Cómo afecta el estrés a la boca
Cuando se habla del estrés a menudo se hace en relación con sus consecuencias cardíacas, metabólicas y en el plano de la salud mental. El estrés afecta casi todos los sistemas del organismo a largo plazo, de manera que hay múltiples formas en las que puede condicionar tu salud e integridad. Hoy repasamos las relaciones entre el estrés y la salud bucal de acuerdo con los científicos.
El estrés impacta tu salud bucal de muchas formas, y lo hace siempre progresivamente. En efecto, al inicio no percibirás los síntomas; pero si los episodios de tensión emocional se postergan, tarde o temprano terminas por desarrollar complicaciones bucodentales. Repasamos 7 de las principales de la mano de la evidencia encontrada al respecto.
7 formas en las que el estrés impacta en tu salud bucal
Los expertos han identificado dos mecanismos por los cuales el estrés impacta en la salud bucal. El primero es la exposición a situaciones poco saludables como consecuencia de la tensión emocional. Por ejemplo, consumo de sustancias (drogas ilícitas, alcohol y tabaco), mala alimentación, comportamiento sedentario y abandono de los hábitos de higiene básicos.
El segundo es que el estrés crónico contribuye a una alta carga alostática que deriva en la disfunción de los sistemas fisiológicos críticos para la homeostasis.
Como consecuencia, puede afectar los mecanismos subyacentes de la progresión de la enfermedad oral de forma general. La conexión entre el estrés y la salud bucal se conoce desde hace décadas, y a continuación recopilamos 7 formas en las que puede impactarte.
1. Bruxismo
Tal y como señala la evidencia, las personas estresadas muestran una mayor probabilidad de presentar bruxismo en comparación con las personas sanas. El bruxismo es un trastorno que se caracteriza por el rechinado de los dientes. Puede ocurrir tanto en el día como en la noche, pero los episodios son más frecuentes durante la última etapa del día.
Quien lo hace no es consciente de ello, y no es hasta que alguien le señala el crujir de los dientes que lo detecta. Se distingue por síntomas como dolor en la mandíbula, dolor de cabeza, problemas dentales (piezas desgastadas por la fricción, por ejemplo), dolor en el cuello y los hombros, dolor en los oídos y trastornos del sueño.
2. Periodontitis
Existe evidencia de que el estrés psicosocial representa un indicador de riesgo de periodontitis. También se conoce como enfermedad de las encías, y se caracteriza por una infección que desgasta el tejido blando de las encías y, sin tratamiento, el hueso que sostiene a los dientes. Sus principales síntomas son encías inflamadas, sangrado al cepillarse, sensibilidad, dientes flojos, mal aliento y espacios entre los dientes.
3. Mal aliento
Se ha sugerido también que las personas suelen desarrollar mal aliento como consecuencia del estrés y la ansiedad. La halitosis, como también se le conoce, puede provocar que las personas se aíslen motivadas por la vergüenza del síntoma, lo que a su vez genera más estrés.
Se trata entonces de un proceso que se alimenta a sí mismo, uno que condiciona la calidad de las relaciones interpersonales del sujeto.
Hay muchas formas en las que el estrés provoca mal aliento. En primer lugar, puede comprometer tu sistema inmunitario; lo que se traduce en un aumento de la población bacteriana y viral dentro de la boca.
Los procesos metabólicos que estos generan dan como resultado cambios en el aliento. De igual modo, el estrés puede ocasionar boca seca, lo que también incide en el control de los patógenos en lengua, mejillas, encías y dientes.
4. Aftas bucales
De acuerdo con los investigadores, el estrés psicológico puede tanto desencadenar aftas en la boca como empeorarlas una vez han surgido.
Las aftas bucales, también conocidas como estomatitis aftosa, se caracterizan por la manifestación de pequeñas úlceras en los labios, las mejillas y con menor frecuencia en las encías y la lengua. Son muy comunes en los niños y jóvenes, aunque en los adultos son menos recurrentes.
Aunque se trata de una manifestación benigna son muy dolorosas y pueden comprometer el acto de comer, beber y hablar. Si tus niveles de estrés son muy altos pueden desarrollarse como consecuencia, y prácticamente no hay límites de ellas. Su diámetro varía y tardan un promedio de 7 días en desaparecer.
5. Herpes labial
Los expertos también han sugerido una conexión entre el estrés psicosocial, la angustia, la ansiedad y otras alteraciones emocionales con la reactivación del virus del herpes en el organismo. Como bien sabes, luego de la infección por el virus del herpes este permanece en estado latente. Puede reactivarse de nuevo ante la presencia de algunas variables, como por ejemplo el estrés.
Cuando sucede por este último desencadenante se manifiesta con mayor frecuencia en el área oral que en la genital. Se caracteriza por pequeñas ampollas que se desarrollan en los labios o en sus inmediaciones.
No dejan cicatrices al desaparecer, aunque suelen hacerlo solo hasta 2 o 3 semanas después. No existen medicamentos que aceleren su desaparición, de modo que las personas solo deben esperar a que lo haga por sí mismo.
6. Trastorno de la articulación temporomandibular
Otro modo en el que el estrés impacta en tu salud bucal es por medio del trastorno de la articulación temporomandibular. La asociación ha sido descrita por los expertos, en especial luego de episodios de estrés prolongado.
El trastorno de la articulación temporomandibular se caracteriza por dolor en la articulación de la mandíbula, también en los músculos que controlan su movimiento.
Aunque la mayoría de los episodios son temporales generan una gran incomodidad en la persona. Pueden impedirle comer, beber agua, hablar, concentrarse y condiciona en líneas generales su bienestar. También puede generarse como consecuencia del bruxismo, de manera que es otra vía indirecta por la cual el estrés pueden derivar en esta complicación.
7. Caries
Por último, existe evidencia de que el estrés aumenta las probabilidades de desarrollar caries dental. El estrés no solo puede ser un catalizador para su desarrollo, sino que también puede empeorar los episodios.
Las caries son la principal causa de la pérdida de las piezas dentales, de manera que esto último es un riesgo latente en personas que viven su día a día con estrés permanente.
El estrés y la salud bucal están muy relacionados, tanto que disminuir los niveles de tensión emocional ha de ser tu prioridad para mantener al margen estas complicaciones. Incluye hábitos relajantes a lo largo del día, así puedes controlar un poco su manifestación. El yoga, la meditación y las sesiones de respiración pueden serte también de gran ayuda.
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