Herpes labial: síntomas, causas y cuidados
El herpes labial es una condición producida por la infección por el virus del herpes simple. Se caracteriza por la aparición de lesiones similares a las ampollas, que al romperse producen una costra firme que puede durar semanas en caer.
A pesar de que el virus no puede ser eliminado del organismo existen tratamientos efectivos para disminuir los síntomas, gracias a los antivirales como el aciclovir. A su vez, hay medidas básicas de prevención para evitar la infección.
Si te interesa saber un poco más sobre esta particular condición, te invitamos a leer este breve artículo. ¡Sigue leyendo!
¿Qué es el herpes?
Este término suele utilizarse para cualquier lesión o enfermedad producida por la infección por el virus del herpes simple, tanto el tipo 1 (VHS-1) como el tipo 2 (VHS-2).
A su vez, estos forman parte de la familia Herpesviridae, que incluye varios agentes patógenos para el ser humano. Estos pueden provocar la mononucleosis infecciosa, el linfoma de Burkitt y el sarcoma de Kaposi.
Esta última condición es un tumor maligno que se desarrolla a partir de las células que recubren la parte interna de los vasos linfáticos. Suele aparecer con mayor frecuencia en pacientes con algún tipo de inmunosupresión, en especial el VIH/SIDA.
Se caracteriza por múltiples lesiones rojizas y elevadas, presentes tanto en la piel como dentro del tubo digestivo y el aparato respiratorio.
El herpes labial es una infección con carácter recurrente, por lo que tiende a repetirse varias veces a lo largo de la vida. Es muy contagioso, y puede transmitirse por contacto estrecho al besar a una persona infectada, o al practicar sexo oral.
Si bien tiende a resolverse al cabo de pocas semanas, en los pacientes inmunocomprometidos la enfermedad puede llegar a ser más severa.
Síntomas principales
El herpes labial se caracteriza, como su nombre indica, por afectar a la región peribucal. Por lo general, las lesiones aparecen en el borde externo de las comisuras labiales, y empiezan como un área plana enrojecida (eritematosa). Con el paso de los días, aparecen pequeñas ampollas llamadas vesículas, llenas de un líquido claro.
Debido a que también producen intensa picazón, mediante el rascado es posible que algunas de estas vesículas se rompen y liberen su contenido al exterior. A partir de ahí, las lesiones evolucionan hasta formar costras que pueden durar semanas en caer, pero que por lo general no dejan ninguna cicatriz.
También es posible presentar fiebre alta, dolor en las zonas cercanas o ganglios inflamados, en especial en la región cervical. A veces, cuando el rascado se produce de forma intensa, puede ocurrir una sobreinfección bacteriana. En estos casos, el uso de antibióticos es necesario.
Factores de riesgo para el herpes labial
Los virus del herpes simple se encuentran muy extendidos en la naturaleza, por lo que casi cualquier persona puede adquirir la infección. Sin embargo, existen algunas circunstancias que aumentan la probabilidad de padecerla, así como también de sufrir peores síntomas:
- Inmunodepresión: los pacientes con VIH sin tratamiento, con altos niveles de carga viral, tienden a desarrollar lesionas más extensas y que tardan más tiempo en curarse. Lo mismo sucede con otras especies de la familia Herpesviridae, en especial con el virus de la varicela-zooster.
- Dermatitis atópica: los pacientes que padezcan esta enfermedad inflamatoria de la piel, son más propensos a desarrollar un cuadro clínico conocido como eccema herpético, cuya gravedad es mucho mayor que el herpes labial común.
La inmunodepresión no solo ocurre en casos de VIH/SIDA. Los pacientes con enfermedades oncológicas, artritis reumatoide, lupus eritematoso sistémico o que necesiten un trasplante de cualquier órgano, suelen recibir tratamiento con esteroides, sustancias que disminuyen la actividad del sistema inmunitario.
¿Cómo se transmite?
La infección puede adquirirse a través del contacto estrecho entre persona y persona. Como mencionamos antes, esto suele producirse entre parejas que se besan o mantienen relaciones sexuales. Si bien las probabilidades de transmisión son mayores cuando las lesiones están presentes, en casos asintomáticos también puede existir un contagio.
Compartir objetos que se lleven de forma frecuente a la boca, en especial los utensilios para comer, también es una forma de contagio frecuente, ya que el virus puede vivir en estas superficies durante un tiempo.
Tratamiento del herpes labial
A pesar de que el herpes oral tiende a mejorar de forma espontánea con el paso de las semanas, son muchos los pacientes que acuden a una consulta médica para mejorar sus síntomas. En caso de que se decida tratamiento, existen algunas terapias efectivas para todos los casos.
Los medicamentos de elección son los antivirales, en especial el aciclovir. Este fue desarrollado en la década de 1970 y significó un avance considerable en el área de la farmacología.
De hecho, sus creadores Gertrude Belle Ellion y George H. Hitchings idearon otras terapias efectivas para la leucemia y la malaria, motivo por el que recibieron el Premio Nobel de Fisiología y Medicina en el año 1988.
El aciclovir está disponible en forma de cremas, comprimidos y soluciones para administración endovenosa. En casos graves, el médico podría indicar una combinación de varias de estas presentaciones.
Efectividad de la medicina tradicional o alternativa
Si bien muchas de las sustancias comercializadas como remedios para el herpes labial nunca han sido probadas en ensayos clínicos, algunas han resultado ser efectivas para tratar formas leves de la enfermedad. Estas incluyen, por ejemplo, la lisina (un aminoácido) y la salvia, según la Clínica Mayo.
Los casos moderados o severos requieren evaluación médica, ya que hasta los momentos no se ha demostrado que alguno de estos remedios sea más efectivo que los fármacos antivirales desarrollados para tratar el herpes labial.
¿Puede volver a aparecer el herpes labial una vez curado?
Sí. El virus del herpes simple, luego de que las lesiones de la infección inicial hayan desaparecido, puede quedar alojado en los nervios más superficiales de la misma zona.
Con el paso de los años, cualquier agente estresante o inmunosupresor (incluyendo los que mencionamos en este mismo artículo) puede favorecer la reactivación de los virus, produciéndose una segunda infección.
Prevención
Existen muchas formas efectivas de prevenir el herpes labial, pero dependen mucho de la situación particular de cada paciente. Por ejemplo, aquellos en los que la exposición prolongada a la luz solar favorezca su aparición, pueden intentar con la aplicación constante de un protector solar adecuado para su tipo de piel.
Evitar el contacto estrecho con pacientes con lesiones activas es fundamental para prevenir la infección, así como también no compartir utensilios para comer y otros objetos de uso personal. La higiene adecuada también podría disminuir la probabilidad de transmisión.
Siempre es recomendable consultar al médico
Si bien los casos de herpes labial tienden a resolverse solos, es recomendable acudir al médico en caso de lesiones extensas o ante cualquier condición que genere inmunosupresión. Existen varios especialistas indicados para su tratamiento, incluyendo a médicos de familia, pediatras, internistas, infectólogos y dermatólogos, dependiendo del caso.
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