¿Qué es el hipo y cómo quitarlo?

Todos hemos padecido hipo en algún momento de nuestra vida y estamos familiarizados con él. De todas formas, es un reflejo muy difícil de controlar del que todavía no se sabe mucho. Te contamos todo lo esencial sobre él.
¿Qué es el hipo y cómo quitarlo?
Samuel Antonio Sánchez Amador

Revisado y aprobado por el biólogo Samuel Antonio Sánchez Amador.

Última actualización: 25 marzo, 2022

El cuerpo humano se ha estudiado de forma extensa a lo largo de la historia, pero aún siguen existiendo eventos fisiológicos en nuestro organismo que no son nada fáciles de explicar. El hipo es uno de ellos: a pesar de que se ha hipotetizado incontables veces sobre su función biológica, a día de hoy este acto sigue sin una funcionalidad clara.

Aunque se trate de un evento fisiológico casi desconocido, todos hemos tenido hipo alguna vez y nos hemos preguntado cómo pararlo de manera eficaz. No dejes de leer, pues en las siguientes líneas te contamos todo lo que debes saber sobre esta contracción involuntaria.

¿Qué es el hipo?

La Real Academia Española de la Lengua (RAE) define el hipo como ‘un movimiento convulsivo del diafragma, que produce una respiración interrumpida y violenta y causa algún ruido’. A nivel fisiológico se concibe como una contracción espasmódica, involuntaria y repetitiva de los músculos intercostales y diafragmáticos, causante de una inspiración súbita.

Es necesario hacer hincapié a la naturaleza involuntaria del hipo. Por tanto, forma parte de los actos reflejos y sigue un arco neuronal concreto. Estos son sus componentes principales:

  1. El extremo aferente, que incluye a los nervios frénico, vago y simpático para transmitir señales sensoriales somáticas y viscerales.
  2. La unidad central de procesamiento, situada en el mesencéfalo. El punto exacto en el que se procesa la señal de emitir un hipo aún no se conoce, pues podría involucrar la funcionalidad de estructuras entre el tronco encefálico y la columna vertebral.
  3. El extremo eferente. La señal viaja en las fibras motoras de los nervios frénicos al diafragma y los nervios accesorios a los músculos intercostales, respectivamente.

La ruta de acción del hipo no se conoce de forma exacta. Aun así, investigaciones han demostrado que los neurotransmisores dopamina y ácido gamma-aminobutírico (GABA) están implicados en su procesamiento. Este conocimiento ha permitido utilizar algunos fármacos concretos para eliminar sus formas crónicas, tal y como veremos a continuación.

Sea como fuere, las señales emitidas provocan que durante el hipo se produzca una contracción diafragmática seguida de un cierre de la glotis que involucra a las cuerdas vocales, lo que genera el sonido hic tan característico. El intervalo temporal desde el movimiento contráctil hasta la emisión del hic es de unos 35 milisegundos.

El sentido evolutivo del hipo

El hipo tiene una explicación científica
Una de las teorías más aceptadas es que el arco reflejo del hipo es un vestigio evolutivo que todavía no ha desaparecido por completo.

El hipo es un reflejo ubicuo y experimentado por todos los seres humanos, pero todavía no se ha encontrado un sentido biológico que lo explique. Aun así, existen múltiples teorías de gran interés que tratan de darle alguna utilidad.

Por ejemplo, se ha postulado que este acto reflejo es un rasgo vestigial en el ser humano, es decir, que tuvo sentido ancestral y ahora carece de él. Los anfibios utilizan un movimiento muy similar para tragar aire y agua a través de sus branquias, algo que podría haberse heredado en los mamíferos debido a la presencia de un antepasado común.

Según esta postulación, el hipo sería el remanente de una respiración básica que ha sido suplantada por la variante pulmonar que todos conocemos. Esta idea se ve apoyada cuando consultamos el desarrollo fetal humano, ya que las vías nerviosas del hipo aparecen en los fetos antes que los mecanismos que posibilitan la ventilación pulmonar.

Tal y como indican fuentes profesionales, el hipo está presente en muchos mamíferos más allá de nuestra especie. Este reflejo ha sido estudiado en gatos, ratas, conejos, perros e incluso caballos. Para explicar esta “coincidencia”, también se propone que podría tratarse de un mecanismo para expulsar aire en el estómago de los animales lactantes. 

Los bebés pasan hasta el 2,5 % de su tiempo emitiendo hipos, una tendencia que disminuye de forma drástica con la edad. Esto apoya la idea de que se trata de un rasgo vinculado a la lactancia.

Tipos de hipo y causas

El hipo se puede dividir en varias subcategorías según su duración. Te las mostramos en las siguientes líneas.

Hipo agudo

Esta variante también se concibe como hipo agudo o autolimitado. Es el tipo de hipo más común de todos y tiene una duración máxima de 48 horas, aunque la mayoría de episodios son aislados y no se extienden por más de unos minutos. Debido a su poca importancia clínica, rara vez se caracteriza en los centros de atención primaria o en urgencias.

Algunas de las causas más usuales del hipo agudo según la Clínica Mayo son las siguientes:

  1. Beber líquidos carbonatados, como cerveza, refrescos o gaseosa. Las burbujas de estos alimentos provocan que el estómago se hinche de golpe, lo que estimula el nervio frénico y la contracción diafragmática para expulsar el aire almacenado en exceso.
  2. Beber demasiado alcohol. Se postula que el alcohol irrita el aparato digestivo y estimula la contracción diafragmática. El estereotipo caricaturesco de las personas alcohólicas con la nariz roja y un hipo constante tiene cierto sentido fisiológico.
  3. Comer demasiado y deprisa. La ansiedad a la hora de comer puede promover que la persona trague aire y su estómago aumente de volumen en un tiempo reducido. De nuevo, esto estimularía la ruta nerviosa encargada de poner en marcha el hipo. Mascar chicle también puede propiciar este reflejo por el mismo motivo.
  4. Estrés y excitación. Aunque se considera un gesto mayoritariamente digestivo, fuentes profesionales postulan que el hipo agudo puede surgir como respuesta a un proceso emocional.

Una vez se inicia un episodio de hipo agudo, la persona puede experimentar de 4 a 60 reflejos de este tipo por minuto. La frecuencia permanece más o menos constante en cada individuo, pero esta puede verse modificada por diversos factores. De todas formas, no se considera una emergencia médica en casi ningún caso.

Hipo persistente

La duración del episodio es mayor a 48 horas, pero menor a 1 mes. Si la persona que lo experimenta no presenta otros signos de alarma, se aconseja que acuda al médico cuando ya lleva 2-3 días teniendo hipo. Algunas de las causas (ahora sí que son patológicas) que desencadenan este evento son las siguientes:

  1. Reflujo gastroesofágico: en este cuadro, parte de los ácidos estomacales viajan en sentido contrario hacia el esófago, irritando este tejido y otros adyacentes. El hipo se acompaña de otros síntomas, como una sensación de quemazón en el pecho y un sabor desagradable a nivel oral.
  2. Hernia de hiato: la hernia de hiato es una afección en la que la parte superior del estómago se abulta a través de una abertura en el diafragma. Además del hipo (sobre todo después de comer), este cuadro provoca regurgitación, pinchazos en la boca del estómago y mal aliento, entre otras cosas.
  3. Adicción o uso de drogas de naturaleza opiácea: a pesar de que su uso no sea crónico, la ingesta de drogas opiáceas (aunque sea como anestésicos) puede provocar un hipo continuado.
  4. Cáncer: aunque no es nada común, un tumor maligno que presione el área diafragmática puede provocar un hipo persistente. Un proceso neoplásico cerebral también podría modificar la ruta de este reflejo y hacer que se presente de forma innecesaria y constante.

Por otro lado, algunos episodios persistentes pueden ser causados por la irritación o la lesión a los nervios frénicos o vagos, los cuales promueven la contracción diafragmática. También es posible que un daño en el sistema nervioso central por una causa exógena provoque que las rutas neuronales encargadas fallen. En estos casos, la meningitis, la esclerosis múltiple y los derrames son sospechosos.

Hipo intratable

El hipo intratable es aquel que dura más de 2 meses. La presentación de este cuadro es grave, pues afecta a la vida del paciente en todos los sentidos (desde hablar hasta alimentarse y beber agua). A pesar de que su nombre sugiera lo contrario, existen algunos fármacos que se utilizan para paliar la condición subyacente al reflejo. Baclofeno, gabapentina, metoclopramida y clorpromazina son algunos.

El hipo intratable suele ser provocado por condiciones crónicas ya debilitantes de por sí, como trastornos cardiovasculares (aneurismas aórticos, fibrilación atrial, infarto de miocardio y más) y enfermedades neurológicas (encefalitis, meningitis y otros desencadenantes ya citados). Los trastornos intratorácicos, como el asma y la bronquitis, también son sospechosos usuales.

El hipo intratable puede ser provocado por muchos trastornos generales. Estos pueden ser cardiovasculares, neurológicos, gastrointestinales y metabólicos.

¿Cómo quitar el hipo?

Como puedes ver, la duración del hipo marca la severidad del cuadro en todos los casos (a menos que el paciente presente otros signos de alarma en intervalos temporales cortos). A continuación te mostramos cómo deshacerse de este molesto reflejo, pero dividimos las soluciones según su gravedad a nivel clínico. ¡No te lo pierdas!

Soluciones para quitar el hipo desde casa

El hipo y los remedios caseros
Aunque no representan la “cura” definitiva, existen algunas medidas caseras que podrían atenuar los síntomas del hipo.

En primer lugar, cabe destacar que no existe un método infalible para acabar con el hipo en un entorno doméstico. De todas formas, puedes probar cualquiera de los abordajes que te mostramos en la siguiente lista. Seguro que encuentras el que más te ayuda en poco tiempo:

  • Mantén la respiración y traga 3 veces, siempre con tu cabeza hacia abajo para evitar la entrada de aún más aire al entorno gástrico. Se cree que esto podría regular los desbalances diafragmáticos que han causado la contracción en primera instancia.
  • Respira en una bolsa de papel hasta que tu ciclo ventilatorio se regule. No extiendas esta práctica por mucho tiempo, ya que la poca cantidad de oxígeno que presentará la bolsa al cabo de unos segundos puede hacer que te marees.
  • Bebe un vaso de agua muy rápido. Sobre todo si está un poco fría, el agua puede reducir el malestar en el entorno diafragmático.
  • Haz gárgaras con agua. El mecanismo de acción es similar a los ya citados.
  • Estimula el nervio vago. Tal y como indica el portal médico MSD Manuals, la estimulación de esta terminación nerviosa puede ayudar a parar el hipo. Esto se puede lograr frotándose suavemente los ojos, ingiriendo pan seco o azúcar granulado o tirando levemente de la lengua hacia afuera. También se consige induciendo las náuseas, pero nunca te recomendamos usar un método tan extremo.

Aunque todas estas soluciones sean muy sencillas de llevar a cabo, es necesario destacar que no tienen ningún respaldo médico. Casi todas se enfocan en recuperar el ritmo respiratorio y diafragmático normal, pero no existen pruebas clínicas que avalen su eficacia. Toma toda esta información con reservas y nunca la sustituyas por una consulta médica.

Tratamientos médicos para acabar con el hipo

Como hemos dicho en líneas previas, si el hipo dura más de 48 horas hay que acudir al médico sin dudarlo. Los abordajes clínicos para parar este reflejo son mucho más específicos y fiables que los que te hemos mostrado en la lista anterior. Algunos de ellos son los siguientes:

  • Medicamentos: el baclofeno, la gabapentina, la metoclopramida y la clorpromazina se utilizan para parar los hipos persistentes e intratables. Investigaciones clínicas han demostrado que estos fármacos son excelentes a la hora de causar un alivio sintomático en pacientes con estas variantes.
  • Inyecciones anestésicas: si el paciente acude a urgencias por un hipo constante y prolongado, puede ser necesaria la administración de anestésicos para cesar la estimulación del nervio frénico.
  • Implantación quirúrgica: en los casos más drásticos, se puede implantar un mecanismo que provea estimulación leve al nervio vago mediante un procedimiento quirúrgico. Por desgracia, pruebas clínicas han demostrado que este abordaje no siempre funciona.

Además de tratar el propio hipo, también será necesario abordar el cuadro clínico subyacente al reflejo. El reflujo gastroesofágico, el cáncer gástrico o cualquier otro desencadenante deberá ser solucionado por mucho que el hipo cese con alguno de los medicamentos o planteamientos citados.

Los medicamentos como la gabapentina parecen ser los mejores abordajes a la hora de tratar el hipo persistente e intratable. De todas formas, se requiere más conocimiento científico para afirmarlo en todos los casos.

Qué hacer para evitar este reflejo

Todos hemos tenido hipo en algún momento de nuestra vida. Es normal que un bebé pase gran parte de su tiempo realizando este reflejo (por la teoría lactante ya citada), pero no que un adulto tenga hipo todos los días (por leve que sea).

En caso de que presentes episodios aislados y molestos de hipo, te recomendamos que sigas los consejos que te mostramos a modo de cierre temático:

  1. Come tranquilo y despacio. Así minimizarás la entrada de aire al entorno gástrico.
  2. Reduce o anula tu consumo de bebidas carbonatadas, como refrescos y gaseosas. No solo evitarás el hipo, sino una ingesta de azúcares procesados innecesaria.
  3. No bebas alcohol ni fumes en exceso.
  4. Evita el consumo constante de chicles. Si te preocupa tu aliento, puedes recurrir a usar colutorios y soluciones higienizantes.
  5. Evita el consumo de comidas muy pesadas o especiadas.
  6. Duerme bien, evita el estrés constante, relájate cuando puedas y busca ayuda psicológica si padeces ansiedad u otro trastorno relacionado.

Si todo esto falla, acude al médico y sugiere una revisión general de tu organismo. Lo más probable es que no te ocurra nada serio, pero es mejor prevenir que curar.

Los misterios del hipo

Como habrás podido comprobar a lo largo de estas líneas, el hipo continúa siendo una incógnita para el ser humano. Todos lo padecemos en algún momento de nuestra vida, pero es muy difícil achacarle una ruta nerviosa o una causa biológica concreta. La mayoría de los profesionales concuerdan en que se trata de un rasgo vestigial, si bien estamos aún muy lejos de poder afirmarlo.

La mayoría de los episodios de hipo se consideran naturales, pero en algunos casos estos cuadros pueden cronificarse y manifestar una patología subyacente. Si este reflejo perdura por más de 48 horas, se hace imperante acudir al médico.




Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.