Cómo se diagnostica la psoriasis
La psoriasis es una enfermedad autoinmune que se manifiesta a través de brotes en la superficie de la piel. Se considera un trastorno crónico que puede atravesar por periodos de remisión a lo largo de los años. Solo un profesional puede hacer un diagnóstico de la psoriasis, ya que esta se puede confundir con otras enfermedades cutáneas o infecciosas.
A pesar de los avances en las investigaciones en torno a esta condición, no existe un diagnóstico unificado para la psoriasis. Debido a ello, el especialista tiene que recurrir al reconocimiento de una serie de patrones, a la revisión del historial clínico del paciente y a la consideración de los grupos de riesgo de la enfermedad.
Aunque los síntomas de la psoriasis pueden ser muy evidentes a simple vista, en realidad se trata de un trastorno muy difícil de diagnosticar por quienes no son especialistas. Por esta razón, siempre se debe recurrir a uno de estos si se sospecha que se padece y evitar a toda costa una automedicación prematura.
Diagnóstico de la psoriasis por examen físico
A diferencia de otros trastornos autoinmunitarios, la psoriasis no se puede diagnosticar a través de pruebas de sangre o estudios por imágenes 100 % efectivos. Su diagnóstico varía en función del tipo o variante de la enfermedad, entre las cuales destacan la vulgar, la ungueal, la guttata y la pustulosa como las más frecuentes.
El método más utilizado por los dermatólogos para diagnosticar la psoriasis es mediante un examen físico. Es muy común que el especialista utilice un dermatoscopio, instrumento que ha demostrado ser muy útil para esta labor. Considerando que entre el 80 % y el 90 % de la enfermedad se presenta a través de la variante vulgar se procederá a localizar lo siguiente:
- Placas delimitadas con escamas plateadas.
- Superficie de la piel enrojecida o de color nacarado.
- Inflamación y ardor en la zona afectada.
- Descamación en zonas periféricas o centrales.
- Excoriación en la epidermis.
El dermatólogo revisará con atención estos síntomas en el área indicada por el paciente así como en otras como el cuero cabelludo, los pliegues, detrás de las orejas y en articulaciones y extremidades. También valorará el grosor, el color y el crecimiento de las uñas, un síntoma claro de la psoriasis ungueal.
A la par de esta revisión física se considerará el historial familiar del paciente. Se sabe que la psoriasis tiene una alta predisposición genética, de modo que antecedentes en padres o abuelos pueden ayudar a confirmarla. Una revisión del historial clínico en busca de lesiones cutáneas, infecciones o trastornos inmunitarios también pueden usarse como aval del diagnóstico.
Por último, el médico especialista considerará los factores de riesgo de la psoriasis y sus comorbilidades. Por ejemplo, la inactividad física, el hábito tabáquico acentuado, el alcoholismo, la obesidad y padecer de afecciones cardíacas, diabetes o síndrome metabólico aumenta las probabilidades de desarrollarla.
Diagnóstico de la psoriasis por pruebas de laboratorio
En la mayoría de los casos el diagnóstico de la psoriasis de realizan a través de una valoración física, pero en ciertos contextos es necesario realizar una biopsia de la superficie de la piel. Este proceder es poco frecuente y se recurre solo cuando existen dudas sobre un posible diagnóstico diferencial.
La evidencia indica que es muy útil en algunas variantes, como por ejemplo la psoriasis ungueal. Esta puede ser confundida con facilidad con infecciones micóticas, incluso por profesionales cualificados. De esta manera, una biopsia es una herramienta de apoyo para realizar un diagnóstico de la psoriasis más preciso.
Se desarrolla a través de un punción poco invasiva que extrae una muestra de tejido que luego se evalúa en un microscopio especial. Mientras se esperan los resultados es posible que el médico recete un tratamiento preventivo para hacer frente a la enfermedad por el momento.
Clasificación PASI en la psoriasis
Al momento de realizar el diagnóstico de la psoriasis el especialista procederá a catalogar la enfermedad de acuerdo con su gravedad.
Existen muchas escalas de clasificación. Las tres más utilizadas son la National Psoriasis Foundation Psoriasis Score (NPF-PS), la Physician´s Global Assessment (PGA) y la Psoriasis Area Severity Index (PASI). Esta última es de lejos la más usada por su practicidad.
La escala divide el cuerpo en cuatro secciones: tronco, miembros superiores, miembros inferiores y cabeza, y se tienen en cuenta los siguientes valores:
- Porcentaje de piel afectada: se regula del 0 % al 100 % en grados que van de 1 al 6.
- Descamación: se regula en una escala de 0 al 4.
- Picor: se determina en una escala del 0 al 4.
- Eritema: se regula en una escala del 0 al 4.
- Induración: se determina en una escala del 0 al 4.
Al final todos los valores se combinan y se extrapolan en una escala que va del 0 (ausencia de enfermedad) al 72 (enfermedad máxima). Las pruebas suelen repetirse cada cierto tiempo para medir la mejoría de la condición y posibles cambios de tratamiento en caso de que estos no estén surtiendo efecto.
Diagnóstico diferencial de la psoriasis
Una de las razones por las cuales no se recomienda un autodiagnóstico de los pacientes son las posibles causas diferenciales de los brotes en la piel. Existe al menos una docena de enfermedades con síntomas muy similares a los de la psoriasis, de manera que la mediación de un especialista es insustituible.
Los diagnósticos diferenciales de la psoriasis más comunes son los siguientes:
- Dermatitis saborreica: diagnóstico diferencial muy común en la psoriasis vulgar, en especial cuando los brotes de localizan en el cuero cabelludo y sus adyacencias.
- Liquen simple crónico: se suele desarrollar en la ingle, las extremidades, el cuello y los genitales.
- Tiña del cuerpo: muy común en zonas descubiertas, se caracteriza por microvesículas en los bordes. Se diagnostica por cultivo y KOH (hidróxido de potasio).
- Onicomicosis: las infecciones por hongos en las uñas pueden confundirse con la psoriasis ungueal.
- Dermatitis atópica: más frecuente en los niños, el eczema representa un diagnóstico más conservador que la psoriasis.
- Lupus: también de procedencia autoinmune, el lupus por lo general presenta otros síntomas como fiebre, fatiga y daño en corazón, pulmones, hígado y riñones.
- Cáncer de piel: el carcinoma de células escamosas se desarrolla en la superficie de la piel expuesta al sol. Se distingue por nódulos, llagas o parches muy firmes y delimitados.
Estos son solo algunos ejemplos de diagnósticos diferenciales, aunque pueden existir muchos otros como la leishmaniasis, la artritis reactiva o la pitiriasis rosada.
Debido a todo esto, es muy importante que se consulte con el especialista, de preferencia un dermatólogo, en cuanto se observen cambios en la superficie de la piel. Un diagnóstico erróneo es contraproducente para el tratamiento y mejora de los síntomas, aún más si se procede con la automedicación.
Aunque la enfermedad no tiene cura, sí se puede aplicar una serie de terapias y fármacos que pueden mejorar la calidad de vida de los pacientes. Todo pasa, en principio, por realizar un correcto diagnóstico de la psoriasis para proceder con la mejor alternativa de tratamiento.
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