¿Qué es la pitiriasis alba?
La pitiriasis alba es un tipo de dermatitis que suele presentarse con frecuencia en la infancia y la adolescencia, en especial, en niños y jóvenes de tez oscura. En el pasado, se le llegó a conocer con nombres como: erythema streptogenes, pitiriasis streptogenes e impétigo furfuráceo.
Aunque suele causar cierta preocupación entre los padres, la pitiriasis alba no constituye un problema de salud grave. En realidad, se trata de un trastorno benigno que, además, tiene tratamiento.
Síntomas
La pitiriasis alba se caracteriza por causar manchas en la piel de tono blanco (de allí su nombre). Ahora bien, las manchas no aparecen desde el comienzo con tono blanco.
Al principio, las zonas lesionadas tienen un tono rojizo y presentan descamación. Las manchas tienen bordes redondeados u ovalados. A medida que desaparecen, se van tornando de un color claro, que finalmente se define como blanco. A este proceso se le conoce como hipopigmentación.
- Los parches enrojecen con facilidad ante la exposición solar, pero no se broncean. Suelen tener de 1 a 5 centímetros de diámetro.
- Cuando se expone la piel al sol, esta se oscurece a excepción de los parches, razón por la cual se hacen más notorios.
- Por todo lo anterior, se hace imprescindible el uso de protección solar a diario.
Causas
Aunque en el pasado era común pensar que su causa podía ser una infección de origen bacteriano, con el tiempo se comprobó que no era así. Las lesiones no responden a los antibióticos y su aspecto -desde el punto de vista histológico- no era consistente con el de una infección.
Actualmente, se desconoce la causa de la pitiriasis alba. Sin embargo, hay quienes consideran que podría estar vinculada con la dermatitis atópica y, por otra parte, hay quienes mantienen la hipótesis de que podría estar relacionada con el vitíligo.
También se ha asociado su aparición con factores como mala higiene corporal, falta de limpieza nasal, hidratación deficiente, piel seca, sobreexposición al sol y otros, como expone el Atlas de Dermatología. No obstante, no se ha podido demostrar ninguna relación concreta hasta la fecha.
Diagnóstico
Los expertos de Medline Plus indican que para llegar al diagnóstico de la pitiriasis alba, suele bastar el examen físico en consulta. Sin embargo, en algunos casos, el médico podría solicitar algunas pruebas (como prueba de hidróxido de potasio, y rara vez, una biopsia de piel) para descartar otros problemas, tales como:
- Psoriasis.
- Dermatitis atópica.
- Enfermedades que provocan hipopigmentación posinflamatoria.
Tratamiento
Aunque en muchos casos la pitiriasis alba desaparece por sí sola, hay casos en los que requiere tratamiento. Es importante destacar que este no es curativo de momento, está simplemente orientado a a cuidar la piel y prevenir complicaciones.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que así como a veces puede desaparecer y no volver a presentarse más, en otras puede reaparecer tiempo después.
El tratamiento incluye las siguientes medidas:
- Aplicación de protección solar a diario.
- Uso de un retinoide tópico y PUVA.
- Aplicación de cremas humectantes con ingredientes emolientes (para aliviar la piel seca y la descamación).
En algunos casos, para prevenir complicaciones (como atrofia cutánea) el médico podría prescribir un antifúngico y esteroide tópico leve durante un periodo de tiempo determinado (generalmente corto).
Otras opciones de tratamiento que el médico podría indicar en algunos casos son las siguientes:
- Inmunomodulador (para reducir la inflamación).
- Tratamiento con luz ultravioleta (para controlar la inflamación).
- Tratamiento con láser.
- Medicamentos (para controlar la dermatitis más graves).
Así como se desconoce el origen de la pitiriasis, también se desconoce cómo prevenirla. Sin embargo, el uso de protección solar a diario se sigue destacando como medida para prevenir que los parches sean más notorios.
Finalmente, lo más importante a la hora de tratar la pitiriasis alba es apegarse a las recomendaciones del médico y, ante cualquier duda, consultar con este. No es recomendable intentar modificar el tratamiento por cuenta propia o probar productos aclarantes, pues podría resultar contraproducente.
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