Mastitis: síntomas, causas y tratamientos

La mastitis es una patología infecciosa de las mamas que afecta a millones de mujeres. Por fortuna, el tratamiento de la misma es efectivo y da buenos resultados a los pocos días.
Mastitis: síntomas, causas y tratamientos
Diego Pereira

Revisado y aprobado por el médico Diego Pereira.

Última actualización: 18 mayo, 2021

La lactancia exclusiva es una de las mejores prácticas que las madres pueden realizar, la misma genera un vínculo madre-hijo y también aporta beneficios nutricionales. No obstante, esta actividad puede hacer que las madres padezcan de una afección llamada mastitis, ¿deseas saber cuáles son sus síntomas, causas y tratamientos? ¡Sigue leyendo!

Es importante tener en cuenta que la glándula mamaria cuenta con múltiples lobulillos y conductos para la producción y expulsión de la leche materna. La mastitis no es más que la inflamación de uno o varios de estos lobulillos, la cual puede estar acompañada o no de una infección.

Esta es una patología muy frecuente sobre todo en los primeros meses posteriores al parto. Múltiples estudios afirman que el 10 % de todas las mujeres lactantes la padecen, además, la probabilidad de padecerla es mayor entre la semana 2 y 3 del puerperio. Por lo que es importante saber reconocerla para así iniciar un tratamiento oportuno.

¿Cuáles son las causas?

Mastitis e infección bacteriana.
Las infecciones bacterianas suelen ser las principales responsables.

Las principales causas de la mastitis están asociadas con una técnica de lactancia inadecuada y al vaciamiento incompleto de las mamas. En este sentido, es posible establecer 2 causas principales, las cuales son las siguientes:

  • Conducto mamario obstruido: cuando las mamas no se vacían completamente al amamantar, la leche materna puede aumentar su densidad. Este aumento en la densidad genera pequeños nódulos que acaban obstruyendo el conducto, dicha obstrucción hace que la leche se regrese, generando la infección.
  • Ingreso de bacterias a la mama: la succión de la leche por parte del bebé puede generar pequeñas grietas o fisuras en el pezón. Dichas lesiones pueden servir como puerta de entrada para que múltiples bacterias que se encuentran en la piel ingresen a la glándula y generen la infección.
  • Proliferación de bacterias de la leche: la leche materna posee una serie de microorganismos que ayudan en el desarrollo de la microbiota del recién nacido. No obstante, cuando el conducto galactóforo se encuentra obstruido, estas bacterias tienden a proliferar y generar una mastitis.

Factores de riesgo

Esta enfermedad de las glándulas mamarias puede aparecer en mujeres de todas las edades, sin importar si se encuentran lactando o no. Sin embargo, existen diversos factores predisponentes que aumentan la probabilidad de padecerla. Entre los principales factores de riesgo asociados a la mastitis destacan los siguientes:

  • Debilidad del sistema inmunitario.
  • Desnutrición.
  • Mastitis previa.
  • Anormalidades anatómicas en la mama o en el pezón.
  • Aplicación de presión en las mamas.
  • Presencia de una bacteria llamada Staphylococcus aureus en la piel.

Síntomas de la mastitis

La sintomatología que presentan las mujeres con mastitis es muy característica y aparece en poco tiempo. El síntoma cardinal de esta enfermedad es el dolor en las mamas, el cual es continuo o puede asociarse a la lactancia.

El mismo suele ser unilateral, sin embargo, puede llegar a ser bilateral hasta en el 13 % de los casos de acuerdo con la Asociación Española de Pediatría.

Por otro lado, las mamas de las mujeres afectadas presentarán signos de inflamación, es decir, estarán enrojecidas, calientes al tacto y se apreciará cierto grado de tumefacción.

El resto de los síntomas presentados son muy generales y pueden confundirse con otras patologías. En este sentido, las mujeres también pueden presentar un cuadro con los siguientes síntomas:

  • Engrosamiento de la piel o bulto palpable en la mama.
  • Lesiones dolorosas en el pezón.
  • Fiebre mayor a 38,5 grados centígrados.
  • Dolores musculares.
  • Escalofríos.
  • Malestar general.
  • Náuseas y vómitos.

Diagnóstico

Evaluación médica y mastitis.
La evaluación médica siempre es necesaria.

El diagnóstico de la mastitis se basa en la clínica presentada por la paciente, por lo que no suele ser necesaria la realización de exámenes médicos adicionales. En este sentido, el médico indagará acerca de los síntomas presentados y la evolución de los mismos.

Las preguntas más frecuentes están relacionadas con la aparición del dolor y si se encuentra asociado o no a la lactancia.

El especialista deberá explorar ambas mamas, haciendo especial énfasis en la que se encuentra afectada. El médico buscará heridas en el complejo areola-pezón a través de la inspección.

También deberá palpar ambas mamas en busca de tumoraciones anormales y podría hacer presión sobre el pezón para verificar la presencia o no de secreciones.

El recuento leucocitario puede ser de utilidad para diferenciar entre estasis de leche y mastitis infecciosa o no infecciosa. Algunas investigaciones respaldadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) establecen que el cultivo de leche solo debe realizarse después de 2 días de mala evolución tras iniciar una antibioticoterapia adecuada.

Tratamiento de la mastitis

El tratamiento de la mastitis estará enfocado en disminuir la inflamación de la zona y en eliminar todas las bacterias presentes. En este sentido, es importante ingerir antibióticos de amplio espectro durante aproximadamente 10 días. El consumo de estos fármacos debe cumplirse a cabalidad para disminuir la probabilidad de presentar recurrencias.

Por su parte, el médico puede recetar algunos analgésicos o antiinflamatorios para disminuir el dolor y la inflamación.

No obstante, es necesario que todos los medicamentos se consuman bajo estricta supervisión médica, ya que algunos tienen la capacidad de excretarse a través de la leche materna y afectar al bebé.

La mayoría de los especialistas recomiendan no suspender la lactancia durante el tratamiento, de hecho, amamantar puede contribuir a la mejoría de los síntomas. Las madres pueden buscar ayuda profesional para lograr una buena técnica de amamantado, de esta manera las mamas se vaciarán en cada toma y se previene la aparición de recaídas.

Una afección incómoda con pocas complicaciones

La mastitis es una afección mamaria que puede generar gran incomodidad en la paciente producto del dolor y de la inflamación. Por fortuna, el tratamiento de la misma es efectivo y la sintomatología presentada desaparece a los pocos días.

El diagnóstico oportuno es muy importante, ya que existe la posibilidad de que una mastitis se complique y genere la aparición de un absceso mamario.

En este sentido, es de vital importancia acudir al médico en caso de sospechar laa presencia de la infección, solo este estará en la  capacidad de dar un diagnóstico certero e iniciar la terapéutica apropiada.



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