¿Qué es un aneurisma?
Las arterias son vasos sanguíneos con una pared muscular que transportan la sangre oxigenada a los órganos del cuerpo. Estos vasos pueden verse afectados por diversas alteraciones estructurales, siendo el aneurisma una de las más comunes. ¿Deseas saber de qué se trata esta anormalidad? ¡Sigue leyendo!
Un aneurisma no es más que un ensanchamiento o dilatación patológica de una porción de una arteria o de la pared del corazón. Estas alteraciones estructurales pueden aparecer en cualquier región, sin embargo, estudios demuestran que son más frecuentes en la aorta, específicamente en su porción abdominal.
Los aneurismas pueden generar diferentes complicaciones, desde rupturas y hemorragias hasta un riego sanguíneo insuficiente en varios órganos. De hecho, los mismos adquieren gran importancia en la medicina forense, ya que representan una causa frecuente de muerte súbita al romperse y generar una hemorragia masiva.
¿Cuáles son las causas de un aneurisma?
En la actualidad no se ha determinado la causa específica de la dilatación de las arterias. Se ha asociado a debilidades en la pared muscular del vaso sanguíneo, por lo que se puede decir que el aneurisma es el equivalente a las várices en las venas.
Múltiples situaciones pueden hacer que la pared vascular se debilite y ocurra la dilatación en la zona adyacente. Uno de los factores que tiene mayor incidencia es la presión arterial. En este sentido, los pacientes con hipertensión arterial son más propensos a sufrir este tipo de patologías.
También existen otras situaciones capaces de aumentar la probabilidad de padecer un aneurisma. Muchas de ellas están relacionada con el estilo de vida, por lo que pueden ser modificadas. Entre los principales factores de riesgo destacan los siguientes:
- Colesterol elevado y presencia de aterosclerosis.
- Hábito tabáquico.
- Tener más de 40 años.
- Traumatismos.
- Algunas infecciones vasculares.
- Cirugías cardiovasculares.
Por otro lado, se han reportado ciertos casos con aneurismas congénitos, es decir, que están presentes desde el momento del nacimiento. La incidencia de los mismos es muy baja y su diagnóstico es impreciso. No obstante, esto puede indicar que existen factores genéticos que predisponen a la formación de estas dilataciones.
Síntomas
Los síntomas presentados por una persona con aneurisma pueden variar, dependiendo de la localización y de la severidad del problema. Muchas de las dilataciones en regiones profundas, como el abdomen o el cerebro, cursan de forma asintomática hasta que adquieren un tamaño considerable o hasta que existe la ruptura.
Los síntomas más frecuentes están relacionados con la compresión de estructuras nerviosas o por la falta de irrigación de diversos tejidos. En este sentido, las personas pueden presentar una clínica muy inespecífica, entre los que se destacan los siguientes signos:
- Dolores de cabeza severos.
- Dolor de espalda o abdomen.
- Visión doble o borrosa.
- Vértigo.
- Fatiga.
- Calambres o adormecimiento en alguna zona del cuerpo.
- Masa palpitante en el abdomen.
Por su parte, los síntomas agudos y severos aparecen cuando ocurre la ruptura de un aneurisma. Los pacientes pueden presentar hipotensión severa, sensación de muerte inminente, dolor agudo e intenso y palidez cutánea. La ruptura puede generar una hemorragia masiva, por lo que constituye una emergencia médica.
Diagnóstico
El especialista siempre debe realizar un correcto interrogatorio y un adecuado examen físico; sin embargo, el verdadero diagnóstico del aneurisma lo proporcionarán los estudios de imágenes.
El análisis de los antecedentes personales es de suma importancia, ya que los aneurismas tienen una probabilidad elevada de reaparecer al cabo de algunos años. El examen físico estará orientado a comprobar la existencia de todos los síntomas descritos por el paciente, además de buscar nuevos que orienten.
La realización de estudios imagenológicos que permitan estudiar los vasos sanguíneos es fundamental en estos casos. Una de las pruebas más utilizadas es la angiografía o arteriografía, aunque la angiotomografía y la angioresonancia también pueden ser de utilidad.
Algunos estudios recomiendan realizar una angiografía de seguimiento cada 5 años después de haber padecido un aneurisma. Esto permitirá realizar un diagnóstico precoz en caso de reincidencias.
¿Cómo se trata un aneurisma?
El tratamiento de los aneurismas puede variar dependiendo de la localización, el tamaño y los síntomas presentados por el paciente. Cuando es uno pequeño y asintomático el abordaje es conservador, por lo que se deberán realizar consultas frecuentes al especialista para evaluar el tamaño sucesivamente.
También es muy importante eliminar todos los factores de riesgo existentes al momento del diagnóstico. En este sentido, se debe dejar de fumar e intentar llevar un estilo de vida activo y saludable. Estos simples cambios pueden generar una gran diferencia y frenar la evolución.
Por su parte, el tratamiento para los aneurismas de gran tamaño es quirúrgico. El procedimiento a realizar dependerá del calibre de la arteria afectada, su localización y el tamaño de la dilatación. Uno de los procedimientos más frecuentes es la colocación de un instrumento llamado stent para fortalecer la pared arterial.
El diagnóstico y tratamiento oportuno son fundamentales
La dilatación patológica de las paredes arteriales o cardíacas se conoce como aneurisma. A pesar de que no se conoce su causa específica, se sabe que aparece por una debilidad en la capa muscular de las arterias. Además, esta alteración estructural está asociada a ciertas patologías, como la aterosclerosis y la hipertensión arterial.
Los aneurismas pueden generar múltiples complicaciones, siendo la ruptura de la arteria la más grave de todas. En caso de presentarse un hecho de este tipo, la hemorragia masiva concomitante en los pacientes lleva a la muerte en poco tiempo.
De esta manera, es de vital importancia acudir al médico cuando se presente algún síntoma que indique la presencia de esta enfermedad. Solo el profesional estará en la capacidad de realizar un diagnóstico oportuno e indicar la mejor terapéutica a seguir.
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