Diagnóstico de la esclerosis múltiple
El diagnóstico de la esclerosis múltiple no es un proceso rápido o fácil. El trastorno autoinmune se caracteriza por presentar una inconsistencia con los síntomas y la prevalencia de su gravedad es muy desigual entre los pacientes. A esto se le suma el que no haya una prueba específica para detectarla.
Lo anterior puede retrasar la aplicación de las terapias destinadas a contrarrestar la enfermedad, una aspecto negativo al momento de controlarla y evitar la aparición de secuelas mayores. Veamos todas las opciones disponibles en la actualidad para detectar la esclerosis múltiple.
¿Cómo es el diagnóstico de la esclerosis múltiple?
Como hace bien al señalar la Multiple Sclerosis Research Australia es la actualidad no existe una prueba para el diagnóstico de la esclerosis múltiple. Debido a ello, los especialistas utilizan una variedad de pruebas por imágenes, punción y revisión del historial clínico para encontrar las señales que son indicadoras de la enfermedad.
En este punto debes saber que el trastorno se desarrolla cuando el cuerpo ataca el sistema nervioso central. Esclerosis, en términos simples, significa ‘cicatrización’ o ‘endurecimiento’ y múltiple proviene de la variedad de zonas que resultan afectadas durante el ataque.
Para diagnosticarla es necesario encontrar pruebas contundentes de cicatrización en múltiples lugares del sistemas nervioso central.
Criterios diagnósticos
El protocolo que orienta el diagnóstico se rige por los criterios McDonald. Se trata de un compendio de pautas que usan los especialistas para detectar los indicios de los daños. Su última actualización fue en 2017 y, en síntesis, señala lo siguiente:
- Deben existir antecedentes de dos o más ataques.
- Presencia de recaídas clínicas confirmadas con dos o más lesiones a través de resonancia magnética.
- Las lesiones deben presentarse al menos en dos puntos diferentes del sistema nervioso central.
- En algunos contextos, la presencia de bandas oligoclonales se puede utilizar para el diagnóstico de la enfermedad.
El protocolo es más complejo que lo anterior, pero estos cuatro puntos resumen muy bien qué se considera para un diagnóstico objetivo de la esclerosis múltiple.
En caso de que no se cumplan se elegirá algunos de los diagnósticos diferenciales que explican los daños. Pero de esto te hablaremos al final, primero nos enfocamos en describirte las pruebas disponibles para la detección del trastorno.
Revisión del historial y pruebas neurológicas
Tal y como señala la National Multiple Sclerosis Society la revisión del historial clínico es una parte muy importante en el proceso de diagnostico. El especialista tendrá en cuenta las afecciones subyacentes, el tratamiento farmacológico que sigues, tu edad, sexo, lugar de nacimiento, hábitos nocivos, exposiciones ambientales, antecedentes familiares y demás.
Todo lo anterior se perfila como un cóctel de información que sirve para apoyar la hipótesis inicial que apunta hacia el trastorno. Luego de la recopilación, iniciará con las pruebas neurológicas. Estas se harán de manera ambulatoria y se concentran en valorar el estado de tu visión, oído, fuerza, deglución, reflejos, sensación facial, equilibrio, marcha y coordinación, entre otros.
Con ayuda de esto el especialista determinará si existe un posible daño en el sistema nervioso central. De ser así, procederá a realizar pruebas destinadas a descubrir qué es lo que lo está ocasionando.
Pruebas por imágenes
La prueba por imagen estándar utilizada durante el diagnóstico de la esclerosis múltiple es la resonancia magnética. De acuerdo con la Multiple Sclerosis Society UK es capaz de detectar la inflamación en los nervios del sistema nervioso central hasta en un 90 % de los casos.
Dicho estudio permite acceder a la ubicación exacta y al tamaño de la inflamación, así como el nivel de daño de la cicatrización. El proceso por lo general dura entre 10 y 60 minutos y es completamente indoloro, aunque algunos pacientes claustrofóbicos pueden sentir incomodidad. No se considera una prueba definitiva, ya que el 10 % restante pueden ser falsos positivos o negativos.
Punción lumbar
También conocida como prueba de evaluación del líquido cefalorraquídeo (LCR), la punción lumbar permite detectar anomalías inmunitarias comunes en el trastorno, tal y como señala Johns Hopkins Medicine.
Se realiza extrayendo una pequeña cantidad de líquido del espacio subaracnoideo y sometiéndolo a evaluación en un laboratorio. Aquí se determinan los valores de las bandas oligoclonales.
Su efectividad alcanza hasta un 90 % y se usa también para descartar otras afecciones que pueden originar los síntomas. Aunque en ciertos contextos puede ser prescindible, el médico la usará cuando existan dudas o cuando los síntomas son muy vagos y no haya un resultado 100 % concluyente en la resonancia o en la evaluación neurológica inicial.
Pruebas de potencial evocado
Las pruebas de potencial evocado son exámenes destinados a descubrir el tiempo de reacción del cerebro frente a ciertos estímulos. Se trata de una versión completa de las pruebas neurológicas iniciales, ya que se utilizan electrodos colocados en lugares estratégicos para determinar le velocidad de respuesta exacta.
La evidencia señala que estas pruebas son capaces de medir el estado de deterioro, pero no el mecanismo que lo ha ocasionado. Por tanto, deben interpretarse de acuerdo con el contexto y la información ya recopilada. Los potenciales evocados más utilizados son los siguientes:
- Visual: se utiliza para determinar el nivel de respuesta del cerebro frente a estímulos de luz. Para ello se usan luces intermitentes directamente sobre los ojos. Es particularmente útil para descubrir el nivel de daño a lo largo del nervio óptico.
- Somatosensorial: destinado a medir el nivel de respuesta del cerebro frente a estímulos en la piel. Para esto se utilizan leves impulsos eléctricos que son completamente indoloros para el paciente (aunque pueden ser un poco incómodos).
- Auditivo: útil para determinar el nivel de respuesta del cerebro frente a estímulos de sonido. Para esto se utilizan auriculares y se reproducen sonidos básicos como tonos musicales o clics.
Este tipo de exámenes son muy prácticos en lugares donde no hay posibilidades de hacer resonancia o cuando los resultados de estas no permiten determinar el lugar exacto del daño.
Diagnóstico diferencial de la esclerosis múltiple
Existen muchas explicaciones adicionales para los síntomas de la esclerosis múltiple. Por lo general, estas se determinan a través de las pruebas anteriores, aunque en algunos casos es necesario hacer otros exámenes por imágenes o de laboratorio para descartar la causa subyacente. Los investigadores han determinado los siguientes diagnósticos diferenciales:
- Encefalomielitis diseminada aguda: es una enfermedad del sistema nervioso central que también ocasiona inflamación de los nervios. Por lo general se desarrolla en un solo episodio, aunque también se han reportado casos de reincidencia. Es más común en niños que en adultos.
- Enfermedad de Schilder: también conocida como esclerosis difusa mielinoclástica de Schilder, con frecuencia es la respuesta a muchos diagnósticos erróneos de la esclerosis múltiple. Al igual que en el caso anterior, es más frecuente en niños que en adultos.
- Esclerosis concéntrica de Balo: se caracteriza por procesos de desmielinización que se concentran en el sistema nervioso central. Es más frecuente en adultos entre 20 y 50 años, al igual que sucede con la esclerosis múltiple. Por lo general se presenta en un solo episodio que progresa de forma acelerada.
- Lupus eritematoso sistémico: es una enfermedad crónica y autoinmunitaria con repercusión multisistémica. Debido a ello, puede desencadenar síntomas inconexos entre sí, como sucede con la esclerosis múltiple.
- Síndrome de Sjögren: se caracteriza por una disfunción de las glándulas exocrinas que provoca ojos secos, boca seca y una variedad de manifestaciones como artritis, hormigueo, fatiga, rigidez, piel seca y muchas más.
- Sarcoidosis: ocasiona el crecimiento de células infamatorias pequeñas en diferentes partes del cuerpo (aunque los pulmones y los ganglios linfáticos son su sitio predilecto). Puede provocar daño al sistema nervioso central y periférico.
Otros de los posibles diagnósticos diferenciales de la esclerosis múltiple son enfermedad de Lyme, neurosífilis, neuropatía óptica hereditaria de Leber, algunas infecciones virales (por herpes, enterovirus, hepatitis A), bacterianas (por estreptococo, salmonela, brucelosis), neuromielitis óptica y hernias discales.
El diagnóstico puede tardar varios meses
Como ves, muchas afecciones deben ser descartadas antes de diagnosticar de manera precisa el trastorno. El proceso puede hacerse en un par de días o tomar varias semanas o meses hasta encontrar la verdadera causa. Si has desarrollado algunos de los síntomas y estos se han presentado en episodios separados no dudes en consultar con un especialista.
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