¿Qué es un medicamento genérico?
Las personas han confiado en las marcas comerciales de fármacos durante mucho tiempo debido a su eficacia. No obstante, en los últimos años surgió una alternativa denominada medicamento genérico, la cual proporciona los mismos efectos con un precio de adquisición menor.
El tratamiento de las enfermedades que afectan a los humanos evolucionó con el pasar de los años. La sociedad pasó de aplicar sustancias naturales sin ninguna dosificación al uso de fármacos precisos. Los primeros laboratorios en sintetizar medicamentos adquirieron popularidad rápidamente y se ganaron la confianza de la población.
Es importante tener en cuenta que los fármacos están compuestos a gran escala por un principio activo y unos excipientes. El principio activo será el encargado de generar el efecto farmacológico, un ejemplo de ello es el paracetamol. Por su parte, los excipientes le otorgan cualidades a los fármacos para facilitar su uso.
¿Qué es un medicamento genérico?
Un medicamento genérico está definido por la Ley de Garantías y Uso Racional de los Medicamentos y Productos Sanitarios como “todo medicamento que tenga la misma composición cualitativa y cuantitativa en principios activos y la misma forma farmacéutica”.
En pocas palabras, son todos aquellos compuestos que cuenten con las mismas propiedades farmacocinéticas y farmacodinámicas de un fármaco de referencia. Este tipo de medicamentos debe aprobar una gran cantidad de estudios que demuestren que poseen la misma biodisponibilidad y efectos en el organismo.
Todos estos compuestos deben contar con una apariencia diferente al fármaco que les dio origen. Además, es importante que los mismos se nombren con base en el principio activo utilizado y no al laboratorio. La etiqueta estos fármacos debe tener las siglas EFG, las cuales significan Equivalente Farmacéutico Genérico.
Los fármacos comercializados en la actualidad cuentan con una patente, por lo que un medicamento genérico no se puede comercializar hasta que la misma haya caducado. Este grupo de fármacos se introdujo en España en el año 1997 y deben ser prescritos por ley en el país desde el año 2011.
Diferencias entre un medicamento genérico y uno de marca
En la actualidad no existen grandes diferencias en cuanto a la composición de los fármacos. Por ley, el medicamento genérico y el de marca deben emplear el mismo principio activo. Esto quiere decir que deben ser iguales en su estructura química, tener la misma dosificación y generar el mismo efecto.
Estos compuestos también deben tener la misma forma de presentación, por lo que también son muy similares en su administración. La principal diferencia entre ambos tipos de medicamentos recae en su apariencia, la cual debe ser muy diferente con el fin de evitar problemas legales.
En este sentido, los genéricos deben emplear colores distintos a los utilizados por el medicamento de marca, además también deben incorporar las siglas mencionadas con anterioridad en su etiqueta. Los especialistas afirman que el proceso de fabricación y comercialización de los medicamentos de marca toma más tiempo.
La afirmación anterior es producto de que los medicamentos de marca necesitan realizar fases de investigación, desarrollo y estudios clínicos. Por su parte, un medicamento genérico sigue el mismo proceso de elaboración establecido por la marca industrial, sin embargo, pueden añadir excipientes extras o incorporar alguna innovación.
Ventajas
La principal ventaja de los genéricos recae en su precio de venta. De acuerdo a los datos ofrecidos por la Asociación Española de Medicamentos Genéricos (AESEG), los mismos son entre un 40 % y 60 % más económicos que los fármacos de marca.
La disminución en el precio se debe a que estos no deben amortizar todos los gastos producidos en la fase de investigación y estudio. Esto supone un ahorro para el ciudadano común, el cual deberá pagar menos por un medicamento genérico, pero obtendrá los mismos beneficios y hasta las mismas interacciones.
Este tipo de medicamentos también contribuye a la racionalización del gasto publico ya que reduce las facturas farmacéuticas. Al reducir el costo de dichas facturas se liberan recursos públicos para el estado, los cuales pueden invertirse en otras áreas sanitarias de mayor necesidad.
Las marcas comerciales no se ven perjudicadas por los medicamentos genéricos, ya que los mismos solo pueden circular cuando se vence la patente. Este documento legal puede ser válido durante un período que puede variar entre 10 y 20 años, el cual suele ser suficiente para recuperar el dinero invertido.
Mitos más frecuentes sobre los genéricos
A pesar de que el uso de los medicamentos genéricos está aumentando en todo el mundo, aún existen muchos mitos y preguntas acerca de los mismos. Una de las afirmaciones que se escucha con mayor frecuencia es que estos tienen un 20 % menos de principio activo, sin embargo, nada más alejado de la realidad.
Múltiples estudios aseguran que un medicamento genérico tiene la misma bioequivalencia que su contraparte de marca. Esto quiere decir que ambos compuestos tienen la misma dosis de principio activo y son capaces de generar las mismas reacciones en el organismo.
Lo que si es una realidad es que la absorción del mismo puede variar un 20 % entre cada persona dependiendo de variables individuales. No obstante, esto no es un fenómeno exclusivo de los genéricos, ya que se puede observar incluso entre 2 lotes distintos de un medicamento de marca.
También es posible escuchar que un medicamento genérico no cuenta con la misma legalidad que uno de marca. Sin embargo, estos deben de pasar múltiples pruebas para demostrar su eficacia y así poder recibir la aprobación de las autoridades.
Entre los entes encargados de autorizar la comercialización de los genéricos destacan la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), así como la European Medicine Agency (EMA). En Estados Unidos, la autoridad encargada de la verificación es la U.S. Food and Drug Administration (FDA).
Compuestos seguros y con resultados eficaces
Un medicamento genérico emplea el mismo principio activo y hasta los mismos excipientes que su contraparte de marca en la mayoría de los casos, por lo que generan el mismo efecto farmacológico. Las únicas diferencias apreciables son en la apariencia y en el precio de los mismos, ya que los genéricos son más económicos.
Todos los medicamentos disponibles, incluidos los genéricos, pueden desencadenar efectos secundarios no deseados, por lo que su consumo debe realizarse bajo previa autorización médica.
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