¿Cómo saber si es cáncer de piel o un lunar?
La detección temprana del cáncer de piel ofrece un mejor pronóstico y se asocia con una menor tasa de morbilidad. Por lo general, los lunares benignos suelen confundirse con patologías neoplásicas (cáncer) y alarman a los pacientes afectados. ¿Te interesa conocer cómo saber si una lesión es cáncer de piel o un lunar? A continuación te contamos.
En la actualidad, la identificación del cáncer de piel constituye un gran reto para los profesionales de la salud. En la mayoría de los casos, estas lesiones cutáneas pueden pasar desapercibidas y no diferenciarse de una mancha o lunar común. Sin embargo, existen algunas características que permiten sospechar si es cáncer de piel o un lunar a simple vista.
Diferencias entre el cáncer de piel y un lunar
Los lunares o nevus se definen como ‘proliferaciones melanocíticas benignas que suelen presentarse como pequeñas manchas, pápulas o nódulos de color piel o marrón’. Estudios sugieren que solo están presentes en el 1 % de los recién nacidos y aparecen a partir de los 6 a 12 meses de edad. Los mismos continúan aumentando en cantidad y tamaño hasta los 25 años.
Por lo general, es poco común que un solo lunar puede malignizarse y originar cáncer de piel. Sin embargo, la presencia de un gran número de lunares típicos o cualquier lunar displásico debe mantenerse bajo supervisión continua. Algunas investigaciones afirman que la presencia de 50 lunares o más aumenta de forma considerable el riesgo de padecer un melanoma.
En la identificación y diferenciación inicial entre el cáncer de piel y un lunar por parte del paciente es importante considerar los detalles visibles a simple vista. En este sentido, se debe seguir la regla del ABCDE para reconocer las características de una neoplasia cutánea. Las mismas evalúan la forma, la simetría, el color, el tamaño y la evolución de toda lesión de piel.
Forma
Los lunares benignos se pueden presentar en cualquier parte del cuerpo y en una gran variedad de formas. Los mismos van desde una peca o mancha, hasta una pequeña elevación abultada de la piel. Sin embargo, la mayoría se caracteriza por ser redondeados y mantener una simetría evidente en ambas mitades.
Por otro lado, las lesiones de cáncer de piel de tipo melanoma suelen evidenciarse como manchas o elevaciones con forma irregular. Es común que las mismas sean asimétricas y que tengan una parte de mayor tamaño que el resto. Además, algunas pueden extenderse en el tejido imitando la forma de una la mancha de una copa de vino sobre un pañuelo.
Bordes
En cuanto a los bordes, estudios estiman que los lunares se visualizan a simple vista con bordes lisos, uniforme y separados de la piel circundante en la mayoría de los casos. No obstante, las lesiones de los melanomas suelen tener bordes desiguales e irregulares, los cuales pueden presentar muescas o aspecto de algodón a lo largo de su estructura.
Esta característica debe considerarse en asociación directa con la forma y la simetría de toda lesión evidente en la superficie de la piel. Además, algunos lunares pueden parecer normales en un inicio y adquirir características extrañas con el tiempo. En este sentido, es importante mantener en atención continua a los mismos.
Color
El color es un factor fundamental en la diferenciación entre el cáncer de piel y un lunar. De hecho, su importancia promueve el estudio a profundidad con una dermatoscopia en la consulta con el especialista. Este examen suele definir el tipo de lesión y orientar sobre la posible malignidad de un lunar en la mayoría de los casos.
En los nevus, es común encontrar tonos marrones, rosados o similares a los colores de la piel. Sin embargo, el aspecto primordial que determina su benignidad es que el color se mantiene uniforme a lo largo de toda la lesión.
Por otro lado, las manchas o lunares sugestivos de cáncer de piel suelen presentar varios tonos que se interponen a lo largo de los mismos. En los melanomas, es frecuente encontrar mezclas de marrón, negro y tonos bronceados. Algunas investigaciones afirman que los tonos del borde de la lesión son los más importantes en la identificación de las neoplasias cutáneas.
Tamaño
Las dimensiones de los lunares típicos pueden variar mucho en concordancia con su forma. El rango de tamaño limite establecido para considerar una lesión benigna es de 6 milímetros. En este sentido, toda lesión que se encuentra por encima de estas dimensiones debe sugerir algún tipo de cáncer de piel.
De forma práctica, algunos pacientes utilizan el tamaño de la goma de un lápiz como referencia de la lesión. Sin embargo, los melanomas pueden presentarse como manchas o lunares de grandes dimensiones.
Evolución
El seguimiento periódico de las lesiones de piel suele ser la clave en el diagnóstico del cáncer de forma precoz y oportuna. Por lo general, las neoplasias cutáneas se presentan como lunares que cambian su forma, simetría, bordes y colores a lo largo del tiempo. De igual forma, pueden aparecer espontáneamente sobre la piel sana.
En algunos casos, las lesiones de piel suelen obtener una consistencia dura, grumosa o escamosa que aumenta la sospecha de cáncer. Además, las mismas se hacen más grandes y gruesas, cubriendo una mayor extensión de la superficie cutánea.
Síntomas concomitantes
Al evaluar un lunar o mancha sospechosa, se deben tener en cuenta otros síntomas asociados que sirvan de apoyo diagnóstico. La presencia de sangrado, secreción purulenta y picazón suele orientar al médico tratante. En algunos pacientes, se presentan alteraciones de la sensibilidad como el entumecimiento y el hormigueo.
La detección temprana marca la diferencia
En la actualidad, es muy común que las personas confundan el cáncer de piel con un lunar benigno. Este hecho empeora el curso clínico de la enfermedad al no ser abordado a tiempo. Por lo que, si presentas varios lunares, alguna lesión extraña o una mancha de aparición espontánea debes acudir lo antes posible con tu médico de confianza.
De igual manera, la realización de un autoexamen de la piel de forma rutinaria es indispensable, siendo una de las medidas más importantes para tratar el cáncer de piel en sus estadios iniciales. Además, el uso de protección solar adecuada y los exámenes de control con el dermatólogo se asocian con un menor riesgo de padecer cáncer de piel.
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