Flora vaginal: qué es, funciones y cómo cuidarla
La flora bacteriana vaginal es como se denomina a los microorganismos que colonizan esa zona del cuerpo. Esto incluye a un grupo de bacterias beneficiosas que crean un microbioma saludable y la mantienen libre de otros organismos que tienden a generar infecciones y enfermedades. Estas bacterias beneficiosas prosperan en una microbiota con un pH idóneo.
Así las cosas, debes tener en cuenta que el pH vaginal, durante los años reproductivos, debe oscilar entre 3,8 y 4,5, lo que se traduce en una acidez moderada. Mientras que antes de la menarquia y una vez llegada la menopausia, un pH saludable debe ser superior a 4,5, tendente a básico o alcalino. Descubre más de la flora vaginal y cómo cuidarla a continuación.
Funciones de la microbiota vaginal
La microbiota vaginal interviene en los diversos procesos fisiológicos que se gestan en este órgano, como ayudar a la integridad y al correcto funcionamiento de la mucosidad o pared vaginal.
A su vez, mantiene a raya a otras bacterias consideradas patógenas, como las que proceden del intestino grueso o por transmisión sexual. Esto les impide su adhesión a las mucosas, diezmando su fuente de alimento, o degradando sustancias extrañas que pueden ser nocivas, por ejemplo.
Asimismo, contribuye al desarrollo inmunitario contra infecciones, a la biodisponibilidad de nutrientes para las bacterias benéficas que habitan el ecosistema vaginal, y a la producción de sustancias antimicrobianas. De este modo, la flora vaginal crea una especie de barrera protectora que corrige algunos desequilibrios y mantiene la salud de este órgano.
¿Qué causa el desequilibrio de flora bacteriana vaginal?
En condiciones normales el ecosistema vaginal está equilibrado, pero existen factores tanto internos como externos, que sin previo aviso pueden alterar este estado. Te mencionamos algunos:
- Sostener relaciones sexuales sin protección. La alcalinidad del semen promueve el crecimiento de algunos tipos de bacterias ajenas a la microbiota vaginal.
- El uso de antibióticos. Estos medicamentos no solo combaten las infecciones bacterianas, también inhiben el desarrollo y correcto funcionamiento de las “bacterias buenas”, necesarias para para mantener saludable la vagina.
- El uso excesivo de duchas vaginales (incluyendo perfumes, polvos o aerosoles). En su mayoría, estos productos contienen vinagre, alcohol, bicarbonato de sodio y yodo, sustancias que aumentan los valores del pH vaginal, afectan la acidez y contribuyen al crecimiento de bacterias nocivas.
- La fase del ciclo menstrual. Durante esta etapa, la concentración de bacterias buenas de la flora bacteriana vaginal disminuye. Esto puede desencadenar la aparición de infecciones.
- La llegada de la menopausia. El devenir de los años afecta el correcto funcionamiento de flora vaginal, por lo que las infecciones en esa zona tienden a ser frecuentes.
- La actividad sexual bajo los efectos del alcohol. Cuando se está bajo los efectos del alcohol, el sexo suele ser sin protección y, en algunos casos, el semen podría perjudicar el equilibrio de la flora.
- El embarazo. Durante la gestación, el pH de la mujer sufre alteraciones, motivo por el que durante esta etapa la mujer es más propensa a infecciones.
Otros factores a considerar son el uso de algunos métodos anticonceptivos, la carencia de hábitos de higiene, el uso de tampones o ropa ajustada que no transpire cuando ya existe una infección, la ingesta de ciertos tipos de alimentos o incluso el sexo frecuente con diferentes parejas.
Enfermedades y síntomas que pueden surgir cuando se altera la flora vaginal
Cuando el nivel del pH de la vagina es alto, desencadena una serie de afecciones sintomáticas que dan la alerta de que algo anda mal en tu zona íntima. Estos incluyen comezón, ardor al orinar, mal olor y descarga de flujo de un color inusual. Estas tienden a ser el preámbulo a enfermedades más serias, pero curables con tratamiento médico.
La vaginosis bacteriana (VB)
Se da debido al crecimiento exponencial del número de bacterias malas que habitan en la vagina de forma natural. En una vagina equilibrada el número de bacterias buenas, generalmente del género Lactobacillus, es mayor a la cantidad de bacterias malas, que tienen metabolismo anaerobio (es decir, no requieren oxígeno).
Sin embargo, cuando por alguna razón la presencia de anaerobios aumenta de forma considerable, se arruina el equilibrio natural de los microorganismos de la vagina y da paso a la vaginosis bacteriana.
La presencia de esta enfermedad hace a la mujer más vulnerable a contraer el virus del papiloma humano (VPH), el virus del herpes simple (VHS) o incluso el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).
La tricomoniasis (tric)
Por lo general, esta enfermedad no prospera en una vagina ácida, ya que el gérmen causal no crece en este tipo de ambientes. Asimismo, este parásito se transmite mediante el intercambio de fluidos que se da en las relaciones sexuales.
A pesar de que la mayoría de las personas infectadas con tricomoniasis no presentan síntomas, según algunos estudios puede incrementar el riesgo de contraer otras enfermedades de transmisión sexual (ETS).
Podría contribuir a la infertilidad
Si bien es cierto que la infertilidad no es una enfermedad, esta condición afecta a muchas mujeres. Variopintos llegan a ser los motivos, pero resulta que una vagina demasiado ácida reduce la fertilidad, esto se debe a que los espermatozoides prosperan en un ambiente alcalino.
Por ello, durante las relaciones sexuales, el nivel del pH la vagina se eleva y la hace más alcalina, con el fin de proteger a los espermatozoides durante su viaje al óvulo.
¿Cómo cuidar la microbiota vaginal equilibrada?
La precaución siempre es mejor que curar la enfermedad. Por ello, te recomendamos algunos consejos para a mantener el pH vaginal a un nivel saludable:
- Intenta usar condón siempre que tengas relaciones sexuales, sobre todo si esta persona no es una pareja estable. De este modo, no solo te protegerás de las ETS, sino que evitarás que el semen altere los niveles del pH vaginal.
- Evita el uso de duchas vaginales o cualquier otro producto que puede alterar la microbiota vaginal, en especial aquellos que contienen olor. Ten presente que una de las bondades de las vaginas es que se limpian a sí mismas, por lo que solo debes lavar la vulva solo con agua.
En caso de padecer algunos de los síntomas o enfermedades mencionadas, evita automedicarte y acude a un especialista; según tu condición, te prescribirá un tratamiento adecuado.
Mantén saludable la flora vaginal
Ingerir probióticos y tener relaciones sexuales con protección podrían ayudar a mantener el equilibrio de bacterias buenas y malas en la vagina. Recuerda que las duchas vaginales con mucha frecuencia no son recomendables, sobre todo si usas productos como el vinagre o jabón perfumado.
En caso de tener mal olor, picazón o ardor en la zona íntima, toma una cita con tu ginecólogo de confianza, ya que puede tratarse de una infección fuerte que necesita medicación adecuada.
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