Los efectos del estrés sobre la salud dental
El estrés es una reacción natural del organismo para hacer frente a los problemas y a las dificultades. La reacción en sí misma no es perjudicial, esto al menos que se prolongue durante mucho tiempo o sea muy recurrente. Por desgracia, en la actualidad lo anterior sucede con mayor frecuencia en la población, la cual ignora sus consecuencias. Hoy te hablamos de los efectos del estrés sobre la salud dental.
Ciertamente, muy pocas personas piensan en la relación entre el estrés y la salud bucodental. Incluso entre los expertos se trata de un panorama de investigación reciente, ya que siempre se le ha dado prioridad a otras consecuencias. El impacto es real al término que preocupante, en parte porque los niveles de estrés en todo el mundo arrojan una tendencia creciente.
Consecuencias del estrés sobre la salud dental
El estrés puede desencadenar una variedad de complicaciones en la salud bucodental. Estas surgen directamente por influencia de él, o por el contrario como consecuencia de patrones de conducta asociados con el estrés. Pueden focalizarse en los dientes, las encías, la lengua, las mejillas, los labios y la cavidad bucal en general.
Un ejemplo del primer caso lo encontramos en el debilitamiento del sistema inmunitario. Es un hecho consolidado que el estrés condiciona el buen funcionamiento de este sistema, lo que puede derivar en infecciones bucales. En cuanto al segundo caso lo hace por móviles indirectos, como pueden ser un cambio en los hábitos de la higiene bucal y alimenticios.
Los investigadores han encontrado que las personas que están expuestas a un mayor nivel de estrés suelen apostar por hábitos alimenticios menos saludables (consumo de gaseosas, azúcar, comida rápida y demás), además de abandonar hábitos básicos de higiene bucodental (como el cepillado).
Aunque es por desencadenantes indirectos, en estos contextos el estrés afecta la salud dental. Veamos algunas complicaciones frecuentes que pueden surgir de por medio.
Úlceras bucales
Las úlceras en la boca, también conocidas como llagas bucales o aftas bucales, son pequeñas áreas de color blanco/gris con bordes rojizos que salen en las mejillas y cerca del labio, aunque también lo pueden hacer en las encías, la parte interna de la boca y la lengua.
No se sabe muy bien por qué se manifiestan, aunque el estrés, los virus, las bacterias y un sistema inmunitario debilitado pueden estar detrás de su aparición. Son benignas, aunque suelen postergarse durante varios días y pueden ser muy dolorosas. No son contagiosas y son más comunes en las mujeres que en los hombres.
Herpes labial
El herpes labial es causado por el virus del herpes simple, la mayoría del tiempo por el VHS-1. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), hasta el 67 % de la población mundial tiene este virus, uno que suele mantenerse en estado de latencia luego de que los síntomas aparecen por primera vez. Se reactiva por una variedad de factores, entre ellos el estrés.
Se caracteriza por hormigueo y picazón alrededor de los labios y ampollas llenas de líquido que aparecen alrededor de estos. También pueden aparecer aftas o úlceras, de modo que afecta tanto el interior como el exterior de la boca. Dado que hasta 2 de cada 3 personas tienen el virus, la probabilidad de que lo manifiestes debido al estrés es muy alta.
Rechinamiento de los dientes
También conocido como bruxismo, se trata de un condición en la que el paciente involuntariamente rechina sus dientes durante el sueño (puede ocurrir también durante la vigilia). La mayoría del tiempo el paciente no se percata que realiza esta acción, aunque puede desarrollar síntomas como dolor de cabeza, en la mandíbula y en los dientes.
Es posible experimentar diversos trastornos en las piezas dentales, como por ejemplo desgaste dental, debilitamiento de los dientes y trauma oclusal. Es más común en las mujeres que en los hombres, y aunque puede tener múltiples desencadenantes el estrés es uno de los principales señalados.
Mal aliento
El estrés puede derivar en un descuido en la higiene bucal, también en una alteración del sistema inmunitario y un cambio en la dieta. Esto se puede traducir en episodios de mal aliento, también conocido como halitosis. El estrés también puede ocasionar sequedad en la boca, lo que aumenta la acumulación de bacterias en el tracto bucodental que ocasionan mal aliento.
Caries
El descuido de la higiene y la apuesta por alimentos con alto porcentaje de azúcar pueden derivar en episodios de caries. En ningún modo se trata de un afección benigna, ya que si no se trata puede derivar en infecciones y pérdida de dientes.
Los expertos han encontrado además que el estrés aumenta la concentración de placa y, con ello, la probabilidad de padecer de gingivitis. Esto es solo una muestra de cómo el estrés y la salud dental están estrechamente relacionados, puesto que existen decenas de complicaciones adicionales asociadas. Los efectos se pueden manifestar tanto por el estrés propio como por el de los demás.
Por ejemplo, la evidencia señala que los hijos de padres estresados suelen tener una salud bucal deficiente. Esto se debe a una multitud de factores, pero los ya mencionados tienen una cuota de responsabilidad: los padres apuestan por una dieta poco sana con alto contenido de azúcar y descuidan los hábitos de higiene en sus hijos. El alcance es mayor entonces de lo que popularmente se piensa.
¿Qué puedes hacer para evitar los efectos del estrés en la salud dental?
Tal y como advierten los expertos, las personas sujetas a situaciones de estrés requieren un control más estrecho y un mantenimiento más atento de su salud bucodental.
El primer paso es saber que el estrés afecta a tu salud también en este aspecto, el segundo es tomar cartas en el asunto. No basta solo con cuidar tu higiene dental ahora que estás al tanto de la relación: tienes que reducir el estrés en tu día a día. Te dejamos con algunas ideas al respecto:
- Reduce el consumo de café y azúcar en tu dieta.
- Apuesta por una dieta equilibrada con énfasis en frutas, verduras, legumbres y agua.
- Asegúrate de dormir un promedio de 8 horas al día sin interrupciones.
- Controla el uso que le das a los dispositivos electrónicos (móviles, tabletas y ordenadores).
- Incluye el ejercicio regular como parte de tu jornada.
- Practica sesiones de meditación, yoga, ejercicios de respiración y otros similares que ayuden a relajarte.
- Haz tiempo para actividades de ocio, no te concentres solo en el trabajo, el estudio y otras responsabilidades.
- Incluye un hábito en tu rutina: leer, tejer, pintar o caminar pueden hacer una gran diferencia.
- Establece metas realistas y evita anticiparte en exceso a los problemas del futuro.
- Apuesta por el vínculo presencial: conversar con amigos, familiares y conocidos es de gran ayuda.
- Distribuye el tiempo y organiza las prioridades para evitar acumular quehaceres.
- Practica el cuidado personal.
- Reduce la ingesta de alcohol y tabaco.
- Aprende a dimensionar el alcance y las consecuencias de las cosas a las que te enfrentas en el día a día.
Esto es solo un ejemplo de qué puedes hacer para disminuir el estrés, y con ello evitar que impacte en tu salud bucodental. Recuerda que sus efectos no se sienten solo en esta parte del cuerpo, sino que afecta a casi todos los sistemas. Si crees que padeces de estrés crónico no dudes consultar a un profesional, te puedes exponer a un deterioro grave de tu salud general.
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