Gordofobia: qué es y cómo combatirla
La gordofobia, también conocida como sesgo de peso, discriminación de peso o prejuicios de peso, alude a los estereotipos y los episodios de discriminación hacia personas, poblaciones y organizaciones con base en criterios de peso corporal. Se manifiesta en una variedad de contextos, como lo son las redes sociales, la publicidad, la atención médica, las oportunidades laborales, la escuela y demás.
Para los motivos del presente artículo nos enfocamos en las características y las consecuencias de los estereotipos centrados en el peso. Ciertamente, advertir esto último no es ni mucho menos hacer una apología al sobrepeso o a la obesidad. Como analizaremos en breve, el alcance de la gordofobia va mucho más allá de la opinión popular que algunos sectores tienen hacia ella.
Características de la gordofobia
El principio, los prejuicios hacia las personas con sobrepeso u obesidad se concentran en asumir de que son poco inteligentes, carecen de autodisciplina y fuerza de voluntad. Cuando se alude a la gordofobia se hace teniendo en cuenta estos criterios, y algunos autores apuntan que, al menos en EE. UU., su prevalencia está muy cercana a la de la discriminación racial.
Otros de los criterios que asumen algunas personas en relación con el sobrepeso o la obesidad es pensar que son poco obedientes, poco responsables y que todos tienen problemas de salud.
Tal y como señala la Organización Mundial de la Salud (OMS), tanto el sobrepeso como la obesidad se asocian con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, trastornos musculoesqueléticos y algunos tipos de cáncer (entre otras condiciones).
Pese a ello, y aquí está el meollo de la cuestión, quien recrimina a una persona con sobrepeso u obesidad sobre la posibilidad de manifestar estas y otras complicaciones casi nunca lo hace pensando en su salud. En cambio, lo hace para confirmar o alentar los prejuicios que ha asumido.
Esto es, su poca inteligencia para comprender los problemas asociados, la falta de disciplina y fuerza de voluntad para hacer dieta y ejercicio, la poca responsabilidad con respecto a su salud y otros.
Es importante tener en cuenta que la gordofobia es un término informal. Por supuesto, las actitudes no manifiestan los síntomas patológicos que caracterizan a las fobias. A pesar de su amplia receptividad en la sociedad, los términos discriminación de peso, prejuicios de peso o sesgo de peso son más apropiados para aludir al problema.
Consecuencias de la gordofobia
Ahora que comprendes qué es exactamente la discriminación por peso estás listo para conectar con sus consecuencias. Muy pocas veces se piensa en el impacto real que ciertos prejuicios pueden tener en las personas con sobrepeso u obesidad. Hay muchas maneras en que estos inciden de manera negativa en ellas, pero para los motivos de hoy nos centramos en cinco variables.
Impacto en la educación
Un trabajo publicado en Obesity (Silver Spring) en 2010 encontró que los adolescentes obesos tienen menos probabilidades de obtener un título universitario en comparación con sus pares de peso normal. Los investigadores concluyeron que, en combinación con otras variables, puede deberse a la discriminación que perciben y que los lleva a abandonar su carrera.
Pero esto no es todo. Un estudio publicado en la misma revista en 2013 encontró que las personas que entrevistan a los solicitantes de programas de posgrado pueden favorecer sistemáticamente a los solicitantes más delgados. En esencia, las personas obesas reciben menos admisiones en programas de posgrado; esto al margen de sus capacidades y de su perfil.
Impacto en las relaciones interpersonales
Se sabe que los jóvenes con sobrepeso y obesidad tienen menos amigos en su etapa escolar que las personas delgadas. Como sustento de esto, los expertos han encontrado que las personas con sobrepeso y obesidad que bajan de peso experimentan un mayor bienestar en cuanto a sus relaciones interpersonales. Debido a los prejuicios de peso a todos estos se les dificulta consolidar un círculo de amistad alrededor de ellos.
Impacto en la carrera profesional
La evidencia nos señala que la obesidad es una barrera general para el empleo, ciertas profesiones y el éxito profesional. Principalmente, lo es en las mujeres. Quienes padecen de sobrepeso u obesidad tienen mayores problemas para obtener recomendaciones, obtener un puesto de trabajo, superar una entrevista laboral, escalar puestos en una empresa, disfrutar de un salario digno y demás.
Impacto en la atención médica
Los expertos han encontrado que los pacientes con sobrepeso y obesidad reciben menos respeto que los pacientes con un peso saludable en el contexto de la atención médica.
De igual modo, algunos médicos ven a todos ellos bajo sesgos que incluyen una menor disciplina hacia tratamientos, terapias y cambios en el estilo de vida. Por último, y de manera general, el deseo de intervenir disminuye a medida que aumenta el IMC del paciente.
Un trabajo publicado en Journal of the American Association of Nurse Practitioners en 2002 sugirió que el aumento en el IMC se asocia con un aumento en la demora/evasión de la atención médica.
El estigma y la discriminación que perciben algunos pacientes en relación con su peso puede llevarlos a retrasar e incluso evitar la consulta con los especialistas médicos. A pesar de ello, se sabe que muy pocos profesionales de la medicina son conscientes de sus prejuicios.
Impacto en el bienestar psicológico
Como no podría ser de otra manera, la llamada gordofobia tiene un impacto directo en la salud psicológica. Se ha asociado con baja autoestima, depresión, ansiedad, insatisfacción corporal e incluso ideas suicidas.
Téngase en cuenta que las mujeres son más propensas a padecer discriminación por su peso, al tiempo que son propensas a manifestar los trastornos psicológicos anteriores. Juntos forman un cóctel que juega en contra del bienestar.
Por todo lo anterior, y siguiendo en todo momento a la evidencia, el sesgo de peso incentiva el sobrepeso y la obesidad. Dado que las personas tienen problemas en su entorno educativo, profesional, interpersonal, psicológico y no sienten confianza o comodidad al buscar ayuda; en muchos casos optan por aislarse y refugiarse en hábitos que directa o indirectamente fomentan la ganancia de peso.
Cómo combatir la gordofobia
Ya hemos establecido los criterios y las consecuencias con las cuales opera la gordofobia. A sabiendas de ello, ¿qué se puede hacer para combatirla? Tal y como advierten los especialistas, el primer paso consiste en reconocer el problema.
Estar al tanto de lo que se ha comentado en apartados anteriores es útil para dimensionar que no se trata de un fenómeno trivial. Al contrario, tiene múltiples repercusiones en el día a día de los afectados.
Se ha mencionado que en el entorno escolar, profesional y médico-hospitalario se concentran buena parte de las actitudes prejuiciosas. Por tanto, crear planes y programas en dichos entornos es imprescindible para combatir la gordofobia. Veamos algunos ejemplos:
- Abordar la discriminación por el peso en las charlas de capacitación sobre acoso en el lugar de trabajo.
- Implementar políticas en contra del acoso escolar en las escuelas para proteger a los estudiantes que lo padecen por causa de su peso (las políticas deben estar orientadas a concienciar sobre cualquier tipo de acoso, por supuesto).
- Capacitar a los proveedores de atención médica (enfermeras, médicos especialistas y demás) sobre el cuidado respetuoso hacia los pacientes con sobrepeso y obesidad.
En compañía de todo esto, también se deben diseñar planes y programas dirigidos a la sociedad en general. Congresos, charlas, seminarios, campañas financiadas por entes públicos y privados para medios informativos y demás forma parte de combatir el sesgo de peso. Estar al tanto del problema es la mejor ruta para evitar los episodios discriminatorios de este tipo.
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