Las 10 enfermedades más comunes en la vejez

La vejez conlleva muchos desafíos, entre ellos, manejar ciertas condiciones que derivan del desgaste de órganos y tejidos. Te las explicamos a detalle.
Las 10 enfermedades más comunes en la vejez
Samuel Antonio Sánchez Amador

Escrito y verificado por el biólogo Samuel Antonio Sánchez Amador.

Última actualización: 24 septiembre, 2021

La población cada vez es más mayor, pues un sistema sociosanitario robusto en los países de alto ingreso permite que la calidad y el tiempo de vida aumenten. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre 2015 y 2050 la proporción de los habitantes del planeta mayores de 60 años casi se duplicará, pasando del 12 % al 22 %.

Por lo tanto, es de esperar que la prevalencia de enfermedades comunes en la vejez también aumente con el tiempo. Esto no significa necesariamente que la salud de la población empeore, sino que cada habitante tendrá “más tiempo” para desarrollar condiciones crónicas asociadas a una edad avanzada.

Con una sociedad cada vez más envejecida y en tendencia ascendente, es muy necesario informar a la población general sobre las condiciones crónicas que se asocian a la edad de forma asidua. Muchas de ellas no ponen en peligro la vida del paciente, pero sí que requieren cuidados especiales y cambios en la rutina. Sigue leyendo si quieres conocer las 10 enfermedades más comunes en la vejez.

¿Qué es la vejez?

Los términos vejez, tercera edad o senectud hacen referencia a las últimas décadas de vida de una persona, cercanas a la edad media de muerte de la especie humana, que se sitúa en 78,4 y 83,8 años para hombres y mujeres en la Unión Europea. Esta etapa se puede dividir en 3 periodos: vejez-juventud (55-65 años), vejez media (66-84 años) y vejez avanzada (85 años en adelante).

Los patrones de senescencia son comunes a todos los seres humanos. Por ejemplo, los telómeros (secciones de ADN protectoras de los cromosomas) se van degradando con cada división celular, hasta que llegan a acortarse lo suficiente como para impedir que la reparación de los tejidos continúe y las células mueran. Es imposible no envejecer, pues la vida requiere de proliferación, y la proliferación desgasta.

De todas formas, cabe destacar que la edad cronológica y la edad biológica no son exactamente lo mismo. Aunque los telómeros se acorten de forma constante, una persona con buenos hábitos de vida tendrá menor desgaste orgánico que otra alcohólica o adicta al tabaco, por ejemplo. Por esta razón, el envejecimiento es único y, hasta cierto punto, subjetivo.

Las 10 enfermedades más comunes en la vejez

Ni más ni menos que 703 millones de personas con más de 65 años viven a día de hoy en el mundo, tal y como indica United Nations. Como esta cifra cada vez va más en aumento, patologías que hace cientos de años se consideraban excepcionales hoy son el pan de cada día. A continuación, te presentamos las 10 enfermedades más comunes en la vejez.

El 80 % de las personas envejecidas tienen una condición crónica, y el 68 % tienen 2 o más.

1. Hipertensión arterial

Las enfermedades más comunes en la vejez incluyen la hipertensión arterial
La hipertensión arterial suele conocerse en ámbitos médicos como un enemigo silencioso, ya que en escasas ocasiones provoca síntomas. Cuando estos se presentan, es posible que se trate de una emergencia.

El National Council of Aging (NCOA) nos indica en un infográfico muy interesante que el 58 % de las personas ancianas tienen hipertensión. Este término se utiliza para describir la presión arterial alta, normalmente cuando las cifras de presión sistólica y diastólica son iguales o mayores de 130/80 milímetros de mercurio (mmHg), respectivamente.

La mayoría de las personas con hipertensión no presentan síntomas, incluso si los niveles de presión arterial alcanzan límites muy peligrosos. De todas formas, a veces esta condición se presenta con dolores de cabeza, sangrados nasales y dificultad para respirar. En el 90 % de los casos, esta condición es de origen idiopático y se conoce como hipertensión esencial.

Los fármacos diuréticos y betabloqueantes se usan clásicamente para controlar esta enfermedad. También se recurre a los antagonistas del calcio, los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA) y los antagonistas de los receptores de la angiotensina II (ARA-II). Aun así, la hipertensión sin tratar mata cada año a 7,5 millones de personas, tal y como indica la Fundación del Corazón.

2. Colesterol alto

Esta condición afecta al 47 % de la población envejecida. El colesterol es una sustancia que se encuentra en todas las células del organismo y es un compuesto necesario para muchos procesos fisiológicos en el ser humano. De todas formas, si se almacena en exceso, aumenta considerablemente el riesgo de padecer una enfermedad arterial coronaria.

La incidencia de esta condición aumenta mucho con la edad, y por ello, los hombres y las mujeres entre 45 y 65 años deben realizarse la prueba del colesterol en sangre una vez al año. Las concentraciones son preocupantes cuando se presentan por encima de los 240 miligramos por decilitro.

Seguir una dieta saludable, controlar el peso y realizar ejercicio son hábitos que pueden ayudar mucho a disminuir los niveles de colesterol en sangre.

3. Artritis: otra de las enfermedades más comunes en la vejez

La artritis se presenta en el 31 % de las personas de la tercera edad, aunque la prevalencia general es del 1 % si tenemos en cuenta a todos los sectores de la población (incluyendo a jóvenes y niños). Esta condición se caracteriza por la hinchazón de una o más articulaciones, con síntomas como dolor, rigidez y disminución de la amplitud de movimiento de las extremidades afectadas.

Una de las formas más comunes es la artritis reumatoide. En este caso, el sistema inmunitario de la persona ataca al revestimiento de la cápsula que mantiene a las articulaciones lubricadas. Esta condición va más allá del desgaste normal provocado por la edad, pues entra en juego un componente inmunitario atípico.

Los analgésicos, incluyendo a los antiinflamatorios no esteroideos (AINEs), suelen ser los fármacos que más se recetan en este tipo de cuadros. Además, se suelen utilizar los antirreumáticos modificadores de la enfermedad. Estos últimos son de especial interés, pues pueden detener el ataque del sistema inmunitario contra las articulaciones.

4. Cardiopatía isquémica

El 29 % de las personas ancianas tienen algún problema del corazón, sin contar el fallo cardíaco (que veremos más adelante). Se estima que la cardiopatía isquémica, en muchos contextos relacionada con la enfermedad coronaria, causa cada año 4 millones de muertes en Europa, 1,9 millones si circunscribimos la muestra solo a la Unión Europea (UE). Esto supone un 47 % de todos los fallecimientos.

Los factores de riesgo para desarrollar este grupo de condiciones son los siguientes:

  1. Edad: la incidencia de este grupo patológico aumenta de forma drástica con la edad. El riesgo en hombres aumenta a partir de los 45 años, y 55 años en las mujeres.
  2. Sexo: los hombres son más proclives que las mujeres a padecer este tipo de enfermedades más comunes en la vejez.
  3. Herencia: según la BBC, el cromosoma Y, la porción del ADN que determina el género masculino, juega un papel en la herencia de la enfermedad de las arterias coronarias. Es por esto que también se presenta de forma más asidua en hombres.
  4. Factores prevenibles: colesterol alto en sangre, hipertensión arterial, fumar tabaco, diabetes mellitus asociada a la obesidad y otras condiciones favorecen que aparezca una cardiopatía isquémica.

La causa de este cuadro clínico es la alteración de las arterias coronarias, principalmente por la aterosclerosis o endurecimiento anormal de las paredes arteriales. De este evento derivan diversas entidades que seguro que conoces, como la angina de pecho, el infarto del miocardio, la cardiopatía isquémica crónica o la muerte súbita cardíaca.

5. Cáncer

Si hablamos de enfermedades crónicas, por desgracia el cáncer es uno de los principales representantes. Esta condición comienza con un fallo o mutación a nivel de ADN en una estirpe de células que, en consecuencia, empiezan a crecer de forma descontrolada y no mueren cuando les toca. Debido a la agrupación de células malignas, se forman los temidos tumores cancerígenos.

Estas células mutadas pueden migrar a otras partes del cuerpo, dando lugar a un tumor secundario y un evento conocido como metástasis. Si la probabilidad de padecer cáncer a los 40-44 años es de un 3 % en mujeres y un 1,9 % en hombres, esta cifra se dispara a los 80 años, con casi un 50 % y un 31,8 % respectivamente, tal y como indica la SEOM.

Vamos más allá, pues el 60 % de las personas con cáncer en todo el mundo tienen 65 años o más. Esta condición está inherentemente ligada a la edad, pues la exposición a químicos, enfermedades, carcinógenos y muchos otros factores promueven que, cuanto más tiempo pase, más probable sea desarrollar un cáncer.

6. Diabetes: otra de las enfermedades más comunes en la vejez

Según fuentes ya citadas, el 27 % de las personas mayores padecen diabetes. Esta condición se caracteriza por la subida de los niveles de glucosa en sangre, ya sea por la falta de producción de insulina o por una utilización inadecuada de la misma dentro del organismo. La prevalencia general de esta condición es de un 10 % para el grupo etario entre los 30 y 89 años.

Los síntomas de la diabetes son aumento de la sed, micción frecuente, hambre muy evidente, fatiga, irritabilidad, visión borrosa, llagas que tardan en cicatrizar e infecciones frecuentes, entre otros. La terapia de insulina es esencial en los pacientes con diabetes de tipo 1, pero la de tipo 2 requiere ejercicio físico y alimentación saludable para solucionarse más allá de los fármacos.

7. Depresión

Tal y como indica el portal médico Elsevier el 10 % de los ancianos que viven en sus casas sufren depresión. Esta cifra aumenta a un 20 % en los hospitalizados, a un 35 % en los que viven en residencias y hasta un 50 % de los ingresados en centros psiquiátricos.

Se suele hacer especial hincapié en ayudar a la gente joven a sobrellevar esta patología, pero no podemos olvidarnos de nuestros mayores. La soledad, la pérdida de un compañero vital, la falta de objetivos y la disminución de facultades pueden hacer mucho daño a nivel psicológico. Por ello, la compañía y autorrealización son importantísimas, tenga la persona 20 o 90 años.

La soledad y el aislamiento en la tercera edad son problemas muy graves. Es una responsabilidad individual y grupal cuidar a nuestros mayores, ya que ellos lo han dado todo por nosotros.

8. Insuficiencia cardíaca

Entre las enfermedades más comunes en la vejez está la insuficiencia cardíaca
La insuficiencia cardíaca es una enfermedad difícil de controlar, que requiere controles médicos habituales y tratamiento permanente. De hecho, su mortalidad a los pocos años del diagnóstico suele ser alta.

La insuficiencia cardíaca tiene lugar cuando el corazón ya no puede bombear sangre rica en oxígeno al resto del cuerpo de forma eficiente, provocando una serie de síntomas sistémicos muy graves. Cerca del 1 % de la población mayor de 40 años presenta un cuadro de este tipo y la prevalencia se dobla con cada década de vida. A partir de los 70 años, el 10 % de los ancianos la padecen.

Es importante no confundir esta condición con la cardiopatía isquémica: la insuficiencia puede ser desencadenada por una cardiopatía isquémica, pero también por diversas miocardiopatías, valvulopatías y arritmias. Sea como fuere, esta condición provoca un 20-30 % de las muertes súbitas en los países de alto ingreso.

La insuficiencia cardíaca es una de las enfermedades más comunes en la vejez, pero también de las más letales.

9. Enfermedad renal crónica

La enfermedad renal crónica es otra de las condiciones típicas de la tercera edad y se estima que el 18 % de ancianos la padecen. Esta patología describe la pérdida de funcionalidad paulatina de los riñones, órganos encargados de la filtración de la sangre y de la producción de orina. La hipertensión arterial, la obesidad y el tabaquismo activo son algunos de sus claros desencadenantes.

Los síntomas de la enfermedad se van instaurando poco a poco, a medida que el tejido renal pierde funcionalidad. Algunos de ellos son los siguientes: náuseas, vómitos, fatiga, debilidad, hinchazón de los pies y los tobillos (edemas), dolor en el pecho, falta de aire y picazón constante, entre otros.

La enfermedad se puede intentar prevenir, pero una vez se ha llegado a las últimas etapas del daño renal, la diálisis y el trasplante de riñón son tratamientos necesarios.

10. Enfermedad de Alzheimer

La enfermedad del Alzheimer es la causante de un 60 a 80 % de los cuadros de demencia, tal y como indica la Alzheimer’s Association. Esta condición se caracteriza por una pérdida de memoria y de otras condiciones mentales, a medida que se produce daño neuronal y se atrofian diferentes zonas del cerebro.

Por desgracia, esta es una de las enfermedades más comunes e incapacitantes de la vejez. Se estima que 1 de cada 9 personas de 65 años o más y 1/3 de las mayores de 85 años presentarán signos de demencia debido al alzhéimer antes de fallecer. Se conoce muy poco sobre este cuadro clínico y su etiología, por lo que a día de hoy continúan las investigaciones.

La edad no es sinónimo de malestar

Como apunte final, cabe destacar que ser mayor o anciano no implica estar constantemente mal. A veces, vemos como natural ser infeliz o tener dolor constante en las últimas etapas vitales, pues “ya hemos vivido lo que teníamos que vivir”. Nada más lejos de la realidad: la depresión no es normal en ninguna etapa, igual que la edad no es una excusa para no controlar el colesterol o la diabetes.

Aunque los huesos y los órganos se resientan con el paso del tiempo, mientras la mente permanezca funcional y el corazón siga latiendo, el individuo sigue vivo. Con ayuda de la farmacología y el apoyo psiquiátrico pertinente, un anciano puede disfrutar de sus últimos años como cualquier otra persona joven de su día a día. Envejecer nunca es sinónimo de sufrir.




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