5 alimentos que suben la tensión
Tener la presión sanguínea elevada supone un factor de riesgo para enfermedad cardiovascular. Es importante modular este parámetro, sobre todo a medida que pasan los años. Si bien existe una determinación genética, la dieta juega un papel importante y por eso hay alimentos que suben la tensión.
En la actualidad, existe un prototipo de dieta específico para las personas que sufren hipertensión arterial, conocido como dieta DASH. Esta cuenta con un elevado espectro de alimentos capaces de ejercer un efecto modulador.
Alimentos que suben la tensión
Según una investigación publicada en la revista American Journal of Physiology, la microbiota juega un papel especial en la modulación de la tensión arterial. En este sentido, conviene mantener una flora intestinal sana, con elevada diversidad desde el punto de vista bacteriano. Cualquier situación de disbiosis podría generar un incremento en los valores de la presión sanguínea.
Lo que está claro es que existen algunos alimentos en la dieta que han demostrado aumentar el riesgo cardiovascular. Por este motivo, han de evitarse, promocionándose la ingesta de aquellos que se consideran saludables.
A continuación vamos a exponer cuáles son los principales alimentos que suben la tensión. No pasa nada si se consumen de forma puntual, pero se debe evitar su inclusión en la dieta de forma regular.
1. Bebidas azucaradas
Las bebidas azucaradas, como los refrescos, son de los peores alimentos que se pueden incluir en la dieta. Cuentan con cantidades elevadas de sodio, azúcares añadidos y aditivos. Su consumo regular se asocia con un mayor riesgo de desarrollar patologías metabólicas, como la diabetes.
De hecho, existen evidencias conforme la fructosa, cuando se administra de forma líquida, genera un daño más significativo sobre órganos como el hígado o el páncreas. Por este motivo, resulta muy preocupante el consumo en niños.
Los refrescos suponen una excelente forma de incrementar las calorías de la dieta, aunque en este caso son calorías vacías. No contienen nutrientes esenciales. Ni siquiera resultan útiles para mejorar el estado de hidratación.
Además, por su elevado contenido en azúcares añadidos, podrían afectar a los niveles de tensión sanguínea, incrementándolos. De hecho, una ingesta elevada se asocia con un mayor riesgo cardiovascular.
Por si todo esto fuese poco, los refrescos azucarados son capaces de impactar negativamente sobre la microbiota intestinal, sobre todo cuando contienen edulcorantes artificiales. Muchos de los aditivos de uso cotidiano consiguen reducir la densidad y la diversidad de la microbiota.
2. Regaliz
A pesar de que el regaliz es un elemento con propiedades positivas para la salud, podría provocar un incremento de la presión arterial. Eso sí, hablamos del regaliz en su forma natural, no la simulación de gominola.
Este alimento cuenta en su interior con fitonutrientes capaces de estimular la función del sistema inmunitario. También puede llegar a actuar como antiséptico, reduciendo las infecciones por microorganismos patógenos.
No obstante, el consumo regular del mismo podría provocar retención de sodio y un aumento en la excreción de potasio. Influir sobre el intercambio electrolítico impacta negativamente sobre los niveles de presión arterial.
3. Patatas fritas
Los tubérculos son alimentos de alta calidad. Suponen un excelente aporte de carbohidratos complejos; óptimos para incluir en la dieta diaria. Sin embargo, es determinante el método de cocción al que se ven sometidos. Si se cuecen o se preparan al horno no hay ningún problema, pero la fritura reduce su calidad.
Cuando se somete a una patata a un proceso de fritura con aceite, no solo se incrementa su valor energético, sino que se le añaden ácidos grasos de tipo trans. Estos se producen a través de la aplicación de altas temperaturas al aceite vegetal.
De acuerdo con una investigación publicada en la revista Nutrients, este tipo de ácidos grasos incrementa la presión sanguínea, los niveles de inflamación y el riesgo de presentar alteraciones en el perfil lipídico. Por este motivo, conviene reducir su presencia en la dieta lo máximo posible.
Para ello basta con optar por métodos de cocción menos agresivos, como la plancha, el horno, el vapor o la cocción con agua. Asimismo, resulta clave utilizar aceites vegetales en lugar de mantequillas.
Ahora bien, las patatas, siempre y cuando no estén fritas, son alimentos recomendables en casi cualquier dieta. Consiguen aportar carbohidratos y otros micronutrientes esenciales, como una buena dosis de vitamina C. Además, concentran fibra en su interior.
4. Bebidas alcohólicas
De todos los alimentos que hemos mencionado, las bebidas alcohólicas son las únicas que se deberían restringir por completo de la dieta. Solo su consumo ocasional ya genera un impacto nocivo sobre el organismo. Esto se debe a que el alcohol se considera un tóxico.
Además, y en contra de lo que se pensó durante muchos años, las bebidas alcohólicas no son buenas para la salud cardiovascular. Se ha demostrado que la ingesta regular contribuye al desarrollo de hipertensión arterial. Asimismo, se afecta la función de otros muchos órganos, como el hígado.
5. Café
Con el café hay que hacer una apreciación importante. Su ingesta puntual provoca un incremento temporal de la tensión sanguínea.
Sin embargo, su consumo regular genera un efecto protector sobre el sistema cardiovascular, llegando a reducir este parámetro. Así lo evidencia un estudio publicado en la revista Journal of Human Hypertension . El contenido en fitonutrientes de esta bebida se asocia a un mejor estado de salud y a un menor riesgo cardiovascular.
Eso sí, hay que tener en cuenta que la cafeína presente en el interior del café es una sustancia tóxica a dosis altas. Cuando se exceden los 250 miligramos en una única toma o los 300 miligramos a lo largo del día se pueden experimentar efectos secundarios. Entre ellos se encuentra el incremento de la tensión sanguínea.
Asimismo, es bueno tener presente que la cafeína es capaz de generar tolerancia. Esto quiere decir que los efectos cognitivos que provoca se reducen a medida que el organismo se acostumbra a la dosis.
Evita en la dieta los alimentos que suben la tensión
Como has podido comprobar, existen una serie de alimentos capaces de subir la tensión arterial si se incluyen de forma regular en la dieta. Por este motivo, será necesario limitar su consumo en el caso de que este parámetro se encuentre alterado. Al mismo tiempo, resultará clave priorizar la presencia de alimentos frescos en la pauta diaria.
De todos modos, tanto para modular la presión arterial como para mejorar el estado de salud, es primordial promover la práctica de ejercicio físico y un buen descanso. Algunos hábitos, como la meditación, pueden contribuir a alcanzar un estado de estabilidad emocional que también repercuta sobre el funcionamiento cardiovascular.
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