Morfina: ¿qué es y para qué sirve?

La morfina es un medicamento de la familia de los opiáceos muy eficaz para paliar el dolor agudo y crónico. De todas formas, genera tolerancia y dependencia si su uso es continuado.
Morfina: ¿qué es y para qué sirve?
Samuel Antonio Sánchez Amador

Escrito y verificado por el biólogo Samuel Antonio Sánchez Amador.

Última actualización: 15 junio, 2021

La morfina es el principal alcaloide del opio. Actúa de forma directa sobre el sistema nervioso central y aumenta los sentimientos de placer y relajación, al tiempo que disminuye la sensación de dolor en pacientes en el entorno médico. Se administra de forma oral o intravenosa, pero también se fuma en los ambientes recreacionales como droga ilegal.

Algunos de los nombres comerciales de la morfina son los siguientes: Morfina Braun ®, Morfina Clorhidrato ®, MST Continus ®, Oramorph ®, Sevredol ®, Zomorph ® y Dolq ®. A pesar de compartir el grupo de analgésicos opioides, este fármaco no se debe confundir con la oximorfona, la metadona, la oxicodona, el tramadol o la hidromorfona.

La morfina es esencial en las unidades de cuidados paliativos, pero por desgracia no todo el mundo tiene acceso a ella. Según estudios publicados en la revista The Lancetcasi la mitad de la población mundial que muere cada año (25 millones) lo hace en condiciones agónicas por falta de opiáceos analgésicos. Si quieres saber más sobre este fármaco, sigue leyendo.

¿Para qué se usa la morfina?

Como hemos dicho, la morfina es una medicación analgésica de la familia de los opiáceos. Este compuesto se puede encontrar de forma natural en la planta Papaver somniferum, en forma de una resina negruzca. Se trata del opioide clásico y el resto de fármacos analgésicos se comparan con base en su mecanismo de acción y farmacodinamia.

Este compuesto interactúa con los receptores opioides delta, kappa y mu (μ), aunque la mayoría de su acción deriva de la unión al μ-receptor, en diversas partes del sistema nervioso central y el periférico.  Los puntos de alta densidad de estos receptores se encuentran repartidos en zonas diversas, como la amígdala, el hipotálamo, el tálamo, el putamen, ciertas zonas de la médula espinal y el núcleo espinal del trigémino.

Tal y como indican estudios, la activación del μ-receptor mediante la unión de la morfina (MOR) se asocia a analgesia, sedación, euforia, dependencia física y depresión respiratoria. Se produce una inhibición de las neuronas nociceptivas del sistema nervioso periférico, lo que deriva en una reducción general de la transmisión de señales de dolor.

1. Tratamiento del dolor

La morfina es de uso común en el ámbito clínico para tratar los dolores tanto agudos como crónicos. Su duración analgésica es de 3 a 7 horas y rara vez los efectos secundarios son tan graves como para cesar su administración.

Según el portal Cochranetambién se trata de un fármaco de utilidad para aliviar la sintomatología de pacientes con cánceres avanzados. Su uso en otras patologías más concretas —como el infarto de miocardio o el edema pulmonar— aún está bajo estudio para determinar la eficacia.

Dolor crónico de espalda que requiere morfina.
Los dolores crónicos se abordan con morfina cuando se agotaron las instancias previas con otros analgésicos.

2. Falta de aire

En pacientes terminales, la morfina de uso sostenido reduce de forma segura la sensación de ahogo y de falta de aire. Este efecto es muy útil en personas con cánceres avanzados que se encuentran en su etapa final.

3. Gestión de las adicciones

En pacientes adictos a opiáceos, como la heroína, la morfina se puede utilizar como reemplazo en la terapia sustitutiva (llamada OST). Este fármaco es el camino a seguir cuando el paciente muestra intolerancia a la metadona y la buprenorfina.

¿Cómo se administra la morfina?

La morfina se puede aplicar de forma oral o intravenosa. Exploramos la posología de ambas variantes por separado, teniendo como referente la ficha técnica de los compuestos comerciales más usados.

1. Morfina B. Braun solución inyectable ®

Este fármaco se presenta en 2 concentraciones distintas: 10 miligramos (mg) por microlitro (ml) de solución y 20 mg/ml. El principio activo es el hidrocloruro de morfina y 10 mg de este compuesto equivalen a 7,6 mg de morfina base. Tal y como indica el prospecto, la posología sigue los siguientes criterios:

  • Inyección subcutánea/intramuscular: de 5 a 20 miligramos en un intervalo de 4 horas. Se comienza con una dosis de 10 miligramos inicial y se actúa con base en las necesidades del paciente y su respuesta.
  • Intravenosa: de 2,5 a 15 miligramos diluidos en 5 mililitros de agua estéril para inyección.
  • En caso de infarto agudo de miocardio: de 2 a 15 miligramos iniciales, con un aumento de 1 a 3 miligramos cada 5 minutos si es necesario.
  • Epidural: 5 miligramos. Se pueden adicionar dosis de 1 a 2 miligramos en el tiempo, pero nunca superando los 10 miligramos en 24 horas.

En caso de que el paciente presente dolor crónico intenso y constante, se recomienda una dosis de mantenimiento de 0,04 a 0,07 miligramos/kilogramo del paciente/hora. Una cifra un poco más baja si el malestar no es tan inaguantable.

2. Oramorph solución oral en frasco ®

En este caso, la morfina se pone a disposición del paciente en forma de líquido para ingesta oral. Se vende en frascos de 100 y 250 mililitros y su principio activo es el sulfato de morfina líquido (2 miligramos por mililitro). Se utiliza para el tratamiento prolongado del dolor crónico en el entorno doméstico o para ciertos malestares posoperatorios.

Si bien esta solución se puede ingerir directamente con uso de un dosificador, otras variantes (20 miligramos por mililitro) deben ser diluidas antes de su administración. Ante cualquier duda, el paciente debe consultar a su médico especialista.

¿Quién no debe tomar morfina?

Las indicaciones variarán según el modo de ingesta que presente el fármaco en cuestión. Como la morfina inyectable solo se concibe en el ámbito médico, vemos de interés explorar quién no debe tomar la variante oral, pues este tratamiento se suele llevar a cabo desde casa.

Nos basamos en el prospecto de Oramorph ® y las contraindicaciones son las siguientes:

  • Ningún paciente que tenga alergia a la morfina o a cualquier otro componente de este medicamento debe tomarlo.
  • No se debe aplicar en el ámbito médico a personas con insuficiencias respiratorias sin respiración asistida.
  • No se debe aplicar en personas con obstrucción bronquial aguda o grave.
  • Evitar su uso en pacientes con parálisis intestinal. La disfunción intestinal inducida por opiáceos (DIIO) provoca estreñimiento y evacuación incompleta.
  • Evitar en personas con enfermedades hepáticas graves.
  • No se debe aplicar en personas con trastornos convulsivos: la acumulación de metabolitos tóxicos derivados del tratamiento por opiáceos puede provocar el síndrome de neurotoxicidad inducido por opioides (NIO).
  • No se concibe su uso en niños menores de un año, durante la lactancia o en el embarazo.

La morfina puede interactuar de forma negativa con otros medicamentos. Consulta a tu médico si consumes alguno de los siguientes: antidiarreicos antiperistálticos, antihipertensivos, antimuscarínicos, inhibidores de la monoamino-oxidasa (IMAOS) o naltrexona.

¿Cuáles son los posibles efectos secundarios?

El perfil toxicológico de la morfina es similar al de otros analgésicos opiáceos, como Effentora ®, Abstral ® y Transtec ®. Exploramos los efectos secundarios del fármaco:

  • Efectos muy comunes (en más de 1 de cada 10 pacientes): trastornos gastrointestinales, vómitos, náuseas y estreñimiento. Otros efectos comunes son la somnolencia, la desorientación y la euforia transitoria.
  • Poco comunes (en más de 1 de cada 1000, pero menos de 1 de cada 100 pacientes): cefaleas, agitación, temblores, depresión, ansiedad, dificultad para dormir o alucinaciones. En lo intestinal, calambres abdominales, alteraciones del gusto y diarreas. Otros signos pueden ser las taquicardias, la visión borrosa, los edemas y las urticarias.
  • Muy poco comunes (menos de 1 por cada 10 000 pacientes): anafilaxia.

¿Qué sucede si olvido una dosis?

Los tratamientos con morfina se mantienen de forma sostenida en el entorno hospitalario. El paciente puede manifestar su malestar para que se aumente o disminuya la dosis, pero en última instancia es el enfermero o médico quien decide la forma y frecuencia.

En el caso de que el paciente se medique en casa con soluciones orales o tabletas, si se establece la toma del analgésico cada 4 horas es posible que se olvide y el dolor crónico se haga más evidente. Tan pronto como el paciente se dé cuenta, deberá consumir la dosis que se le ha pasado. Tras ello tendrá que respetar el tiempo estipulado hasta la siguiente toma.

¿Cómo debo actuar ante una sobredosis de morfina?

Tal y como indica el portal médico Talbott, la dosis general de una persona en tratamiento con morfina no suele superar los 20 o 30 miligramos. El problema llega cuando, en casa, el paciente consume mucho más de lo estipulado, ya que muestra tolerancia y sigue sintiendo dolor o ha desarrollado una dependencia física.

Se estima que el consumo de 200 miligramos es suficiente para inducir una sobredosis. En caso de que se alcance este límite, el paciente mostrará diversos signos, como labios y puntas de los dedos amoratadas, dificultad para respirar, mareos, náuseas y vómitos, crisis convulsivas, espasmos gastrointestinales y pérdida de conocimiento.

Si consumes morfina y percibes alguno de estos signos, lo mejor es que llames a urgencias y una persona externa te monitorice, sea esta un amigo, familiar o un vecino. Para el cuidador, cabe destacar que nunca hay que inducir el vómito en el paciente, a menos que lo indiquen los profesionales de urgencias al otro lado del teléfono.

Adicción a los opioides.
La posibilidad de sobredosis, dependencia y adicción hacen que la morfina requiera un uso muy cuidadoso y supervisado.

¿Cómo almacenar y desechar este medicamento?

La morfina debe mantenerse fuera del alcance de los niños, en su envase original y a temperatura ambiente. No lo metas en la nevera o lo almacenes en el baño, pues no se recomienda exponer al fármaco a condiciones de humedad excesivas.

Por otro lado, todo medicamento caducado o que ya no es de utilidad debe ser llevado a un punto de reciclaje, normalmente situado en las puertas de las farmacias. En España estos lugares se conocen como puntos SIGRESi tienes cualquier duda, consúltalo con tu médico de cabecera o farmacéutico de confianza.

La morfina en casa es de sumo cuidado

La morfina es uno de esos fármacos que suelen asociarse solo al ambiente hospitalario, después de una operación o en entornos paliativos. Si bien estos son los lugares de administración más comunes del medicamento, otras personas con dolores crónicos pueden tomarlo en casa, en forma de solución líquida.

Hay que tener especial cuidado en este último escenario. Debido a que la morfina genera tolerancia y dependencia, el peligro de sobredosis es mucho mayor que con casi cualquier otro medicamento de uso domiciliario. Si tomas morfina desde casa, sigue las pautas indicadas por tu médico.



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