Sífilis: síntomas, causas y tratamiento
La sífilis o lúes es una enfermedad de transmisión sexual (ETS) causada por la bacteria Treponema pallidum (T. pallidum). Si no se trata a tiempo, puede hacer daño en órganos como el corazón y el cerebro, ocasionar discapacidad e incluso la muerte. Por fortuna, si se medica en las primeras etapas se detiene su progresión.
A menudo, las personas no saben que están infectadas, por lo que la enfermedad se transmite en el acto sexual realizado sin protección. La primera aparición clínica es una llaga indolora en el recto, en los genitales o en la boca. Además, solo se contagia en contacto directo con la bacteria o con los chancros sifilíticos.
Síntomas de la sífilis
La lúes se divide por etapas y cada una de ellas varía en sus síntomas. Estas fases son las siguientes.
Sífilis primaria
Luego de que la bacteria tiene contacto con el cuerpo, empieza su manifestación entre los primeros 10 y 90 días. Hay una llaga indolora, redonda, firme y pequeña conocida como chancro. A pesar de no presentar dolor, es contagiosa.
La sífilis se transmite al tener contacto directo con la bacteria, por lo que se puede contagiar durante la actividad sexual. Los chancros podrían desaparecer entre 2 a 6 semanas después, pero si no se trata, avanza a la siguiente etapa.
Sífilis secundaria
La sífilis secundaria se caracteriza por la aparición de erupciones cutáneas en cualquier parte del cuerpo, siendo el lugar más común las palmas de las manos o las plantas de los pies. En general, no suelen picar, pero otros signos podrían ser los siguientes:
- Dolores musculares y en las articulaciones.
- Cansancio.
- Pérdida de peso.
- Fiebre.
- Pérdida de cabello.
Estos síntomas pueden desaparecer, aunque no se traten. Sin embargo, sin medicación hay progresión en la forma latente, que analizamos a continuación.
Sífilis latente
Conocida también como etapa oculta de la sífilis, en esta tercera fase los síntomas desaparecen por completo. Sin embargo, aún la bacteria vive en el cuerpo de la persona. Pueden transcurrir algunos años antes de notar el progreso a la siguiente etapa.
Sífilis terciaria
La sífilis terciaria o tardía puede desarrollarse después de una década de haberse contagiado. En esta etapa no se transmite la bacteria, pero las complicaciones son las peores, ya que puede causar la muerte.
Algunos de sus síntomas involucran lo siguiente:
- Ceguera.
- Cardiopatía.
- Pérdida de memoria.
- Trastornos neurológicos y neurosífilis.
- Deterioro de tejidos blandos y de huesos.
De acuerdo a la Clínica Mayo, aproximadamente un 15 a 30 % de las personas que no se medican desarrollan esta última etapa. La sífilis terciaria involucra tres complicaciones principales:
- Sífilis gomosa: se caracteriza por simular la forma de un tumor. Suelen llamarse gomas porque causan lesiones blandas que, a su vez, llevan a úlceras en la piel, el hígado, los músculos, los huesos y otros órganos vitales, como el corazón.
- Sífilis cardiovascular: esta complicación se considera grave y causa inflamación en la aorta. También puede acarrear un aneurisma aórtico.
- Neurosífilis: cuando la bacteria T. pallidum se esparce al sistema nervioso causa neurosífilis. Algunas personas que tienen esta condición pueden no presentar síntomas, aunque cuando existen se caracterizan por demencia, confusión, dolor de cabeza, pérdida de visión, entumecimientos en las extremidades, fatiga y dificultad para concentrarse. Las variantes más agresivas culminan en cambios de personalidad, convulsiones, esquizofrenia y alucinaciones.
Causas de la sífilis
Esta infección solo se transmite si existe un contacto directo con la bacteria, por lo tanto, se contrae durante la actividad sexual. En caso de estar embarazada, se puede pasar al feto, lo que se conoce como sífilis congénita. No se contagia usando los mismos cubiertos, el mismo baño, compartiendo ropa u objetos.
Las personas que tiene una vida sexual activa son propensas a contraer esta enfermedad si cumplen con los siguientes factores de riesgo:
- Tener relaciones sexuales sin protección.
- Padecer VIH. Además de que contraer sífilis aumenta el riesgo de SIDA.
- Tener varias parejas.
Diagnóstico
En caso de sospechar el contagio, el médico pedirá un análisis de sangre completo. A su vez, un examen físico será requerido para inspeccionar si hay llagas o chancros en alguna zona del cuerpo. De ser así, se tomarán muestras y se evaluará si hay T. pallidum en ellas.
En caso de una sífilis tardía o terciaria se practicará una punción lumbar, con el fin de recolectar el líquido cefalorraquídeo y analizar la posibilidad de una neurosífilis. Con respecto a las mujeres embarazadas, se solicita la prueba de VDRL como parte de los exámenes de control de gestación. Este análisis no es específico, pero si resulta positivo se continúa con más estudios.
Complicaciones en mujeres embarazadas y recién nacidos
Existe evidencia científica de que una mujer embarazada corre riesgo de infectar al bebé, sufrir abortos espontáneos, tener un parto prematuro o el nacimiento de un feto muerto. Los niños que nacen con sífilis congénita son propensos a convulsiones, fiebre crónica, hepatitis, retraso en el desarrollo y anemia.
En caso de no ser detectada a tiempo la patología, el recién nacido puede desarrollar la infección en etapa tardía, lo que provoca daño en los huesos, en los ojos, en los dientes y el cerebro.
Tratamiento de la sífilis
La sífilis primaria y secundaria se tratan con inyecciones de penicilina. Con frecuencia es usado este antibiótico porque se considera efectivo contra T. pallidum. En caso de ser alérgico a la penicilina, se recomendará un antibiótico de otra familia, como ceftriaxona, azitromicina o doxiciclina.
No se puede revertir el daño cuando es causado por sífilis terciaria, sin embargo, ante la detección de neurosífilis se inicia un tratamiento con dosis diarias de penicilina intravenosa.
En caso de estar bajo medicación, conviene evitar las relaciones sexuales hasta que el profesional indique el alta médica. Si has mantenido relaciones en un período de posible contagio, tus parejas también deberán recibir el tratamiento, aunque no presenten síntomas.
¿Se puede prevenir?
Por fortuna, la sífilis es una enfermedad muy prevenible. Para disminuir el riesgo de contagio se consideran efectivas las siguientes medidas:
- Tener una sola pareja sexual o practicar la abstinencia.
- Usar condón o alguna protección de látex para el sexo oral casual con parejas no habituales.
- No compartir juguetes sexuales.
Considera que si algunas vez padeciste la patología y fue tratada, no estás exento a experimentarla o contagiarte de nuevo. La prevención nunca se acaba y depende de ti.
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