Apendicitis: síntomas, causas y tratamiento
La apendicitis es una de las patologías quirúrgicas más frecuentes en todo el mundo. Consiste en la inflamación del apéndice vermicular, una pequeña estructura del aparato gastrointestinal.
Es bastante conocida por los síntomas tan específicos que presenta, a pesar de que en algunas ocasiones el proceso diagnóstico pueda verse entorpecido por variaciones anatómicas o algunos diagnósticos diferenciales. Si quieres saber un poco más sobre esta enfermedad hemos preparado el siguiente artículo. ¡Sigue leyendo!
¿Cuáles son los principales síntomas?
La apendicitis tiene un patrón de presentación típico que está muy relacionado con la ubicación anatómica del apéndice. Se trata de un pequeño órgano en relación con el ciego, la primera porción del colon. Se encuentra cerca de la unión íleo-cecal, el sitio donde se conecta el intestino delgado con el grueso.
En la inmensa mayoría de los casos esta zona está en el cuadrante inferior derecho del abdomen y se denomina fosa ilíaca derecha. Sin embargo, el dolor no siempre empieza ahí. En ocasiones, una sensación de malestar comienza en el epigastrio antes de irradiarse hacia la fosa ilíaca derecha.
El epigastrio es el cuadrante medio y superior del abdomen, es decir, aquel que está por encima del ombligo. Es por eso que, en un principio, muchas personas pueden confundir el dolor con un cuadro de gastritis o una úlcera péptica.
Manifestaciones adicionales
Además del dolor (que suele ser punzante y de fuerte intensidad), existen otros síntomas asociados como los que se describen a continuación:
- Fiebre: puede ser muy alta, estando o no precedida de escalofríos.
- Pérdida del apetito, también denominada hiporexia.
- Náuseas y vómitos.
¿Por qué ocurre la apendicitis?
El apéndice es un órgano hueco, lo que quiere decir que tiene una cavidad en su interior. Esto es común a lo largo de todo el tubo digestivo. Al ser tan pequeño, es más o menos fácil que se obstruya debido a elementos dentro o fuera del tracto gastrointestinal.
Una buena parte de los casos de apendicitis están asociados con la presencia de fecalitos, que son pequeñas partículas de heces muy duras. Se presentan en pacientes con estreñimiento crónico, en quienes es normal producir esa textura.
Por supuesto, también existen factores dietéticos asociados, como el consumo de semillas y objetos pequeños. Los parásitos intestinales y el crecimiento del tejido linfoide alrededor del apéndice también pueden ocasionar la obstrucción.
¿Cómo se inflama el apéndice?
Una vez producida la obstrucción, el aumento de presión dentro del apéndice lleva a la interrupción del flujo sanguíneo alrededor del órgano. Esto trae como consecuencia la muerte progresiva de las células que se encuentran en su pared con un fenómeno inflamatorio asociado.
Más adelante, algunas bacterias presentes dentro de la luz del intestino pueden atravesar las paredes del apéndice y generar infecciones locales. La perforación del órgano y el proceso inflamatorio llevan a cuadros clínicos de difícil manejo como los abscesos abdominales y la peritonitis.
¿Qué tan frecuente es la apendicitis?
En la mayor parte del mundo es la patología quirúrgica de urgencia más frecuente. Esto se puede explicar por las características tan particulares de su anatomía, mencionadas en el apartado anterior.
De hecho, es interesante que durante algunas intervenciones abdominales (por cualquier otro motivo) se realice la extracción del apéndice (apendicectomía) de manera preventiva, debido al alto riesgo de desarrollar la enfermedad en casi todos los grupos etarios.
Suele ser un poco más común en aquellos países con alta prevalencia de estreñimiento o constipación. Esto sucede por dietas con poco contenido de fibra, agua y vegetales.
¿Cómo es el proceso diagnóstico de la apendicitis?
Incluso cuando los síntomas se presentan de forma característica, en algunos pacientes puede existir un dilema diagnóstico. Esto sucede, sobre todo, en las mujeres.
Además del examen físico y la historia clínica se podrían solicitar los siguientes exámenes complementarios para llegar a un diagnóstico más certero:
- Biometría hemática completa (BHC) o hematología completa (HC): permite valorar el conteo de glóbulos blancos y los valores de hemoglobina.
- Reactantes de fase aguda: se miden en la sangre y los más utilizados son la VSG y la PCR, que permiten determinar si existe un proceso inflamatorio activo.
- Ecografía abdominal: permite la visualización de signos inflamatorios alrededor del apéndice, aunque no siempre sea visible.
- Radiografía simple de abdomen: se pide en escasas ocasiones para intentar observar la causa de la obstrucción.
En las mujeres
Como mencionamos antes, el proceso diagnóstico en las mujeres puede llegar a ser más complicado que en los hombres. Esto es debido a la abundancia de elementos anatómicos presentes en la región pélvica de la mujer, los que también son susceptibles de inflamarse y requerir cirugía.
Estos órganos incluyen el útero, las trompas uterinas y los ovarios. Por distintas razones, cualquiera de estos puede infectarse y generar abundante dolor, fiebre y vómitos.
Algunas de las patologías que más confunden a los médicos son la enfermedad inflamatoria pélvica, la salpingitis, los abscesos ováricos y los embarazos ectópicos. Por esta última razón, es posible que se solicite una prueba de embarazo antes de realizar cualquier operación.
Se suele recurrir a estudios complementarios para determinar el origen del dolor. Por ejemplo, una ecografía transvaginal podría aportar valiosa información para el diagnóstico de infecciones ginecológicas que estén simulando una apendicitis.
En los hombres
Debido a la ausencia de los órganos antes mencionados, la presentación de síntomas clásicos de apendicitis en un hombre no suele llevar a dudas diagnósticas. Sin embargo, no siempre es tan fácil.
En algunas ocasiones, el apéndice puede ubicarse en zonas distintas dentro de la cavidad abdominal. Esto puede ser del lado contrario (es decir, en la fosa ilíaca izquierda) o por debajo del hígado.
Tal como se presenta en una revisión de caso publicada en el año 2015, la apendicitis del lado izquierdo es infrecuente, pero puede pasar. En tales circunstancias, solo algunos estudios de imagen como la tomografía computarizada podría aportar suficiente información.
¿Cuál es el tratamiento de la apendicitis?
A pesar de que es un proceso inflamatorio e infeccioso que se puede aliviar con la administración de antibióticos endovenosos, un caso de apendicitis no se va a solucionar de esta manera. Es necesaria una intervención quirúrgica conocida como apendicectomía.
Es un procedimiento de urgencia, lo que no quiere decir que se deba realizar de inmediato. Si los síntomas tienen muy poco tiempo de evolución los médicos indican los estudios antes mencionados para lograr claridad diagnóstica.
Apendicectomía laparoscópica: la gran preferida
Es la técnica preferida en la actualidad y consiste en la realización de una pequeña incisión abdominal a través de la que se insertan unos aparatos con lente óptico, tal como describen los estudios científicos. Esto permite la visualización de la cavidad de forma bastante aceptable.
La laparoscopia tiene menos complicaciones y permite realizar varios procedimientos, como las colecistectomías, las esterilizaciones y las pancreatectomías. A pesar de ello, requiere una técnica bastante buena por parte del cirujano.
Además, también puede realizarse con fines exploratorios y diagnósticos. Esto es debido a que, por la pequeña incisión, es una intervención mínimamente invasiva.
¿Cuándo acudir al médico?
El síntoma principal de la apendicitis es el dolor abdominal en la fosa ilíaca derecha. Si llegas a presentar ese problema, el diagnóstico es bastante probable. Con el pasar de las horas es posible que se añadan el resto de los signos antes mencionados.
En estos casos es necesario acudir a un servicio de urgencias lo antes posible. Dependiendo del centro hospitalario, puede que el primer contacto sea con un médico de familia o especialista en urgencias. Sin embargo, luego será el especialista en cirugía general y del aparato digestivo el que estará a cargo.
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