Fibromialgia juvenil: todo lo que debes saber
Los trastornos musculoesqueléticos como la fibromialgia suelen afectar con mayor frecuencia a los adultos mayores. Sin embargo, estas patologías también son padecidas por los más jóvenes. Un ejemplo es la fibromialgia juvenil, que genera un impacto importante en el aspecto académico y social de los niños.
La fibromialgia juvenil es un trastorno que se caracteriza por dolores musculares crónicos. Los mismos se acompañan de otros síntomas, como fatiga y cefalea. Estudios demuestran que hasta el 6 % de los niños pueden presentar los síntomas, siendo más frecuentes entre los 12 y 13 años de edad.
Esta enfermedad puede registrarse en niños y adolescentes de ambos sexos, sin embargo, es hasta 4 veces más frecuente en las niñas. Por desgracia, la patología puede influir de forma significativa en el estilo de vida.
Síntomas
El principal síntoma de la fibromialgia juvenil es el dolor crónico de los músculos esqueléticos, que suele referirse con una intensidad elevada. En términos generales, el dolor referido por los niños es generalizado. A pesar de ello, el mismo es más intenso en la región cervical y lumbar, los hombros, las caderas, las rodillas y las manos.
El dolor característico suele aparecer posterior a un evento desencadenante, como una cirugía, una infección o un estrés psicológico prolongado. El mismo suele definirse como un dolor de carácter sordo, es decir, como una molestia o pesadez. Además, la intensidad del síntoma puede aumentar con la actividad física y los cambios ambientales.
Los niños con fibromialgia juvenil suelen tener problemas para conciliar y mantener el sueño, lo que puede generar la aparición síntomas de diferente índole. En este sentido, los pequeños que padecen la enfermedad también pueden presentar las siguientes manifestaciones:
- Cefaleas o dolores de cabeza constantes.
- Fatiga crónica o falta de energía.
- Rigidez en las articulaciones menor a 30 minutos de duración tras un sueño prolongado.
- Síndrome del intestino irritable.
- Patologías psiquiátricas, como ansiedad o depresión.
Causas de la fibromialgia juvenil
La aparición de la fibromialgia juvenil está relacionada con diversas alteraciones en el sistema nervioso central. Las mismas generan una interpretación errónea del dolor. Estudios demuestran que estas alteraciones aparecen en los niños que poseen predisposición genética y que son sometidos a factores estresantes prolongados.
En términos generales, los cambios presentados generan que hasta los estímulos más suaves sean percibidos como dolorosos. De esta manera, la percepción de un toque, por ejemplo, se interpreta de forma prolongada y generalizada.
Los científicos no han logrado determinar el gen específico que predispone a padecer la enfermedad. Sin embargo, los niños con esta patología han presentado alteraciones en la región promotora del gen transportador de serotonina y en el gen de la enzima COMT.
Por otro lado, los factores desencadenantes externos pueden ser muy variados. Los accidentes, el abuso sexual y el abuso escolar suelen ser los más comunes. Ciertas situaciones emocionales estresantes para el niño, como el divorcio de los padres, también son responsables.
Los niños que cumplan con las condiciones mencionadas son más propensos a desarrollar fibromialgia juvenil. Sin embargo, la probabilidad de aparición aumenta en las niñas con antecedentes familiares de fibromialgia o enfermedad reumática.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico de la fibromialgia juvenil es un verdadero reto médico, ya que no existen pruebas de laboratorio que confirmen su presencia. En este sentido, el médico se deberá basar en la exploración física y en la ausencia de otras patologías que cursen con una sintomatología similar.
A pesar de todo, el especialista deberá indicar la realización de exámenes de laboratorio y pruebas de imagen. Esto se hace con la finalidad de descartar enfermedades que cursen con dolor crónico, como la artritis o los daños en los nervios periféricos.
Una de las características más importantes para el diagnóstico de la enfermedad es la presencia de dolor crónico mayor a 3 meses. El mismo debe aumentar de intensidad al palpar ciertos puntos característicos denominados puntos gatillo. Además, deben valorarse síntomas adicionales, como fatiga, cefalea y problemas de concentración.
Por su parte, los criterios para el diagnóstico de la fibromialgia en los adultos también pueden aplicarse a los adolescentes. Estos incluyen la presencia de dolor muscular durante las 2 semanas previas a la consulta, fatiga y problemas en el sueño durante los últimos 3 meses.
Tratamiento de la fibromialgia juvenil
Por desgracia, la fibromialgia juvenil es una enfermedad que no posee cura. En este sentido, el abordaje de la misma estará orientado a aliviar los síntomas y adaptar al niño a vivir con la enfermedad. Los padres deben realizar un cambio drástico en su estilo de vida para evitar que el trastorno interfiera con las actividades diarias.
Los niños suelen necesitar un enfoque multidisciplinario para lidiar con la enfermedad. Estudios demuestran que la combinación de fisioterapia, ejercicios y consultas al psicólogo ayudan a los pequeños a recuperar todas sus funciones de forma progresiva.
La realización de ejercicios de intensidad leve o moderada se ha asociado con una mejora en la movilidad articular. En este sentido, se recomiendan ejercicios aeróbicos entre 20 y 30 minutos al menos 3 días a la semana.
Por otro lado, las intervenciones psicológicas y las terapias conductuales pueden ayudar a modificar la respuesta del niño ante el dolor. Las mismas permiten identificar los factores desencadenantes y ayudan a los afectados a regresar a sus actividades cotidianas.
El uso de fármacos es muy controvertido en la fibromialgia juvenil, ya que los antiinflamatorios no esteroideos no suelen mejorar el dolor. Los únicos medicamentos recomendados en estos casos son los anticonvulsivos, como la pregabalina, y algunos antidepresivos. Sin embargo, el uso de los mismos debe realizarse bajo estricta prescripción y supervisión médica.
En última instancia, se debe procurar que los niños tengan un sueño adecuado. El sueño reparador se ha asociado con una disminución significativa en el dolor.
Una enfermedad con un curso crónico que amerita atención
La fibromialgia juvenil es una patología caracterizada por dolor muscular mayor a 3 meses de duración que suele afectar a niños de todas las edades. Si bien puede aparecer a cualquier edad, es más común entre los 12 y los 13 años.
Esta patología también se caracteriza por presentar otros síntomas, como fatiga, depresión y ansiedad, los que pueden durar cierto tiempo después que desaparece el dolor. Esto genera que la enfermedad disminuya la calidad de vida de forma significativa.
Por desgracia, el diagnóstico es muy difícil y no existe un tratamiento específico. Sin embargo, el control con diversos profesionales de la salud puede mejorar la tolerancia al dolor.
- Clemente Garulo D. Fibromialgia juvenil y síndrome de fatiga crónica. Protoc diagn ter pediatr. 2020;2:311-323.
- De Sanctis V, Abbasciano V, Soliman AT, Soliman N et al. The juvenile fibromyalgia syndrome (JFMS): a poorly defined disorder. Acta Biomed. 2019 Jan 23;90(1):134-148.
- Daffin M, Gibler RC, Kashikar-Zuck S. Measures of Juvenile Fibromyalgia. Arthritis Care Res (Hoboken). 2020 Oct;72 Suppl 10(Suppl 10):171-182.
- Tesher MS. Juvenile Fibromyalgia: A Multidisciplinary Approach to Treatment. Pediatr Ann. 2015 Jun;44(6):e136-41.
- Gmuca S, Sherry DD. Fibromyalgia: Treating Pain in the Juvenile Patient. Paediatr Drugs. 2017 Aug;19(4):325-338.
- Matera E, Palumbi R, Peschechera A, Petruzzelli MG et al. Juvenile Fibromyalgia and Headache Comorbidity in Children and Adolescents: A Literature Review. Pain Res Manag. 2019 Jun 3;2019:3190829.