10 beneficios del ejercicio para la salud

Los beneficios del ejercicio para la salud abarcan el cuerpo y la mente. Es una actividad que nos hace sentir mejor y puede alargar la expectativa de vida.

Son múltiples los beneficios del ejercicio para la salud, por ello se recomienda realizarlo de forma moderada cada día. Con el paso de los años este se volverá indispensable para el organismo.

Es importante comprender que el ejercicio es una subcategoría de la actividad física. Responde a la realización de diferentes movimientos de forma planeada y estructurada con el objetivo específico de mejorar o mantener en forma el cuerpo.

De otro lado, la actividad física es cualquier movimiento producido por el cuerpo y que representa un gasto energético. Entre ellas están caminar, jugar, correr o realizar las tareas domésticas. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), cualquier tipo de actividad física es beneficiosa para la salud.

De otro lado, un estudio publicado en la revista PloS Medicine, realizado por el Instituto Nacional del Cáncer (NCI), establece que realizar actividad física en los tiempos libres aumenta la expectativa de vida hasta en 4,5 años.

Los 10 beneficios del ejercicio para la salud

A continuación vamos a realizar una revisión profunda sobre los beneficios del ejercicio para la salud física y emocional. Pues, como lo dijimos, es una actividad que impacta de forma positiva en el ser humano desde una perspectiva integral.

1. Controla el peso

El ejercicio contribuye a mantener un peso saludable. Además, previene la obesidad. Al realizar las actividades planeadas se queman calorías. Entre más intenso sea el entrenamiento, mayor quema habrá.

Es importante controlar el peso más allá del beneficio estético, pues la obesidad que se puede desarrollar se ha convertido, según la OMS, en la epidemia del siglo XXI. Las rutinas de ejercicio deben complementarse con una sana alimentación.

2. Mantiene la salud cardiovascular

El ejercicio contribuye a aumentar el colesterol con lipoproteína de alta densidad (HDL) o colesterol bueno. Esto mejora la circulación y reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, como los infartos.

Estudios han evidenciado que la actividad física aeróbica vigorosa es la que tiene un mayor efecto cardioprotector y puede ser realizada, incluso, por pacientes que tienen antecedentes de falla cardiaca. En los adultos mayores se recomienda realizar algún tipo de actividad por 150 minutos a la semana.

3. Fortalece el sistema musculoesquelético

El ejercicio impacta de forma positiva en los músculos, mejorando su tono, fuerza y resistencia. Esto ayuda a las personas a realizar actividades exigentes con más facilidad.

En cuanto a los huesos, hay que decir que los mayores beneficios del ejercicio están en el incremento de la densidad ósea, pero este proceso ocurre en la infancia y en la adolescencia. Cuando se llega a la edad adulta es normal que se presente una pérdida de calcio, sin embargo, el ejercicio puede contribuir a desacelerar el proceso.

4. Mejora la amplitud respiratoria

En estado de reposo una persona respira entre 12 y 15 veces por minuto. Sin embargo, cuando se realiza algún ejercicio o actividad física esta medida aumenta a unas 40 a 60 veces.

Con el tiempo, las personas que nunca han realizado ejercicio e inician a hacerlo empiezan a notar que mejoran su amplitud respiratoria y no les cuesta tanto trabajo. Hay diferentes tipos de respiración que pueden realizarse dependiendo del ejercicio específico que se esté desarrollando.

5. Aumenta la energía

Como lo mencionamos, hacer ejercicio fortalece el sistema cardiovascular y pulmonar. Esto hace que sea más fácil para el organismo absorber oxígeno y llevarlo, junto a una serie de nutrientes, a todos los sistemas. Así es como aumenta la sensación de bienestar y se dispone de una mayor energía para realizar diferentes actividades después de la práctica deportiva.

6. Mejora el estado de ánimo

La práctica de ejercicio libera diferentes hormonas, las que contribuyen a mejorar el estado de ánimo. Entre ellas encontramos la norepinefrina, la serotonina, la dopamina y las endorfinas, las que producen sensación de bienestar y generan un efecto euforizante.

7. Fortalece la función cognitiva

Estudios han demostrado que realizar ejercicio mejora la función cognitiva. Se ha establecido que quienes se ejercitan, realizan con mayor facilidad tareas relacionadas con la velocidad de procesamiento, la atención y la memoria a corto plazo. Este beneficio se relaciona con el aumento de la oxigenación en el cerebro, de los neurotransmisores y de la actividad de las catecolaminas cerebrales o aminohormonas.

8. Aumenta la autoestima

Verse y sentirse bien, sin duda alguna mejora la autoestima. Estudios han señalado que las personas físicamente más activas son más independientes y sociables. Dos factores que fomentan la autopercepción, en especial en la edad adulta.

9. Mejora la calidad del sueño

El gasto energético que se produce durante la ejecución de una rutina de ejercicios o de una considerable actividad física, así como la secreción de hormonas que aumentan la relajación, contribuyen a mejorar la calidad del sueño. Para obtener este beneficio es importante no realizar el entrenamiento en la noche, cerca a la hora de dormir.

10. Desarrolla las habilidades sociales

En la infancia y la adolescencia, practicar un deporte o asistir al gimnasio desarrolla importantes habilidades sociales. Además, es una actividad que puede realizarse en familia, con amigos o compañeros de trabajo, lo que la convierte en algo mucho más agradable y divertido.

¿Al cabo de cuánto tiempo obtengo estos beneficios del ejercicio para la salud?

Hacer ejercicio debe convertirse en un hábito diario. Los beneficios, tanto físicos como emocionales, pueden verse desde la primera semana de entrenamiento. En el caso de la pérdida de peso, los resultados dependerán de cuánto pese la persona al inicio, del tipo de rutina que sigue y la dieta.

Ahora sabes con mayor claridad cuáles son algunos de los principales beneficios del ejercicio para la salud física y emocional. Recuerda tomar una asesoría profesional para empezar con una rutina que se ajuste a tu actual estado.

De otro lado, no olvides hidratarte durante la rutina de entrenamiento y en el día, además de alimentarte sano para no descompensar tu cuerpo con el gasto calórico o evitar que el entrenamiento haga efecto. Lo ideal es consultar con un nutricionista que pueda establecer una dieta que complemente la actividad física.