Cáncer de endometrio: síntomas, causas y tratamiento
De acuerdo con World Cancer Research Foundation, el cáncer de endometrio es el sexto tipo de cáncer más frecuente entre las mujeres. Su prevalencia no ha dejado de aumentar en los últimos años. En la actualidad, y de acuerdo con los investigadores, es de 9,57 casos por cada 100 000 mujeres.
También se conoce como cáncer de útero o cáncer del cuerpo del útero, para diferenciarlo del cáncer de cuello uterino. Se produce cuando las células del endometrio (revestimiento interno del útero) empiezan a crecer de forma descontrolada. Hoy te mostramos todo lo que deberías saber sobre él.
Síntomas del cáncer de endometrio
Por lo general, los síntomas del cáncer endometrial no se presentan en las etapas iniciales de la división celular. Pueden pasar un par de semanas o meses antes de que te percates de un signo visible, aunque a diferencia de otros tipos de cáncer estos siempre se desarrollan. Con base en The Royal Women´s Hospital te invitamos a estar alerta de lo siguiente:
- Dolor al orinar persistente.
- Dolor o incomodidad en la zona del abdomen.
- Fluido vaginal inusual con sangre o de color marrón (muchas veces maloliente).
- Periodos inusualmente abundantes.
- Sangrado entre periodos.
- Sangrados luego de la menopausia.
Este último es el síntoma más característico, ya que la mayoría de los casos ocurren luego de que las mujeres han tenido su menopausia. Tal y como nos recuerda Foundation for Women´s Cancer, todas las mujeres en esta etapa deben estar alertas de este signo.
Las más jóvenes también deben prestar atención a ellos, en especial sobre los cambios repentinos de su ciclo menstrual. Por supuesto, estos no siempre son indicadores de cáncer de endometrio, pero bajo ningún contexto los puedes pasar por alto.
Principales causas del cáncer endometrial
Al igual que sucede con todos los tipos de cáncer, los investigadores no están muy seguros de qué mecanismos están detrás del carcinoma endometrial. Por supuesto, hasta ahora se han establecido varios factores de riesgo. De acuerdo con la American Cancer Society, los más importantes son los siguientes:
- Obesidad: estudios e investigaciones no dejan de asociar a la obesidad con un mayor riesgo de desarrollar cáncer de endometrio. A su vez, las pacientes obesas tienen mayores complicaciones y pronósticos más desfavorables durante el tratamiento.
- Cambios hormonales: en especial aquellos que se realizan de manera prolongada. El embarazo, la ingesta de pastillas anticonceptivas y las terapias de estrógenos luego de la menopausia son el mejor ejemplo. También condiciones que alteran los niveles de las hormonas, como el síndrome de ovarios poliquísticos.
- Antecedentes familiares: si tienes familiares directos que han desarrollado esta condición o cáncer colorrectal, tienes mayores probabilidades de padecerla también. Aplica principalmente para padres y hermanos.
- Historial de cánceres pasados: en especial de mama y de ovario. Incluso si has superado de manera satisfactoria uno de estos cánceres, tienes mayores probabilidades en comparación con una mujer sin historial a desarrollar carcinoma endometrial.
- Edad: aunque ya hemos apuntado que las mujeres jóvenes también lo pueden presentar, los investigadores concuerdan en que es mucho más frecuente entre los 50 y 65 años de edad.
- Alimentación y ejercicio: la evidencia indica que la actividad física, incluso de baja intensidad, se asocia con un menor riesgo de manifestar este tipo de cáncer (hasta de un 35 %). Un dieta alta en grasas y alimentos procesados tiene el efecto contrario.
Aparte de esto, el uso del dispositivo intrauterino, padecer de enfermedades crónicas (como diabetes tipo 2) y tener historial de hiperplasia endometrial también se asocian como factores de riesgo. Si formas parte de alguno de estos grupos no significa que desarrollarás cáncer, pero sí que tienes mayores probabilidades en contraste con quienes no.
Algunos de estos factores no los puedes cambiar, otros dependen de tu estilo de vida. Si modificas tu dieta, haces ejercicio y bajas de peso inclinas la balanza a tu favor. Ten esto en cuenta, en especial si tienes historial de cáncer en tu familia o padeces de una enfermedad crónica.
Tratamiento del cáncer de endometrio
Muchos de los casos de cáncer endometrial se detectan durante sus primeras semanas. Gracias a esto los especialistas pueden actuar con mayor rapidez, atacando así las células cancerosas para evitar que se multipliquen. El tratamiento depende de muchos factores. Johns Hopkins Medicine señala los siguientes:
- Historial médico y estado de salud en general.
- Tu preferencia o posibilidades.
- El tamaño del cáncer y su extensión (etapa del cáncer).
- Velocidad con la cual está creciendo (grado del cáncer).
- El tejido del cual se ha originado (tipo de cáncer).
En este sentido, se pueden identificar 6 tipos de cáncer de endometrio (entre los más comunes, al menos), 3 grados y 4 etapas o estadios de evolución. Todo esto se descubrirá durante el proceso de diagnóstico y servirá de base para elegir la mejor terapia indicada para tu caso. Te mencionamos a continuación las cuatro opciones más utilizadas.
1. Cirugía
La cirugía es el tratamiento principal para el carcinoma endometrial. Consiste en una histerectomía (extirpación del útero), salpingectomía (extirpación de las trompas de Falopio) y una ooferoctomía (extirpación de los ovarios). Con frecuencia también se extirpan los ganglios linfáticos para corroborar la expansión del cáncer.
De acuerdo con el contexto, el especialista también puede hacer un lavado de la cavidad pélvica, extraer el epiplón y realizar biopsias peritoneales. Si se detectan células malignas en otras partes, se harán intervenciones quirúrgicas para extraerlas.
2. Radioterapia
Se puede hacer antes de la cirugía (para reducir el cáncer), después (para eliminar rastro de las células) o como terapia principal (si el carcinoma es muy pequeño, por lo general). La radioterapia consiste en sesiones entre 4 a 6 semanas en las que se utilizan radiación de alta energía. Esta se suministra a través de los siguientes métodos:
- Braquiterapia: se colocan materiales radioactivos alrededor de las células cancerosas.
- Radioterapia de rayo externo: se utiliza una máquina externa para dirigir los rayos al área afectada.
El proceso en general es indoloro, aunque conlleva varios efectos secundarios. Los primeros son cansancio y malestar estomacal. Luego aparecen vómitos, náuseas y diarrea. La irritación en la vejiga, en las paredes intestinales, el sangrado rectal y las ampollas en la piel con relativamente comunes.
3. Quimioterapia
La quimioterapia consiste en la administración de medicamentos para controlar o eliminar el cáncer. Se usa antes o después de la cirugía, aunque también como terapia principal. En estos últimos casos, se prefiere cuando el cáncer se ha diseminado a otras partes del cuerpo y se requiere de una acción más general (etapas III y IV).
La administración se hace a través de la vena o vía oral con la ingesta de tabletas. Esta se realiza en forma de ciclos y se hace con base en varios medicamentos. Los efectos secundarios más importantes son pérdida de cabello, pérdida de apetito, úlceras en la boca, úlceras vaginales, náuseas y vómitos.
4. Terapia hormonal
Se prefiere el uso de la terapia hormonal para tratar las últimas dos etapas del cáncer o para episodios recidivos (es decir, el cáncer que ha regresado luego del tratamiento). La aplicación de algunas hormonas desacelera el crecimiento y avance del cáncer. Las más usadas son progestinas, tamoxifeno, inhibidores de la aromatasa y agonistas de la hormona liberadora de la hormona luteinizante.
Entre sus efectos secundarios destacamos sensación repentina de calor, aumento de peso, sudoración nocturna, sequedad vaginal y dolores musculares. Se trata de una terapia relativamente novedosa con campos de investigación abiertos sobre alternativas de uso para hacerla más efectiva.
Otras opciones de tratamiento son la inmunoterapia y la terapia dirigida. De ellas te hablará el especialista en caso de que se detecte cáncer de endometrio durante el diagnóstico. Te invitamos a consultar con uno si descubres el patrón de los síntomas enumerados al inicio.
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