesis
La artrocentesis se denomina también aspiración articular y consiste en extraer una muestra del líquido sinovial. El análisis de este líquido permite detectar patógenos y procesos inflamatorios, entre otras cosas. La extracción se hace por medio de una aguja, aunque se trata de un examen con una invasión mínima. Los investigadores avalan su uso para diagnosticar enfermedades articulares.
Con frecuencia el especialista hará una ecografía previa para guiar la punción con la mayor precisión posible. Su recuperación es inmediata, aunque puede que el área se inflame un poco durante las 48 horas posteriores. En todo caso, puedes usar compresas de hielo para amainarla.
Hemograma completo
Es capaz de detectar los niveles exactos de glóbulos rojos, blancos y plaquetas en tu sangre. Un recuento bajo de estos se asocia con algunos tipos de artritis, de manera que es un examen indispensable en el diagnóstico de la enfermedad. Los resultados deben interpretarse en su contexto, ya que algunas afecciones previas y medicamentos pueden incidir en ellos.
Proteína C reactiva
La proteína C reactiva es un tipo de proteína que secreta el hígado ante cualquier proceso de inflamación. Está relacionada, entre muchas enfermedades, con algunos tipos de artritis. Un recuento alto de ella es indicador de que existe un proceso de inflamación en tu organismo.
Velocidad de sedimentación globular
La velocidad de sedimentación globular se utiliza para valorar la rapidez con la cual los glóbulos rojos caen al fondo de un tubo de ensayo. Es una prueba inespecífica, aunque esta acción permite determinar que existe un proceso de inflamación subyacente. No permite saber, a pesar de ello, en qué parte se encuentra o qué la ocasiona.
Otras pruebas de laboratorio complementarias a estas son factor reumatoide, ácido úrico, creatinina, hematocrito, tipificación de tejidos HLA y análisis de orina. La interpretación de los resultados en conjunto darán pistas para descartar o confirmar la enfermedad.
Diagnóstico de la artritis por pruebas de imágenes
Para tener un diagnóstico más preciso de la artritis, el especialista ordenará pruebas por imágenes. Estas permiten visualizar anomalías en las articulaciones o los huesos. Entre las más usadas destacamos las siguientes:
Radiografía
A pesar de sus limitaciones, la radiografía sigue siendo un gran método para el diagnóstico de la artritis. Permite distinguir cambios en las articulaciones y daño óseo. Por lo general, es más útil frente a estados avanzados de la enfermedad. Es posible que experimentes síntomas agudos sin que estos se correspondan con las imágenes obtenidas a través de rayos X.
Ecografía
La ecografía se utiliza para apreciar el estado de los tendones, los ligamentos, el tejido sinovial y el hueso. Normalmente es una prueba complementaria a la radiografía, usada en ocasiones para descartar otras explicaciones de los síntomas.
Resonancia magnética
La resonancia magnética permite obtener imágenes más completas que las radiografías, con detalles precisos del estado de los ligamentos, los músculos, las articulaciones y el cartílago. No forma parte del diagnóstico estándar, aunque es una prueba muy importante para la detección de algunos tipos de artritis.
Artroscopia
La artroscopia es un procedimiento reservado para las variantes degenerativas, en especial para posibles afecciones severas en las articulaciones (como tumores). Consiste en introducir un artroscopio a través de la incisión en la articulación para observar la zona afectada más de cerca.
Diagnóstico diferencial de la artritis
La artritis no es la única enfermedad que produce los síntomas que te han llevado a sospechar de ella. En teoría, existen decenas de condiciones que puede generar los signos característicos. Los investigadores señalan los siguientes entre los principales:
- Sobrecarga de hierro (hemocromatosis).
- Sobrecarga de calcio (hipercalcemia).
- Distensión muscular.
- Tendinitis.
- Enfermedad de Lyme.
- Sarcoidosis.
- Síndrome de Sjögren.
- Bursitis.
- Entesitis.
- Sinovitis transitoria.
La Sociedad Española de Reumatología Pediátrica nos recuerda que la artritis se puede generar como consecuencia de una enfermedad subyacente. Por ejemplo, la enfermedad inflamatoria intestinal (EII), que incluye la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa, puede producir esta manifestación. Pequeños traumatismos también pueden ser la explicación.
En todo caso, cada una de estas condiciones se descartarán durante el diagnóstico. Si se detecta alguna variedad de la artritis el especialista iniciará el tratamiento que mejor se ajusta al contexto. Aunque no tiene cura, la artritis se puede tratar para evitar el deterioro del paciente.
- Loza, S. M., Rosa, M., & Gascón, C. U. Artritis. Diagnóstico diferencial. 2020.
- Punzi, L., & Oliviero, F. (2009). Arthrocentesis and synovial fluid analysis in clinical practice: value of sonography in difficult cases. Annals of the New York Academy of Sciences. 2009; 1154(1): 152-158.
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