Agresividad al conducir: causas y cómo actuar
El comportamiento de conducción agresiva (ADB, por sus siglas en inglés) es el nombre con el que se le conoce a un amplio grupo de estilos de conducción peligrosos y agresivos que conducen a accidentes graves. De acuerdo con la AAA Foundation for Traffic Safety el 55,7 % de los accidentes de tráfico mortales se asocian con la agresividad al conducir. Hoy repasamos sus causas y qué hacer al respecto.
Ciertamente, y como señala la evidencia, la ira y la agresión del conductor contribuyen a aumentar las probabilidades de un choque. La agresividad al conducir es muy común, y variables internas y externas fomentan su desarrollo. En las líneas siguiente te mostramos qué saben los científicos sobre ella y algunos consejos que te serán de gran provecho.
Causas de la agresividad al conducir
Inicialmente, los expertos definían a la ADB como un síndrome de comportamientos impulsados por la frustración que estaban habilitados por el entorno del conductor.
Dichos comportamientos pueden evolucionar a una forma agresión instrumental, la cual permite al conductor frustrado infringir los derechos de otros usuarios de la vía. Existen muchas causas de la agresividad al conducir, aunque a continuación reseñamos las más importantes.
La presión del tiempo
Un estudio publicado en Accident Analysis & Prevention en 2017 encontró que la presión del tiempo es un factor de riesgo para la agresividad al volante. Los conductores que estaban expuestos a una mayor presión del tiempo (por ejemplo, que se han retrasado para llegar al trabajo) exhiben comportamientos de mayor ira.
Pero esto no es lo único. Quienes se encuentran en una situación de este tipo también tienen mayores probabilidades de lo siguiente:
- Seleccionar velocidades más altas.
- Acelerar más rápido después del cambio de luces rojas a verdes.
- Aceptar espacios más pequeños en los giros a la izquierda.
- Adelantar a un vehículo lento.
- Saltarse una luz amarilla en una situación de zona de dilema.
Todas estas variables pueden causar la reprobación de los demás conductores, lo que a su vez puede aumentar el nivel de ira detrás del volante. La presión por el tiempo se asocia entonces con un mayor riesgo de agresividad al conducir.
Frustración e ira acumulada
Un artículo publicado en Accident Analysis & Prevention en 2015 sugirió que la respuesta a la agresividad al conducir puede ser un factor acumulativo.
Los investigadores encontraron que la ira transitoria en un período de tiempo específico está afectada por la ocurrencia de eventos frustrantes, la ira rasgo y la ira experimentada en el período de tiempo anterior.
Quienes han lidiado con eventos frustrantes e iracundos inmediatamente antes de conducir desarrollan actitudes agresivas frente al volante.
Rasgos de la personalidad
Un estudio publicado en Traffic Injury Prevention en 2021 encontró una relación causal entre la agresividad al conducir y los rasgos de personalidad. Quienes tienden a enojarse o enfadarse con facilidad en otros contextos suelen hacerlo también frente al volante.
Pero esto no es todo. Los investigadores encontraron también que los conductores masculinos tenían 2,57 veces más probabilidades de participar en una conducción agresiva.
Otros datos que complementan los anteriores son que las conductas de este tipo disminuyen con la edad. En promedio, la tendencia de un conductor a participar en una conducción agresiva se redujo en un 26 % por cada año frente al volante.
Las personas casadas, de igual modo, son menos propensas a este tipo de actitudes. Las personas más tranquilas y sosegadas lejos de la carretera se asocian negativamente con la agresividad al conducir.
Otras variables que inciden en el proceso son el estado del tiempo, las condiciones de la carretera, el comportamiento imprudente de otros conductores, el estado de lucidez por la ingesta de drogas o alcohol, el transito lento y la propia habilidad al momento de conducir.
A menudo la agresividad en el volante es multifactorial, de manera que responde a varios de estos desencadenantes.
Consejos para evitar la agresividad al conducir
Dado que existe un mayor riesgo de accidentes, de comprometer la integridad propia y la de los demás conductores, de exponerse a multas y otras consecuencias similares, resulta pertinente aprender a controlar la agresividad al conducir.
Hay muchas cosas que puedes hacer al respecto, y todas ellas son fáciles de implementar. Veamos una lista de las más importantes.
- Revisa atentamente el reglamento de tránsito vigente: conocer qué puedes y qué no puedes hacer, y las multas asociadas por ciertos comportamientos, te alentará a apostar por un estilo de conducción más respetuoso.
- Planifica tu salida con anticipación: así evitas que el tiempo juegue en tu contra, puesto que este puede llevarte a episodios de estrés y agresividad. Ten en cuenta los posibles eventos en contra (semáforos en rojo, atascos y demás) para incluirlos en el tiempo que te tomará viajar de A a B.
- Identifica rutas alternas: si las condiciones específicas de un recorrido te causan cierto grado de estrés quizá lo más prudente sea considerar rutas alternas. Aunque te tome más tiempo llegar al sitio final, puede que en ellas encuentres mayor paz y tranquilidad.
- Evita la ingesta de alcohol y drogas mientras conduces: apuntar esto parece una obviedad, pero lo cierto es que a pesar de sus consecuencias millones de personas conducen todos los días bajo los efectos de estas sustancias. Cuando vayas a conducir no bebas alcohol, tampoco experimentes con drogas recreativas.
- Asegúrate de dormir lo suficiente si emprenderás un viaje largo: no descansar adecuadamente puede hacer que tu irritabilidad al volante aumente. Como media trata de dormir 8 horas cada noche sin interrupciones.
- No tomes las acciones de otros conductores como personales: un error común que lleva a aumentar tus índices de agresividad. Mantente al margen de los conductores agresivos, no hagas contacto visual con ellos o inicies una discusión verbal.
Solo necesitas aplicar una serie de hábitos para reducir la agresividad en el volante. Si no puedes mantenerlas en el tiempo o no son efectivas considera visitar a un profesional de la psicología.
Hazlo especialmente si tu agresividad, ira e impaciencia se manifiesta también en otros momentos de tu vida. Recuerda que la prudencia al conducir es fundamental, ya que no solo comprometes tu vida y la de quienes viajan contigo; también la de otros conductores del camino.
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