Periodontitis: síntomas, causas y tratamientos

La enfermedad periodontal o periodontitis es culpable de la pérdida de dientes en muchas personas. ¿Sabes por qué aparece y cómo la tratan los odontólogos? Te lo contamos.
Periodontitis: síntomas, causas y tratamientos
Vanesa Evangelina Buffa

Escrito y verificado por la odontóloga Vanesa Evangelina Buffa.

Última actualización: 11 mayo, 2023

La periodontitis es una enfermedad de las encías. Pero no cualquiera, sino una condición grave que puede llegar a afectar el hueso que sostiene a los dientes.

Cuando avanza, este trastorno es capaz de ocasionar la pérdida de los elementos dentarios, así como incrementar el riesgo de padecer otras enfermedades en el cuerpo. Sin embargo, un tratamiento oportuno y la práctica de buenos hábitos de higiene podrían prevenir las complicaciones.

Manifestaciones clínicas de la periodontitis

La enfermedad periodontal o periodontitis es una infección bacteriana de las encías. Se caracteriza por la destrucción de los tejidos que sostienen a las piezas dentarias; esto incluye al ligamento periodontal, el cemento radicular y el hueso alveolar. El cuadro tiene algunos signos que son más evidentes, como los siguientes:

  • Sangrado abundante de las encías al cepillarse o al comer alimentos duros.
  • Dientes que se aflojan o se mueven.
  • Mal aliento o halitosis.
  • Retracción de las encías, que dejan al descubierto las raíces de los dientes.
  • Acumulación de mucho sarro.

La presencia de todos estos síntomas hace sospechar un estado grave de periodontitis. Esto significa que el cuadro no fue abordado a tiempo y que evolucionó de manera desfavorable. En este escenario, las posibilidades de rescatar los dientes y evitar su pérdida son menores.

Por lo tanto, conviene conocer también aquellos signos que se van presentando de forma progresiva, a medida que avanza el trastorno. De esta manera, reconociendo las etapas de la enfermedad, será más fácil iniciar una consulta temprana.



Síntomas de gingivitis

La periodontitis puede provocar dolor
El sangrado y el dolor son de las características principales que definen a la enfermedad periodontal.

La gingivitis es la inflamación de las encías. Se reconoce como la primera etapa de la enfermedad periodontal y es el momento oportuno para iniciar un tratamiento, previniendo complicaciones futuras, de acuerdo al Journal of Clinical Periodontology.

El síntoma clásico de esta etapa inicial es la coloración roja y la inflamación de las encías que comienzan a sangrar con pequeños roces. Por ejemplo, ante un cepillado enérgico. También al morder un alimento que es un poco más duro.

Periodontitis inicial

Si la gingivitis no recibe la atención que merece y no es tratada, el siguiente paso será el comienzo de la destrucción del hueso maxilar. Esto sucede porque la encía inflamada por la gingivitis se retrae, dejando unos huecos o «bolsillos» que son ocupados por bacterias.

Este paso hacia la enfermedad periodontal establecida determina que un odontólogo tiene que tomar cartas en el asunto. La destrucción del hueso de soporte puede acabar en la caída de los dientes.

Periodontitis moderada

La siguiente fase es una profundización del proceso. La retracción de la encía es mayor, queda más raíz de los dientes expuesta y hay movilidad de los elementos dentarios. Habrá sangrado abundante al mínimo roce y también dolor en la boca.

En este punto se añaden las complicaciones sistémicas. Es decir, la inflamación de la cavidad bucal desata una cascada de inflamación en otros tejidos lejanos. Por ende, las personas elevan su riesgo de desarrollar o empeorar condiciones cardíacas, por ejemplo, como manifiesta un consenso de expertos del año 2020.

Enfermedad periodontal grave o avanzada

En este punto, el sangrado y el dolor son constantes. Hay mucho tejido destruido y el tratamiento se vuelve complicado, ya que los dientes tienen movilidad plena y pueden caerse de manera espontánea. Según los análisis estadísticos, sin tratamiento, una persona puede perder un promedio de 13 dientes por periodontitis.

Causas de la periodontitis

La causa principal de la periodontitis es la mala higiene bucal. Pero esto no sucede de un día para el otro. Se necesitan muchos meses y años de hábitos deficientes para desarrollar la enfermedad.

Lo que sucede, según relata el sitio especializado StatPearls, es que las bacterias de la boca aprovechan la mala higiene para multiplicarse. Al no eliminarlas y alimentarlas con lo mismo que comemos, forman colonias cada vez mayores en lo que conocemos como placa dental.

La placa se endurece con el paso del tiempo si no se corrige la higiene. Los minerales se depositan junto a las bacterias para formar el sarro dental, que será responsable de una respuesta inflamatoria. Es decir, las encías se inflamarán para combatir a los microorganismos y defenderse de la agresión. Lamentablemente, ese estado inflamatorio es el que propicia el sangrado y la destrucción del tejido, formando las bolsas o bolsillos en la zona de la raíz de los dientes.

Este proceso se exacerba a sí mismo, en un círculo vicioso. Las bolsas se llenan cada vez de más bacterias que originan más placa y más sarro, incrementando así la inflamación y la destrucción de tejidos.

Factores de riesgo

Algunas personas tienen características que las hacen más susceptibles o más propensas a la periodontitis, aun cuando lleven una higiene bucal adecuada. Al contrario, si en ellos no hay hábitos saludables para con su boca, la enfermedad puede ser más agresiva.

Los factores de riesgo más relevantes y frecuentes, según la evidencia, son los siguientes:

  • Fumar: esto implica al tabaco, la marihuana y al vapeo.
  • Atravesar cambios hormonales: en especial, en las mujeres embarazadas y durante la menopausia.
  • Llevar una nutrición inadecuada, con déficit de micronutrientes.
  • Tener ciertas enfermedades, como la diabetes, la enfermedad de Crohn y la obesidad.
  • Consumir medicamentos que resecan la boca: con menor producción de saliva, las bacterias proliferan más.
  • Poseer condiciones que reducen la respuesta inmunitaria: HIV/SIDA o cáncer, por ejemplo.

Tratamientos disponibles para la periodontitis

La periodontitis es un motivo frecuente de consulta al odontólogo
Acudir al odontólogo es fundamental para tratar de forma adecuada la periodontitis.

Una vez confirmado el diagnóstico de periodontitis, el odontólogo clasifica el cuadro clínico según la severidad. Así, estará en condiciones de planificar un abordaje adecuado.

Los casos incipientes recibirán tratamientos no invasivos, de preferencia. Sin embargo, ante el avance y la posibilidad real de pérdida de dientes, se optará por cirugía. Por supuesto que, más allá de la modalidad elegida, será prioritaria la incorporación de hábitos de higiene diarios para acompañar los abordajes del profesional.

Terapéuticas para casos en etapas tempranas

Una periodontitis temprana o en estadio inicial podrá tratarse con técnicas que no sean invasivas. Esto significa que no se usará una cirugía.

En este sentido, los antibióticos aparecen como opción para combatir el sobrecimiento bacteriano de la boca, relatan estudios científicos. A veces se indican de manera tópica, en forma de enjuagues para hacer buches o geles para colocar en las bolsas de las encías. Otras veces se prefieren pastillas para consumir por vía oral.

En cuanto a los procedimientos que se realizarían en el consultorio odontológico sin invasión, los más empleados y referidos por la revista Periodontology 2000 son los siguientes:

  • Raspado: mediante diversos dispositivos, el profesional intenta quitar el sarro presente sobre los dientes y entre las bolsas de las encías. Se valdrá de instrumentos mecánicos, pero también podría emplear láser o ultrasonido.
  • Alisado: esta técnica pretende quitar rugosidades a las raíces de los dientes que quedaron expuestas. De este modo, a las bacterias les cuesta más adherirse, por lo que se desalienta la formación de sarro.


Abordaje quirúrgico para casos avanzados

Los casos más complicados de periodontitis requerirán medidas invasivas por parte del odontólogo. Es posible que se sugiera realizar cirugías que den solución a la presencia de las bolsas en las encías, así como a la pérdida de tejido óseo y de dientes.

Por ejemplo, una cirugía practicada con frecuencia es la de los colgajos. El profesional levanta parte de la encía afectada para dejar la raíz dentaria más accesible, lo que facilita su limpieza y el alisado que mencionamos antes. Al suturar, se reposiciona el tejido en el sitio que le corresponde, achicando así las bolsas que se habían formado por la enfermedad.

También se dispone de injertos como opción terapéutica. Es posible tomar tejido blando de otra parte, como el paladar, para completar encía faltante causada por la retracción. Del mismo modo, se podría tomar hueso de otra parte para reponer tejido óseo destruido en el maxilar. En ambas situaciones, el donante puede ser el mismo paciente o se puede recurrir a un banco de tejidos y hasta a productos artificiales.

En la actualidad, los avances tecnológicos pusieron a disposición de los odontólogos materiales biocompatibles que se encuentran en investigación. Los mismos se pueden colocar dentro de la encía, formando un puente entre el diente y el hueso dañado, para que haya regeneración ósea. A su vez, este puente impide que entren nuevas bacterias a la zona.

Se puede evitar llegar a la periodontitis

La mala higiene bucal crónica puede acabar en la pérdida de dientes. Sin embargo, no es necesario arribar a esa situación extrema.

Cepillarse a diario, usar hilo dental, complementar con enjuagues recetados y cumplir con las visitas de control son medidas sencillas que previenen la periodontitis. Y si aparece sangrado de las encías o las notas más inflamadas, entonces es prioritario consultar para detectar el trastorno en sus etapas iniciales.




Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.