Causas del acné
La piel es el órgano más extenso del cuerpo y tiene funciones vitales como la protección contra agentes patógenos y la regulación de la temperatura. Por desgracia, existen muchas patologías que pueden afectar su apariencia, generando secuelas físicas y emocionales. Una de estas patologías es el acné y analizamos sus causas.
El acné es una enfermedad dermatológica que afecta a muchas personas entre los 15 y 17 años de edad, según indican diversos estudios. En términos sencillos, consiste en la obstrucción de los pequeños agujeros ubicados en la piel llamados poros. Es más frecuente en la cara, el pecho y la espalda.
Las causas del acné son muy diversas. Pueden ir desde enfermedades endocrinometabólicas, con niveles hormonales alterados, hasta el consumo de ciertos fármacos. Por su parte, algunas etapas de la vida que involucran cambios hormonales, como la pubertad o el embarazo, son desencadenantes.
Causas fisiopatológicas del acné
A pesar de ser una de las enfermedades de la piel más comunes, la causa específica de su aparición sigue siendo un misterio. Hoy en día se han logrado identificar 3 procesos fisiopatológicos que deben estar presentes y ocurrir de forma ordenada para que una persona pueda desarrollar las lesiones características del acné.
Es importante destacar que estos procesos solo explican la aparición de los granos y los puntos negros. Sin embargo, otros factores predisponentes son indispensables para que una persona padezca la enfermedad.
1. Hiperseborrea
En la piel existe un conjunto de glándulas llamadas sebáceas, cuya función principal es producir una sustancia grasa conocida como sebo que servirá para lubricar y proteger la piel. En condiciones normales, las glándulas expulsarán el sebo hacia la superficie cutánea, manteniendo la piel grasa y lubricada.
El verdadero problema en la producción de sebo recae cuando los poros se encuentran obstruidos. Las glándulas seguirán produciendo sebo de forma natural, pero el mismo ya no será capaz de salir a la superficie, por lo que se quedará en el interior y generará los característicos comedones.
Por otro lado, ciertas situaciones pueden acelerar el trabajo de las glándulas sebáceas, generando una condición llamada hiperseborrea. Estudios demuestran que estas glándulas aumentan su actividad cuando se encuentran niveles de testosterona elevados, lo que genera la aparición de más lesiones.
2. Hiperqueratosis
La piel cuenta con múltiples células de diversa índole. Todas estas células tienen un período de vida determinado, por lo que tienden a recambiarse de forma constante. En este sentido, las células viejas mueren y aparecen nuevas.
Una de las causas del acné es una situación irregular llamada hiperqueratosis. En esta condición existe un error en el recambio celular de los queratinocitos, unas células ubicadas cerca de las glándulas sebáceas. La hiperqueratosis generará que se produzcan más queratinocitos que los habituales y que los mismos duren más tiempo.
Al haber tantos, es más probable que se obstruyan los poros, dando origen a los comedones por un mecanismo similar al de la hiperseborrea. Los comedones originados por la hiperqueratosis pueden ser abiertos o cerrados.
3. Proliferación bacteriana
La superficie de la piel cuenta con una serie de bacterias y hongos que conforman la microbiota dérmica. En condiciones normales, estos microorganismos se encargan de proteger la piel y prevenir infecciones. Además, su crecimiento siempre se encuentra regulado para evitar que puedan ser nocivos para la salud.
Tanto la hiperseborrea como la hiperqueratosis generan un ambiente ideal para que las bacterias proliferen de forma excesiva. La bacterias cuentan con una serie de enzimas capaces de degradar los triglicéridos del sebo, generando ácidos grasos libres que tienen un efecto irritativo.
Por otro lado, estos ácidos grasos también tienen la capacidad de atraer diversos glóbulos blancos, como los macrófagos y los neutrófilos, los que favorecen la aparición de lesiones inflamatorias. El acné puede ser causado por múltiples bacterias, aunque los agentes causales más frecuentes son Staphylococcus aureus y Propionibacterium acnes.
Situaciones que desencadenan el acné
Diversas situaciones pueden generar la aparición de la hiperseborrea, la hiperqueratosis, la proliferación bacteriana y, por consiguiente, del acné. Una de las causas más conocidas son los cambios hormonales, sobre todo en los niveles de estrógenos y de testosterona.
En este sentido, ciertos períodos de la vida como el embarazo, la pubertad, el ciclo menstrual y los momentos de estrés pueden estar detrás del trastorno. En estas etapas la piel se vuelve más grasa de lo habitual, favoreciendo al crecimiento bacteriano.
Por otro lado, otras situaciones no relacionadas a los cambios hormonales son capaces de desencadenar la enfermedad, aunque las mismas son menos frecuentes. Entre ellas destacan las siguientes:
- El uso de ciertos productos cosméticos.
- Algunos fármacos como los corticoides.
- Patologías como el síndrome de ovario poliquístico.
- El sudor y la fricción constante de la piel.
Las causas del acné son muy variadas
Lo más importante a tener en cuenta a la hora de lidiar con el acné es que se trata de una enfermedad que posee múltiples causas. En este sentido, la aparición de la patología no siempre será culpa de quien la padece. De hecho, el desarrollo de la misma puede ser inevitable en muchos casos.
Los procesos fisiopatológicos que explican la aparición de la enfermedad se conocen muy bien y se han logrado relacionar con ciertas situaciones cotidianas. La exfoliación y una limpieza adecuada pueden ayudar a prevenir la enfermedad.
Por fortuna, existen múltiples fármacos disponibles para disminuir la gravedad de las lesiones. Por lo que es importante acudir a la consulta dermatológica lo antes posible para iniciar el tratamiento adecuado y prevenir la aparición de cicatrices.
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