Bocio nodular y multinodular: definición, síntomas y tratamiento
La tiroides es una glándula ubicada en la parte anterior del cuello, la cual es descrita con ‘forma de mariposa’. Suele ser un órgano pequeño, sin embargo, al aumento de su tamaño se le conoce como bocio. En este artículo abordaremos el tema, haciendo especial énfasis en la clasificación de esta entidad patológica.
Esta glándula juega un papel crucial en el funcionamiento del cuerpo , ya que es la encargada de secretar hormonas que cumplen varias funciones en el metabolismo, el crecimiento y el desarrollo.
Se requiere del yodo presente en los alimentos para sintetizar hormonas tiroideas, conocidas como triyodotironina (T3) y tiroxina (T4). Una de las causas históricamente conocidas de bocio es la deficiencia de yodo, como lo menciona el artículo publicado en la revista The Lancet Diabetes & Endocrinology .
¿Cuáles son los tipos de bocio?
Según un artículo publicado en la Revista Chilena de Radiología , el tamaño de la tiroides puede verse afectada por diversos factores como la edad y la ingesta de yodo; sin embargo, menciona que sus dimensiones promedios son de 4 a 6 centímetros (cm), 2 cm y 2 cm para el largo, ancho y grosor, respectivamente.
Según el patrón de crecimiento de la glándula, como afirma la Clínica Universidad de Navarra , se clasifica en:
- Bocio difuso: el cual hace referencia al crecimiento. Se da de manera generalizada en toda la glándula.
- Bocio nodular: se denomina así cuando el crecimiento se da en zonas específicas de la glándula generando con ello una masa circunscrita (un nódulo), este puede ser de consistencia dura o blanda y de tamaño variable. Cuando se presentan múltiples lesiones de este tipo se denomina bocio multinodular.
¿Cómo es el abordaje clínico?
El abordaje inicial para caracterizar el aumento de la glándula tiroides se realiza con una buena historia clínica y examen físico exhaustivo en el que la palpación es de gran importancia, ya que los nódulos de consistencia dura y con crecimiento rápido en el tiempo tienen riesgo de ser cáncer, como lo afirma la Clínica Universidad de Navarra . Se requiere también de una imagen, comúnmente se utiliza la ecografía de tiroides.
Con los hallazgos ecográficos se desarrolló una clasificación llamada TIRADS en la que, según la presencia de hallazgos sugestivos de malignidad, la categoría y la puntuación, se define si el paciente requiere seguimiento clínico, imagenológico, realización de biopsia para determinar diagnósticos diferenciales y brindar el tratamiento específico adecuado.
Como se mencionó previamente, dado que pueden ser alteraciones estructurales con la función de secreción hormonal normal o aumentada, se requiere la medición en sangre de tiroxina, preferiblemente T4 libre y hormona estimulante de la tiroides (TSH), para determinar si se requiere también tratamiento hormonal.
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¿Cuáles son los síntomas del bocio?
La mayoría de los casos es una patología asintomática. Sin embargo, en los casos en los que los nódulos tengan un gran tamaño se puede generar dificultad para tragar, sensación de opresión en el cuello o cambios en la voz.
Teniendo en cuenta que las hormonas tiroideas tienen funciones especiales casi en todas las células del cuerpo, dado el caso de que los nódulos produzcan y liberen estas en exceso, se pueden generar síntomas como palpitaciones, pérdida de peso, nerviosismo, temblores, intolerancia al calor y sudoración excesiva, como en el hipertiroidismo . Cuando se presentan estos niveles elevados de tiroxina a la entidad se le adiciona a su nombre la palabra ‘tóxico’ , así:
- Bocio tóxico difuso: hace referencia a un crecimiento glandular global, en el que adicionalmente se producen niveles sobre el valor normal de tiroxina. Este tipo de alteración se presenta típicamente en la enfermedad de Graves-Basedow, la cual está asociada con la presencia de anticuerpos que son capaces de activar los receptores que incentivan a la producción hormonal.
- Bocio multinodular tóxico: poniendo en práctica lo aprendido hace referencia a un agrandamiento de la tiroides (bocio) con múltiples nódulos en los que, además, hay un exceso de hormonas generadas tanto en las masas como en la glándula, lo cual genera los síntomas mencionados. Esta patología también es conocida como enfermedad de Plummer.
- Bocio nodular tóxico: se denomina así al crecimiento de la glándula localizada en una zona, generando una masa circunscrita, la cual tiene aumentada la capacidad de producción de tiroxina.
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¿Cuál es el tratamiento?
El tratamiento del bocio depende del tamaño de los nódulos, la presencia de síntomas y la función tiroidea. Si los síntomas son leves y no hay alteración en la función tiroidea, la vigilancia regular puede ser suficiente.
Sin embargo, si los nódulos son grandes, causan síntomas o afectan la función tiroidea, se pueden considerar opciones de tratamiento, que van desde medicamentos (como fármacos antitiroideos, levotiroxina, entre otros) hasta cirugía o terapia con yodo radiactivo como se menciona en un artículo publicado en Journal of Endocrinological Investigation .
El punto clave: la valoración médica
Los avances en la medicina han proporcionado diversas opciones de tratamiento, lo que permite abordar estas condiciones de manera efectiva y mejorar la calidad de vida de los pacientes afectados por el bocio nodular y multinodular.
Para ello es importante que la persona consulte a tiempo si presenta alguno de los síntomas mencionados o nota una ‘masa’ en la región anterior del cuello, para así poder llegar a un diagnóstico oportuno y brindar un tratamiento acorde a las características del individuo y su patología.
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