Maloclusión dental: causas, tipos y tratamientos

Padecer una maloclusión dental afecta las funciones orales, la estética y la calidad de vida de la persona. Te contamos cómo se clasifica, sus causas y los tratamientos disponibles.
Maloclusión dental: causas, tipos y tratamientos
Vanesa Evangelina Buffa

Escrito y verificado por la odontóloga Vanesa Evangelina Buffa.

Última actualización: 09 julio, 2023

Se denomina oclusión a la relación que existe entre los dientes entre sí y entre las piezas inferiores con las superiores al morder. Cuando esta correlación está alterada y los elementos dentarios no se encuentran en la posición que les corresponde, estamos frente a una maloclusión dental.

Al cerrar la boca, las piezas superiores sobrepasan ligeramente a las inferiores y las cúspides de las muelas de arriba encajan en las fosas de las de abajo. Además, a cada diente le corresponde una ubicación y alineación determinada en la arcada dentaria. Esto mantiene la armonía en la mordida.

Si esto no sucede, resultan afectadas las funciones normales de la boca, la salud, la estética y la calidad de vida del paciente. Por este motivo, cuando existe una maloclusión dental, es necesario tratarla. Exploremos las causas que originan estos trastornos, los diferentes tipos y cómo se pueden corregir.

Causas de la maloclusión dental

Son varios los motivos que pueden llevar a que una persona desarrolle una maloclusión dental. En general, es la combinación de diferentes factores lo que provoca las variaciones en la manera de morder. Según un estudio observacional descriptivo publicado en la Gaceta Médica Espirituana, las maloclusiones son multifactoriales y surgen por la interacción entre los factores ambientales y la herencia.

Estas son algunas de las condiciones que influyen en el crecimiento de los huesos y en el posicionamiento de los dientes y, por ende, predisponen a la aparición de maloclusiones dentales:

  • Herencia: la genética influye en la manera de morder, en el tamaño de los huesos y en la ubicación de los dientes en la arcada. Por esta razón es frecuente observar características similares en la boca de varios miembros de una misma familia.
  • Hábitos disfuncionales: algunas costumbres repetitivas e impulsivas en los niños suelen originar maloclusiones. Por ejemplo, la interposición de la lengua o los labios al tragar, la respiración bucal y la onicofagia. El uso prolongado del biberón o del chupete y la succión del dedo después de los 2 años también predisponen a desarrollar problemas en la mordida.
  • Pérdida de dientes: la pérdida temprana de los dientes de leche afecta la correcta erupción de las piezas definitivas. Es habitual que, como consecuencia, surjan apiñamientos, malposiciones y se pierdan las relaciones oclusales. La ausencia de piezas definitivas también altera la mordida y la posición de los elementos antagonistas y vecinos.
  • Tratamientos dentales defectuosos: por iatrogenia o por falta de mantenimiento, la presencia de obturaciones, coronas o prótesis dañadas o mal adaptadas alteran la manera de morder.
  • Otras situaciones: el labio leporino y el paladar hendido, los tumores de la boca, los dientes de más o los traumatismos en los maxilares son condiciones que alteran la oclusión.

Diagnóstico y tipos de maloclusiones dentales

El diagnóstico de una maloclusión dental la realiza un ortodoncista luego de un exhaustivo estudio del paciente. Para esto se vale de la examinación clínica, de la toma de impresiones, el modelos de estudios, los registros de la mordida y las radiografías y fotografías de adentro y de afuera de la boca.

De todos modos, a veces existen síntomas asociados a las alteraciones en la mordida que advierten sobre la presencia de un problema:

  • Dificultad para hablar o pronunciar algunos fonemas de manera correcta.
  • Ausencia de algún diente.
  • Posición o alineación incorrecta de las piezas dentarias.
  • Falta de contacto entre algunos dientes al morder.
  • Problemas para masticar y comer.
  • Apariencia extraña del rostro.
  • Respiración oral.
  • Ronquidos o apneas al dormir.
  • Costumbre de morderse o succionar los labios o las mejillas.
  • Ruidos al abrir y cerrar la boca.

Si existe una maloclusión dental, la evaluación del caso por el ortodoncista confirmará el diagnóstico. En función del tipo de problema, su severidad, la causa que la origina y la edad del paciente, se planifica el tratamiento.

Los problemas de mordida se pueden agrupar en diferentes categorías. El sistema de clasificación propuesto por E. Angle en 1899 es el más utilizado y aceptado en el campo de la ortodoncia. Como lo explica una revisión sobre la clasificación de las maloclusiones esqueléticas y dentales, las clases de Angle se basan principalmente en la relación entre los primeros molares superiores e inferiores.

Tomando como base esta categorización, a continuación te explicamos los diferentes tipos de maloclusiones.



Maloclusión dental clase I

En este tipo de maloclusión dental, los primeros molares superiores e inferiores se relacionan entre sí de manera correcta. La bibliografía refiere que se trata de la maloclusión más frecuente. Incluso, es más habitual que la oclusión normal.

A pesar de que los maxilares tienen una relación adecuada entre sí, existe alguna afección que interfiere con la mordida. Son los elementos dentarios los que se encuentran en posiciones incorrectas. Pueden existir diastemas, apiñamientos, piezas mal ubicadas o sobremordidas.

Si se considera la relación de los maxilares respecto al cráneo, pueden suceder diferentes situaciones:

  • Ambos huesos maxilares tienen una posición normal respecto a la cabeza.
  • Los dos huesos están en una posición posterior respecto al cráneo.
  • Tanto el maxilar superior como el inferior están adelantados (biprotrusión) respecto a la cabeza.

Clase II

Este tipo de maloclusión dental se caracteriza por una posición adelantada del maxilar superior respecto al inferior. Por lo tanto, los primeros molares tienen una relación desproporcionada.

El desequilibrio puede deberse a diferentes situaciones:

  • La mandíbula está retraída y el maxilar superior en la posición correcta.
  • El maxilar superior está adelantado y el inferior en la posición correcta.
  • El maxilar superior está protruido y el inferior retraído.

El paciente se caracteriza por tener los dientes superiores muy adelantados. Los estudios asocian esta problemática con hábitos orales dañinos como la respiración bucal, la succión del labio, la succión digital y el uso prolongado del biberón o del chupete.

Maloclusión dental clase III

Esta maloclusión dental se caracteriza por el prognatismo, que es la proyección del maxilar inferior hacia delante. La mandíbula inferior se encuentra en una posición más adelantada respecto a la superior y, por lo tanto, los dientes de abajo sobresalen por delante de los de arriba.

A nivel óseo, pueden suceder las siguientes situaciones:

  • Que el maxilar superior esté retraído y el inferior en una posición normal.
  • Que el hueso superior esté ubicado en la posición normal y la mandíbula esté avanzada.
  • La combinación de ambos: el maxilar superior retraído y el inferior adelantado.

El tratamiento de esta maloclusión dental es el más complejo, por lo que las intervenciones tempranas son importantes para mejorar el pronóstico. De todos modos, según un estudio publicado en el Dentistry Journal, esta problemática es la menos frecuente.

Otras maloclusiones dentales

En cualquiera de las clases mencionadas anteriormente, pueden ocurrir las siguientes situaciones:

  • Diastemas: se trata de la separación excesiva entre los dientes. El espacio exagerado se origina por piezas dentarias muy pequeñas o por un maxilar muy grande. También puede surgir por la pérdida temprana de los elementos temporarios o por el hábito de empuje lingual.
  • Apiñamiento: no hay espacio en la arcada dentaria y los dientes se superponen. Las piezas dentarias amontonadas repercuten en la estética, las funciones orales y la higiene dental del paciente, lo que incrementa el riesgo de padecer caries y problemas en las encías.
  • Sobremordida: las piezas dentarias superiores cubren en exceso a las inferiores al morder.
  • Mordida abierta: los dientes de arriba no contactan con los inferiores al ocluir, lo que genera un espacio entre ambos maxilares. El paciente tiene afectada el habla, la deglución y la masticación.
  • Mordida cruzada: existe una alteración en la relación transversal de los maxilares. Uno o varios elementos dentarios inferiores ocluyen por fuera de los superiores.

Tratamientos para la maloclusión dental

El mejor momento para revertir una maloclusión dental es durante la infancia y la adolescencia. Aprovechar el crecimiento óseo y el recambio de los dientes, propio de estas etapas, reduce los tiempos y la complejidad de los tratamientos. De todos modos, existen alternativas terapéuticas que se pueden aplicar en cualquier momento de la vida.

La ortodoncia es la rama de la odontología que se encarga de corregir los problemas de mordida. Esta especialidad dispone de diferentes estrategias para tratar cada maloclusión dental.

La elección del procedimiento depende del tipo de alteración a corregir, las causas, su severidad, la edad del paciente, sus necesidades, pretensiones y posibilidades. Estos son los abordajes más utilizados.



Ortopedia y ortodoncia interceptiva

Consiste en colocar aparatos removibles durante la etapa de dentición temporaria y mixta, en la infancia. Estos aditamentos guían el crecimiento de los maxilares y movilizan también los dientes.

Los estudios publicados por la revista Reaciamuc sugieren que los procedimientos interceptivos revierten o reducen la gravedad de las maloclusiones. Esto incrementa el bienestar del niño antes de la adolescencia y facilita futuros abordajes, en el caso de que sean necesarios tratamientos posteriores.

Ortodoncia correctiva

Se realiza en adolescentes, cuando ya erupcionaron todos los dientes definitivos. De todos modos, también es efectiva en adultos. Su objetivo principal es corregir la posición de los dientes y lograr una mordida armónica y equilibrada.

Según las preferencias del paciente y las recomendaciones del ortodoncista, se utilizan diferentes aparatos:

  • Aparatos ortodónticos fijos: son los clásicos brackets y arcos que aplican fuerzas suaves y constantes sobre los dientes para movilizarlos de forma gradual a su posición correcta. Existen opciones en varios materiales, algunos de ellos con excelentes resultados estéticos.
  • Alineadores transparentes: se trata de una opción estética, removible y cómoda para los pacientes. Son cubetas transparentes que se recambian de manera periódica y cumplen la misma función que los aparatos fijos.

Tratamientos quirúrgicos

Las maloclusiones dentales complejas o severas requieren procedimientos quirúrgicos como parte del tratamiento de ortodoncia. Aunque esto no siempre es necesario.

En algunos casos, puede ser oportuno extraer uno o varios dientes para crear espacio en la boca. Esto permite que los demás elementos de la arcada se ubiquen en una posición más adecuada. Suelen aplicarse para tratar apiñamientos dentales significativos, protrusiones severas, dientes supernumerarios o cuando el tamaño de los dientes es muy grande para el espacio disponible en la arcada dental.

Como lo explica un artículo de revisión del Portal Regional de la BVS, es importante que los ortodoncistas evalúen de manera exhaustiva la necesidad real de quitar o no los dientes. Si bien en algunos casos el procedimiento trae beneficios, cuando se realiza una extracción que no es necesaria, se prolonga todo el tratamiento de ortodoncia.

Por otra parte, en casos de pacientes adultos con una maloclusión muy severa, los tratamientos de ortodoncia se complementan con cirugías ortognáticas. Estos procedimientos quirúrgicos se combinan con los aparatos para corregir problemas esqueléticos en los maxilares.

Se realizan cuando existe una discrepancia significativa entre ambos maxilares y está comprometida la mordida, la estética facial y las funciones orales. A través de la cirugía ortognática, los huesos se remodelan, recortan y reposicionan para lograr una relación adecuada entre las arcadas.

Los ortodoncistas trabajan con cirujanos maxilofaciales para planificar y ejecutar los procedimientos de manera integral. Un artículo del International Journal of Health Sciences explica que la colaboración entre profesionales es fundamental para el éxito del tratamiento.

Controles para diagnosticar y tratar la maloclusión dental

Una maloclusión dental afecta las estructuras y las funciones de la boca, la estética de la cara y la calidad de vida de la persona que la padece. Por fortuna, existen soluciones efectivas, tanto para niños como para adultos, que permiten corregir el problema y lograr una sonrisa saludable y funcional. Concurrir al dentista de manera periódica y desde edades tempranas es la clave para detectar y tratar estos trastornos lo antes posible.




Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.