¿Qué es la hipoxemia o el bajo nivel de oxígeno en sangre?
El oxígeno es un elemento fundamental para la vida de muchas especies, de manera que su disminución está asociada a una serie de complicaciones. La hipoxemia se describe como una reducción del oxígeno en la sangre, en concreto en aquella que circula por las arterias. En función de qué tanto haya descendido, el paciente experimentará síntomas leves o graves, así como complicaciones mayores si no se restablece a valores normales.
La ausencia de suficiente oxígeno en los tejidos del cuerpo (hipoxia tisular) puede derivar en una serie de alteraciones que pueden poner en riesgo la vida. En algunos casos, puede asociarse a insuficiencia respiratoria. Veamos todo lo que deberías saber de esta condición.
Características de la hipoxemia
En condiciones normales existe un equilibrio perfecto entre la demanda de oxígeno para el funcionamiento de sus procesos metabólicos y el suministro de este en la sangre y vías respiratorias. Un desajuste en negativo; esto es, una reducción de los valores normales, se conoce como hipoxemia.
Existen varios mecanismos fisiopatológicos que inciden en el desarrollo de la hipoxemia, según los investigadores:
- Cambios en el equilibrio V/Q (ventilación/perfusión). Esto hace referencia al proceso mecánico de la ventilación y a la difusión de los diversos gases entre las vías aéreas y el sistema circulatorio pulmonar.
- Hipoventilación. Es decir, la disminución de la frecuencia respiratoria.
- Cortocircuito de derecha a izquierda. Un fenómeno vascular en el sistema circulatorio pulmonar.
- Baja PO2 (presión de oxígeno) inspirada. Por ejemplo, al exponerse a condiciones ambientales adversas.
Todas estas condiciones pueden estar influenciadas por gran variedad de enfermedades respiratorias y cardiovasculares.
La presión parcial de oxígeno en sangre arterial (PaO2) es el indicador más utilizado para definir la hipoxemia (y que no se debe confundir con la presión arterial ni con la saturación de oxígeno). Los valores que se establecen como referencia para definir esta condición dependen de la literatura, aunque en general se establece por debajo de 80 mmHg (milímetros de mercurio).
Síntomas de la hipoxemia
Los síntomas de la hipoxemia no se manifiestan igual en todos los pacientes, en parte por el grado de susceptibilidad que hemos expuesto en el párrafo anterior. Un leve descenso en la concentración de oxígeno no suele causar signos visibles, aunque ocurre lo contrario cuando los niveles se reducen significativamente. Las señales de alerta más comunes son las siguientes:
- Dificultad para respirar.
- Aumento de la frecuencia cardíaca.
- Confusión o desorientación (en casos graves).
- Alteración en el color de las extremidades. Pueden tornarse azules o moradas (cianosis).
- Aumento de la transpiración.
- Fatiga o cansancio.
- Mareos y en algunos casos vómitos.
En casos más graves el paciente puede tener convulsiones, entrar en coma e incluso morir. La baja concentración de oxígeno en la sangre impide que este pueda llegar a los tejidos. Esto se traduce en alteraciones en el sistema nervioso central y en el sistema respiratorio. Los signos son similares a los que padece un paciente con hipotensión grave.
Causas de la hipoxemia
Cualquier cosa que interfiera en el suministro de oxígeno a los pulmones o de los pulmones a la sangre se considera una causa directa de hipoxemia. Sus desencadenantes son muy variados, aunque la mayoría de los episodios responden a los siguientes catalizadores:
- Asma.
- Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
- Neumonía.
- Apnea del sueño.
- Fibrosis pulmonar.
- Anemia.
- Patologías cardíacas.
- Epilepsia.
- Asfixia.
- Debilidades musculares (en aquellos músculos que participan en el proceso respiratorio, como el diafragma).
- Ascenso a regiones con una elevada altitud.
- Ingesta de ciertos medicamentos.
- Envejecimiento natural.
Estas son algunas condiciones o contextos en los que se puede desarrollar bajo nivel de oxígeno en la sangre, aunque por supuesto existen decenas más. Inicialmente se usó el término hipoxia en relación con las alteraciones que se generaban debido al aumento de la altitud, aunque hoy se usa en referencia a un centenar de desencadenantes.
Complicaciones del bajo nivel de oxígeno en sangre
La mayoría de los episodios de hipoxemia son leves, no generan grandes síntomas y por tanto no se asocian con complicaciones. Sin embargo, cuando el descenso de los niveles de oxígeno en sangre se prolonga durante mucho tiempo o se desarrollan bajo una modalidad grave, sí se suele acompañar de ciertas complicaciones.
Aunque por supuesto las complicaciones pueden ocurrir en cualquier paciente, por lo general son más comunes en los bebés y en las personas mayores. Los bebés prematuros, aquellos que han nacido con enfermedades cardíacas o pulmonares, son propensos a padecer de estas alteraciones. En el caso de las personas mayores se suma una degradación natural del proceso respiratorio y la combinación con afecciones subyacentes.
Las alteraciones más comunes en este orden son dificultad para respirar grave y retención de líquido. La taquicardia, la taquipnea, la bradicardia y los edemas pulmonares no son infrecuentes en los casos graves. Cuando la deficiencia de oxígeno en la sangre alcanza niveles alarmantes se puede traducir en daños en los órganos vitales, principalmente el cerebro, el corazón y los pulmones. En estos casos puede ser mortal.
Opciones de tratamiento
El tratamiento para la hipoxemia está condicionado a las causas que ha desarrollado el descenso de los valores de oxígeno en la sangre. También lo está a la gravedad de los síntomas, la edad del paciente, la presencia de afecciones subyacentes y otras variables. En este sentido, la alternativa consistirá en tratar su desencadenante para retomar de nuevo los niveles de oxígeno a estándares saludables.
La terapia con oxígeno, la rehabilitación pulmonar, la ingesta de algunos medicamentos y un cambio en los hábitos de vida suelen ser una opción para la mayoría de los episodios. Hacer ejercicio, evitar la inhalación pasiva del humo del cigarrillo (y de otros agentes tóxicos) y dejar de fumar se cuentan también entre las alternativas de tratamiento.
Cuando la hipoxemia se manifiesta de manera repetitiva en un paciente es una señal de una afección mayor. Dado que en algunos casos esta puede ser crónica (como es el caso de la EPOC) conviene nunca desestimar el alcance de estos episodios. Todo paciente debe buscar asistencia médica de experimentar los síntomas para evitar las complicaciones reseñadas.
- Sarkar M, Niranjan N, Banyal PK. Mechanisms of hypoxemia [published correction appears in Lung India. 2017 Mar-Apr;34(2):220]. Lung India. 2017;34(1):47-60. doi:10.4103/0970-2113.197116.