Causas y factores de riesgo de las alergias
Las causas de las alergias son múltiples. En términos estrictos, casi cualquier sustancia puede generar una reacción desmesurada del sistema inmunitario humano. Dependerá de la sensibilidad particular de la persona y de las condiciones concomitantes.
De todas maneras, sí es cierto que hay materiales más alergénicos que otros, pues la prevalencia demuestra que muchos pacientes alrededor del planeta son susceptibles a estos y no a otros. Tal es el caso del látex o de los frutos rojos. La experiencia médica reconoce que son elementos con cierta facilidad para desatar respuestas inmunitarias.
También es considerable que las causas de las alergias se pueden estudiar según los grupos poblacionales afectados o la edad de los que las padecen. En los niños, por ejemplo, son más frecuentes los casos asociados a alimentos, mientras que en los adultos prevalecen las dermatitis de contacto y las urticarias en las que es difícil determinar el origen.
Causas más frecuentes de alergias
Sería imposible hacer un listado con todas las causas posibles de alergias. De todos modos, como adelantamos, hay sustancias que con mayor frecuencia se han identificado como alergénicas. En ellas nos centraremos para hacer una visión general.
Vale aclarar que la presencia de una sustancia en este listado no significa que siempre conlleve síntomas. Además de la susceptibilidad individual que determina la aparición o no de un cuadro atópico, tenemos que considerar las circunstancias y la cantidad a la que nos exponemos. A veces, una pequeña dosis no es suficiente para ocasionar un síndrome, pero sí cuando se entra en contacto o se consume en demasía.
Alimentos
Las alergias alimentarias se encuentran entre las más frecuentes de las que se presentan a nivel mundial. Así mismo, son muchos los productos capaces de generarlas. De todos modos, hay sustancias que se reconocen como más peligrosas frente a otras, tanto como varía la reactividad de acuerdo a la edad.
Un caso particular es el de los niños pequeños, menores de 1 año. Como no han tenido tanto contacto con sustancias extrañas al cuerpo, es más probable que los alimentos sean causantes de alergias en ellos. Por ello existen guías y recomendaciones pediátricas para la introducción de los sólidos y los líquidos distintos a la leche materna con una progresión medida.
En términos puntuales, un puñado de alimentos concentran la mayoría de las causas de las alergias vinculadas a la alimentación. Entre ellos están los siguientes:
- Frutos secos.
- Trigo.
- Pescados y mariscos.
- Lácteos.
Es importante distinguir entre alergia e intolerancia alimentaria. El mecanismo de fondo es diferente, por lo que no siempre se puede atribuir una reacción a un producto que, en realidad, lo que está generando es otro mecanismo de rechazo.
Picaduras
Las picaduras de los insectos pueden ser causas de alergias. No siempre por las sustancias inoculadas, sino muchas veces por una sobrerreacción del sistema inmunitario al hecho mismo de la picadura o al rascado.
Las abejas y las avispas se encuentran primeras en este listado. La alergia a sus picaduras es capaz de generar choques anafilácticos en personas susceptibles, por lo que se sugiere que, ante un antecedente, se evite a toda costa un nuevo contacto o se porte una inyección de epinefrina que permita aminorar un posible cuadro en un lugar remoto sin atención médica adecuada.
Los mosquitos constituyen un problema en sí mismos, ya que las picaduras generan reacciones alérgicas, pero también transmiten enfermedades infecciosas bajo la modalidad de vectores. Es el caso del dengue o el zika.
Polen
Entre las sustancias suspendidas en el aire que son causas de alergias tenemos como principal al polen. Esta condición se conoce como polinosis y es capaz de generar cuadros diversos que abarcan desde la rinitis hasta la conjuntivitis y el asma alérgico.
Los meses más severos para quienes padecen este problema son los de primavera. Es el momento en que las plantas y los insectos están más activos por la polinización y, por ende, el aire del ambiente se llena de estas partículas. Hay zonas geográficas con mayor incidencia del fenómeno, como aquellas boscosas.
También influye mucho el estado de la atmósfera. Cuando llueve o no hay viento disminuye la concentración de polen, aunque sea primavera. Bajo esas condiciones se reducen las posibilidades de alergia. Al contrario, los días soleados o con viento intenso de primavera y verano estimulan la distribución de las partículas.
Hay un vínculo existente entre la contaminación atmosférica y la alergia al polen. Estudios confirman que las ciudades con mayor polución presentan elevadas tasas de polinosis entre sus habitantes.
Látex
De las causas de las alergias por sustancias químicas tenemos al látex como paradigma. Este producto está presente en múltiples objetos que empleamos a diario en el hogar y en el trabajo. De allí su importancia.
El látex es un derivado del árbol de caucho y el cuerpo humano lo puede identificar como un cuerpo extraño agresivo a través del contacto por la piel o por el ingreso en la vía respiratoria. Los guantes quirúrgicos, por ejemplo, constituyen el ejemplo tradicional de la atopía por contacto directo. Por otro lado, micropartículas en suspensión aérea, derivadas de los mismos guantes o de globos, son inhaladas.
La dermatitis por contacto es la patología que se hace evidente en la alergia por látex. Se forma una erupción en la piel con eritema, a veces ampollas, y prurito intenso. El rascado es capaz de intensificar el cuadro.
Medicamentos
Dentro de las reacciones adversas e indeseadas de los medicamentos están las alergias. Entonces, podríamos decir que casi cualquier fármaco es un potencial agente causal. Con el uso continuado en la medicina se han podido identificar aquellos productos que son más alérgenos que otros.
En los prospectos de los medicamentos debe detallarse, por cuestiones legales, si es posible que un paciente con hipersensibilidad a un principio activo tenga complicaciones derivadas del uso. Los antibióticos suelen ocupar el primer lugar de la lista de sospechosos, siendo los derivados de la penicilina los que se llevan la mayor parte de cuadros clínicos.
El angioedema, que es una hinchazón de las piel y las mucosas como reacción a una sustancia, casi siempre sin prurito, representa una forma agravada de alergia a los medicamentos. De todas maneras, su abordaje se realiza con otros fármacos (antihistamínicos y antiinflamatorios).
Factores de riesgo de las alergias
Así como hay causas de las alergias, también existen factores de riesgo que favorecen la aparición del trastorno. Son muy variables y extensos, pero podemos dividirlos en los genéticos y en los vinculados al estilo de vida.
En el campo de la genética, se ha determinado que la existencia de alergias en la familia es un factor de riesgo para que hijos y nietos también las tengan. Esto devela que algún mecanismo de susceptibilidad puede ser hereditario. Posiblemente la explicación resida en la transferencia de inmunoglobulinas E.
Respecto al estilo de vida y los hábitos, algunas hipótesis plantean que el modo de presentar los alimentos en la alimentación complementaria es determinante de alergias en el futuro como adultos. Inclusive se baraja la posibilidad de que ciertas exposiciones a alimentos en los primeros años sean influyentes en el asma.
El tabaquismo durante el embarazo también ha demostrado vínculo. Las madres que conservan el hábito tabáquico durante su gestación exponen a los bebés a ser más susceptibles a las alergias una vez que han nacido.
Reconocer las causas de las alergias para reducir el riesgo
Las causas de las alergias nos permiten establecer un camino para la prevención. Si sabemos que tenemos susceptibilidad a determinada sustancia, entonces es conveniente que la evitemos o que reduzcamos el contacto con la misma.
De todas maneras, siguen existiendo casos en los que es imposible determinar la etiología de una reacción o una anafilaxia. Son los cuadros llamados idiopáticos y, aunque más infrecuentes, requieren pericia médica para evitar complicaciones.
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