3 pruebas ginecológicas imprescindibles
En términos generales es recomendable que las mujeres se realicen una evaluación ginecológica por lo menos una vez al año. Sin embargo, muchas no saben cuáles son los exámenes que deben realizarse, por ello te diremos las 3 pruebas ginecológicas imprescindibles que no deben faltar en tu consulta anual.
La ginecología es la rama de la medicina encargada del estudio del aparato reproductor femenino. Por lo que un ginecologo está capacitado en el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades que afecten a estos órganos. Los mismos se especializan en patologías que afecten a estructuras como la vagina, las mamas, el útero y los ovarios.
La mayoría de las enfermedades que afectan al aparato ginecológico suelen ser difíciles de detectar, por lo que un chequeo constante es fundamental. De hecho, algunas patologías como el cáncer de mama tienen un mejor pronóstico si son detectadas en sus etapas iniciales.
3 pruebas ginecológicas imprescindibles
Al acudir al consultorio médico, el especialista realizará una serie de pruebas para constatar el estado de salud del aparato reproductor y verificar la existencia de enfermedades. Por desgracia, hoy en día existen muchas mujeres que no tienen un chequeo ginecológico adecuado, a pesar de la importancia del mismo.
Entre las 3 pruebas ginecológicas que son imprescindibles para la detección de enfermedades destacan las siguientes:
1) Citología
La citología cervical es una prueba empleada para estudiar las células de la vagina y del cuello uterino en busca de cualquier cambio anormal. Esta prueba analiza las células de una región de cuello uterino llamada unión escamo columnar, siendo esta zona donde aparecen la mayoría de los cánceres de cuello uterino.
De esta manera la citología vaginal es una de las pruebas ginecológicas más importantes que se deben realizar. De hecho, estudios demuestran que los programas bien organizados de búsqueda citológica han reducido la mortalidad por cáncer de cuello uterino en un 70 %.
Además de ser útil en la detección de lesiones malignas, la citología cervical también permite estudiar lesiones premalignas como las generadas por el Virus del Papiloma Humano (VPH). Por si fuera poco, esta prueba también permite estudiar el estado hormonal de la paciente y verificar la presencia de microorganismos.
A pesar de poder arrojar falsos positivos y falsos negativos, la citología es una prueba con una sensibilidad y especificidad elevada. Esto quiere decir que, en casos de haber resultados anormales, este examen es capaz de orientar al especialista a la hora de establecer un diagnóstico.
Existe otro estudio muy similar llamado colposcopia, en la cual el especialista observará las paredes vaginales y el cuello uterino con un dispositivo llamado colposcopio. Este artefacto funciona como una especie de microscopio, por lo que permite estudiar con gran detalle las células de estas estructuras.
2) Ecografía ginecológica
Tanto la citología como la colposcopia permiten explorar la vagina y el cuello uterino de manera precisa. Sin embargo, ciertas estructuras como el útero y los ovarios no se pueden explorar con los estudios ya descritos. En este sentido, la ecografía ginecológica es una prueba imprescindible para estudiar estos órganos.
Esta prueba se realiza con un aparato llamado ecógrafo, el cual emite ultrasonidos para construir imágenes bidimensionales de los órganos que se encuentran en la zona explorada. Una de las principales ventajas que posee es que se trata de un estudio poco invasivo y que no emite ningún tipo de radiación.
La forma más utilizada para hacer una ecografía ginecológica es la abdominal, y también es posible hacerla por vía rectal y vaginal. Sin importar la forma en que se realice esta prueba es de utilidad en la detección de miomas uterinos, los quistes, los pólipos y el síndrome de ovario poliquístico.
En algunos casos es probable que el especialista indique otros estudios de imagen como una ecografía 3D, una resonancia magnética o una tomografía computarizada. Esto con la finalidad de obtener otras imágenes diferentes para brindar un diagnóstico más certero.
3) Mamografía
La mamografía es quizás el estudio más importante en la detección temprana del cáncer de mama, por lo que es una de las pruebas ginecológicas imprescindibles para cualquier mujer. Es importante destacar que el cáncer de mama es el tipo de cáncer más frecuente y mortal en las mujeres alrededor del mundo.
Este es un examen que muestra una imagen clara del interior de la mama desde distintas proyecciones con rayos X. El objetivo principal de la mamografía es detectar cualquier tumoración o lesión presente en el seno para su posterior estudio.
La imagen de la lesión se formará por la penetración de los rayos en los tejidos, pudiendo crear diferentes tonos en la imagen dependiendo de la densidad. Estudios destacan la importancia de esta prueba y la colocan como el estudio de tamizaje para la detección del cáncer de mama.
Una de las mayores ventajas de esta prueba es que le permite al especialista la detección de lesiones pequeñas o subclínicas. Estas son lesiones que no presentan ningún tipo de sintomatología, no son palpables pero son visibles en la mamografía y pueden ser indicativas de cáncer.
Hoy en día existen otros estudios con imágenes mejores como la mamografía digital o la tomosíntesis, no obstante esto no le resta importancia a la mamografía tradicional. Es importante tener en cuenta que las mujeres jóvenes pueden no ser candidatas a este examen por la densidad de sus senos, por lo que deben realizarse una ecografía mamaria en su lugar.
El chequeo periódico es fundamental
Todas las pruebas ginecológicas mencionadas con antelación son imprescindibles en el estudio del aparato genital y reproductivo. Las mismas permiten la detección de patologías de diversa índole, desde infecciones de transmisión sexual como la gonorrea hasta el cáncer de mama o de cuello uterino.
Por último, es necesario destacar la importancia del chequeo ginecológico anual en todas las mujeres, sobre todo en aquellas activas sexualmente. Esto se debe a que la mayoría de las enfermedades ginecológicas no tienen una sintomatología clara en sus etapas iniciales, por lo que suelen pasar desapercibidas hasta que han avanzado de forma considerable.
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