Las infecciones más comunes que puedes coger en la piscina
La mayoría de las personas ignoran las infecciones que pueden contraer en espacios recreativos. Los virus, las bacterias y los parásitos se encuentran en casi cualquier lugar, de manera que también se hallan en las piscinas. Con el ánimo de informarte hoy recopilamos 7 infecciones comunes que puedes contraer en una piscina.
El riesgo de infectarte en una piscina es bajo, pero todo depende de muchas variables. Entre ellas, la higiene del lugar y la consciencia de quienes asisten a él. Ciertamente, quienes no se han recuperado del todo de un proceso infeccioso pueden propagar el patógeno al nadar en la piscina. Veamos algunas infecciones que puedes coger en estos sitios.
7 infecciones comunes que puedes coger en la piscina
Los investigadores han catalogado decenas de microorganismos que se pueden contraer en la piscina. Los virus más comunes son los adenovirus, los enterovirus, el virus de la hepatitis A y los norovirus. Las bacterias y los parásitos más frecuentes en las piscinas son Escherichia coli, Legionella, Cryptosporidium, Pseudomonas, Shigella y Giardia lamblia.
Ten en cuenta que la presencia de patógenos en la piscina depende de una variedad de elementos. La región geográfica y las normas higiénicas de su cuidado son algunas de ellas.
En general, la probabilidad de infectarte en una piscina es relativamente bajo. Los microorganismos pueden ingresar al cuerpo a través de la boca, la nariz, los oídos y los ojos; y hasta cierto punto se puede hacer muy poco para evitarlo.
Algunas medidas potencialmente útiles incluyen bañarse inmediatamente después de salir de piscina y no nadar con heridas que no han cicatrizado del todo. Por supuesto, asistir solo a centros que siguen normas estrictas de higiene también es imprescindible. Con estas reflexiones te dejamos con 7 infecciones comunes que puedes coger en la piscina.
1. Infecciones en el oído
Como bien señalan los expertos, la otitis externa difusa aguda, la otomicosis, la exostosis, la perforación traumática del tímpano, la infección del oído medio y los barotraumas son problemas comunes en los nadadores y personas que acuden a las piscinas.
El problema más frecuente es lo que se conoce como oído de nadador. También conocido como otitis externa, se trata de una infección que se extiende por el pabellón auricular y el conducto auditivo externo.
Las infecciones en el oído ocurren debido a que el agua permanece demasiado tiempo en su interior. El ambiente húmedo favorece el crecimiento de patógenos, los cuales pueden estar dentro del agua que ingresa al canal auditivo. La mayoría de las infecciones son leves, aunque algunas de ellas pueden ser moderadas o graves.
2. Erupciones en la piel
Hay decenas de infecciones en la piel que puedes contraer en una piscina. Una de las más comunes es la foliculitis del jacuzzi, también conocida como dermatitis por pseudomonas. Se caracteriza por protuberancias rojas que se reparten por el tronco. También puedes desarrollar infecciones por hongos, granuloma de la piscina y erupción del bañista.
Es importante tener en cuenta que este tipo de infecciones son diferentes a la erupción por cloro. Los especialistas advierten que el uso de cloro deriva en la formación de subproductos como monocloraminas, dicloraminas, tricloraminas, trihalogenometanos y ácido haloacético. La concentración alta de estas sustancias pueden ocasionar episodios alérgicos, muchos de los cuales se focalizan en la piel.
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3. Diarrea
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) señalan que patógenos como Cryptosporidium, Giardia y Shigella pueden ocasionar diarrea en los nadadores.
En general, los químicos en el agua y los filtros se encargan de mantener a estos patógenos controlados. A pesar de ello, los otros nadadores que son portadores pueden infectarte al nadar cerca de ti. Tragar agua es la vía más directa por la cual te puedes infectar.
4. Problemas digestivos
La presencia de virus y bacterias en el agua puede ocasionar infecciones digestivas por nadar en la piscina. Parásitos como Cryptosporidium y bacterias como Escherichia coli pueden generar una variedad de complicaciones gastrointestinales. Las más comunes, aparte de la diarrea, son malestar estomacal, vómitos, náuseas, calambres abdominales e hinchazón.
5. Neumonía
En concreto, un tipo de neumonía conocida como enfermedad del legionario. Se origina por infección de Legionella, una bacteria que habita en el agua. Aunque es verdad que encontramos a estas bacterias en aguas estancadas en la naturaleza, los investigadores advierten que también se puede contraer en aguas recreativas. Por ejemplo, piscinas, espás, jacuzzis y otros lugares.
La enfermedad de legionario es una forma grave de neumonía, una que se caracteriza por fiebre alta, escalofríos, tos, dolores musculares y de cabeza. Las personas mayores de 50 años, los niños y quienes tienen su sistema inmunitario comprometido tienen más probabilidades de manifestar complicaciones.
6. Conjuntivitis
Los especialistas también alertan que la conjuntivitis viral es una complicación relativamente frecuente en los nadadores de piscinas y otros espacios recreativos. Al igual que en otros casos, se distingue de la conjuntivitis química. Esto es, las reacciones en el ojo que se desencadenan como consecuencia de los productos en el agua. Estos últimos episodios se conocen como ojo de nadador.
7. Hepatitis A
Aunque se trata de una complicación menos frecuente que las anteriores, lo cierto es que se han reportado varios brotes de hepatitis A a lo largo de la historia restringidas a las piscinas.
El virus de la hepatitis A se transmite al ingerir alimentos o agua contaminados, también por el contacto directo con una persona infectada. La mayoría de los pacientes se recuperan, aunque algunos casos desarrollan complicaciones.
Es común adquirir infecciones en la piscina
Esta es solo una selección de infecciones que puedes contraer en la piscina. En la práctica puedes contraer muchas más, pero estas son las más comunes. En general, los sitios que cumplen con la normativas higiénicas son seguros; pero recuerda que las personas que asisten a ellos pueden ser portadoras del virus. Aun así, el riesgo sigue siendo bajo. Busca asistencia médica en caso de que desarrolles síntomas sospechosos horas o días después de asistir a la piscina.
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