4 alimentos que suben el colesterol
Mantener el perfil lipídico bajo control ha sido uno de los objetivos a nivel dietético durante los últimos años. Sin embargo, en la actualidad esto ha cambiado. Se priorizan más otros parámetros de cara a prevenir la patología cardiovascular. Aun así, te vamos a enseñar cuáles son los alimentos que suben el colesterol, para que tengas cierto cuidado con ellos.
Lo primero que hay que tener en cuenta es que uno de los pilares de la dieta saludable es la variedad. No vale de nada plantear un régimen muy restrictivo, ya que a medio plazo no generará adherencia y comenzará la ansiedad. Por otra parte, se incrementa el riesgo de sufrir algún déficit en cuanto a micronutrientes esenciales, lo que condicionaría negativamente el funcionamiento del organismo.
Alimentos que suben el colesterol
A continuación te vamos a mostrar cuáles son los alimentos que suben el colesterol en el organismo. Algunos de ellos están considerados como poco saludables, pero ya no por su efecto sobre el perfil lipídico, sino por contener aditivos y ciertas sustancias nocivas en su interior.
Chorizo
El chorizo es un alimento elaborado a partir de restos cárnicos, no siempre de buena calidad. Concentra en su interior proteínas de alto valor biológico, pero también una cantidad significativa de ácidos grasos de tipo trans. Estos han demostrado ser nocivos para la salud y para el perfil lipídico, ya que aumentan los niveles circulantes de colesterol y de triglicéridos.
Por otra parte, el chorizo suele prepararse añadiendo una serie de aditivos que incrementan su vida útil, de tipo conservante. De entre todos ellos destacan los nitritos por su peligrosidad. Existen evidencias conforme podrían afectar negativamente a la salud, incrementando el riesgo de sufrir ciertos tipos de cáncer asociados al tubo digestivo.
De este modo, lo mejor es siempre priorizar los alimentos frescos en la dieta. Estos no suelen concentrar aditivos en su interior, lo que limita una buena parte de los posibles efectos nocivos. No hay ningún problema en incluir carnes rojas en la pauta, pero estas no han de ser procesadas y es preciso asegurar un correcto método de cocción. Lo mejor es prepararlas a la plancha, al horno o cocidas.
Patatas fritas
Las patatas fritas son alimentos que también aportan ácidos grasos de tipo trans. Por lo tanto, impactan de manera negativa sobre los niveles de colesterol y de triglicéridos del organismo. Sin embargo, el problema no está en los tubérculos en sí, sino en el proceso de fritura al que se someten. Su valor energético se verá también aumentado, lo que puede condicionar ganancias de peso a medio plazo.
Hay que destacar que los tubérculos son de los mejores alimentos con alto contenido en carbohidratos que se pueden incluir en la pauta dietética. Aportan azúcares de cadena larga y fibra, un elemento esencial para asegurar una buena salud intestinal. Este compuesto se adhiere al bolo fecal aumentando su volumen, lo que permite un mejor manejo del estreñimiento. Así lo evidencia una investigación publicada en Nature Reviews.
Asimismo, las patatas son fuente de vitamina C. Este elemento contribuye a mejorar la función inmunitaria, reduciendo la incidencia de las patologías infecciosas de carácter respiratorio. Puede también ayudar a mejorar el manejo de las mismas, disminuyendo la severidad y la duración de los síntomas. Por ello resulta clave que los niveles del nutriente en el organismo sean óptimos.
Bollería
La bollería supone uno de los máximos exponentes de los alimentos procesados. Cuenta en su interior con grasas trans, con aditivos y con gran cantidad de azúcares añadidos. De acuerdo con un estudio publicado en Journal of Hepatology , estos últimos ingredientes suponen un riesgo para la salud pancreática y hepática. Por este motivo se recomienda reducir su presencia en la dieta.
Es común que a los productos de bollería se les incorporen grasas de baja calidad parcial o totalmente hidrogenadas. Estas mejoran la textura del resultado final, al tiempo que incrementan la vida útil de los comestibles. Durarán más tiempo y no se pondrán rancios, consiguiendo así una mejor conservación de los mismos.
Sin embargo, los efectos de estos alimentos en el organismo son negativos. Consiguen incrementar los niveles de colesterol y de triglicéridos, aumentando también la tasa de oxidación de las lipoproteínas. Esto resulta especialmente preocupante, ya que el colesterol oxidado ha demostrado ser el más peligroso a medio plazo. Sería el responsable, junto a los procesos inflamatorios, de la aterosclerosis.
Bebidas alcohólicas
El alcohol como tal puede no influir de forma muy determinante sobre el nivel de colesterol total, pero sí que incrementará la tasa de oxidación de las lipoproteínas, lo que se considera mucho más nocivo. Se trata de una sustancia tóxica independientemente de la dosis consumida, por lo que lo más adecuado es limitar o restringir su presencia en la dieta.
Los efectos son todavía peores cuando se combina con refrescos azucarados. Los carbohidratos simples en grandes cantidades también influyen sobre el perfil lipídico y sobre los niveles de inflamación en el organismo, incrementando el riesgo cardiovascular. A parte, generarán estrés a nivel pancreático, lo que se traduce en una mayor incidencia de la diabetes. Así lo afirma un estudio publicado en Journal of Pediatric Gastroenterology and Nutrition.
¿Es realmente peligroso tener el colesterol alto?
En los últimos años se ha demostrado que no siempre resulta peligroso tener los niveles de colesterol alto. Será preciso diferenciar con precisión la concentración de cada una de las lipoproteínas, así como estudiar los hábitos de vida de la persona y el perfil inflamatorio. En este sentido, los resultados puede ser heterogéneos, por lo que se requiere un análisis individualizado.
Hay que tener en cuenta que existe una determinación genética fuerte respecto a los niveles de colesterol en el organismo. Esta sustancia se produce de manera endógena, por lo que su aporte dietético no influirá de manera determinante. El cuerpo es capaz de ajustar la síntesis en función de la cantidad de grasas saturadas y colesterol que aparezcan en la pauta.
Sin embargo, las grasas trans sí que son capaces de impactar sobre este parámetro. Ya no solo incidiendo sobre la concentración de lipoproteínas en cuestión, sino modificando su tasa de oxidación. Por este motivo, conviene analizar los hábitos dietéticos de la persona en conjunción con el perfil lipídico de la misma. Un nivel de colesterol total de 250 en una persona deportista no sería para nada preocupante, por ejemplo.
No obstante, siempre que se tengan dudas al respecto lo mejor será consultar con un profesional. Eso sí, la administración de fármacos para controlar el colesterol debería resultar ser la última de las opciones. Cuentan con multitud de efectos secundarios, y el supuesto beneficio que generan no ha sido correctamente evidenciado por la literatura científica.
Hábitos que modifican el colesterol
El perfil lipídico no solo se puede modificar por medio de la dieta, sino que existen otros muchos factores que inciden sobre el mismo. El más influyente de todos ellos es el grado de actividad física. La práctica regular de ejercicio conseguirá optimizar el nivel de colesterol, así como generar un entorno de homeostasis positivo en el medio interno.
De este modo, se consigue reducir los niveles de inflamación y de oxidación en el organismo, lo que realmente provoca un impacto beneficioso sobre el estado de salud. Bajo este contexto es poco probable que realmente se llegue a formar agregación en el interior de los vasos sanguíneos, lo que se relaciona con la génesis de coágulos y con la aparición de problemas cardiovasculares severos.
Asimismo, es esencial dormir correctamente. Al menos habrá que asegurar 7 u 8 horas de sueño cada noche para que el cuerpo humano se recupere de forma correcta tras cada jornada. Si esto no se cumple, enseguida se comenzarán a experimentar alteraciones relacionadas con los niveles de inflamación y con los desequilibrios en la producción hormonal, lo que repercute sobre todos los sistemas.
Mantener unos niveles de estrés elevados también afectará a la oxidación de las lipoproteínas y al perfil lipídico en general. Incluso influye sobre otros parámetros relacionados con la salud cardiovascular, como es el caso de la presión arterial. Descansar bien cada noche contribuirá a nivelar el estrés, pero también puede ser preciso poner en marcha ciertos hábitos determinados para combatirlos.
¿Y qué pasa con los huevos? ¿Son alimentos que suben el colesterol?
Durante mucho tiempo se aconsejó limitar el consumo de huevos para conseguir controlar el perfil lipídico y para mejorar el estado de salud. Sin embargo, en la actualidad se ha conseguido demostrar que estos alimentos no impactan de manera negativa sobre el organismo, sino más bien todo lo contrario.
Como hemos comentado, el colesterol dietético y las grasas saturadas no influyen de manera significativa sobre la concentración de lipoproteínas.
Lo importante es preparar los huevos bajo métodos de cocción adecuados, como la plancha, el horno o la cocción con agua. Será determinante evitar su fritura, ya que así sí que se podrían generar grasas trans, además de incrementarse el valor energético del comestible en cuestión.
Si se aplican buenos métodos de preparación, los huevos suponen un tipo de alimentos muy adecuados para incluir en la dieta saludable. Concentran en su interior una gran cantidad de nutrientes esenciales. Son fuente de proteínas de alto valor biológico y de vitamina D, siendo este último elemento deficitario en la población en general. Casi el 50 % de las personas no cubren los requerimientos diarios del mismo.
En este sentido, el consumo de huevos puede suponer una de las principales estrategias para asegurar una buena ingesta proteica diaria. Cuentan con todos los aminoácidos esenciales y con una buena puntuación en cuanto a digestibilidad. Ayudarán a prevenir alteraciones en el correcto funcionamiento de la masa magra, asegurando el mantenimiento de la fuerza con el paso del tiempo.
Reduce la presencia en la dieta de los alimentos que suben el colesterol
Existe una serie de alimentos que pueden subir el colesterol, alterando así el perfil lipídico del organismo. De todos modos, esto no es lo más peligroso de los mismos, sino el hecho de que consiguen modificar los estados inflamatorios y oxidativos en el medio interno, rompiendo la situación de homeostasis. Por este motivo, es recomendable restringir su consumo lo máximo posible.
Ahora bien, recuerda que para prevenir la patología cardiovascular y para mejorar el estado de salud será necesario combinar una serie de buenos hábitos de vida. A nivel dietético habrá que enfatizar la presencia en la pauta de vegetales y de pescados azules, pues estos últimos concentran en su interior ácidos grasos omega 3, compuestos con elevada capacidad antiinflamatoria.
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