El primer baño del bebé en la piscina: lo que debes saber
Muchos padres se preguntan cuándo y cómo incluir el primer baño del bebé en la piscina. El interrogante no es en absoluto baladí, ya que se deben considerar muchas cosas antes, durante y después de hacerlo.
Cuando las temperaturas aumentan puede existir la tentación de ir con la familia a la piscina, y no se debe hacer antes de considerar todas las cosas que te enseñamos a continuación.
5 consejos para el primer baño del bebé en la piscina
Antes de enseñarte algunos consejos básicos para el primer baño del bebé en la piscina primero indagaremos en algunas reflexiones.
Los expertos concuerdan en que el contacto con el agua es un gran espacio para el placer y la diversión del pequeño, la estimulación táctil y el vínculo entre el bebé y el cuidador. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda evitar el contacto con el agua durante las primeras 24 horas luego de parto, esto para esperar que sus signos se estabilicen.
Es bien sabido por los especialistas que el baño en los pequeños induce una disminución de la pérdida de agua transepidérmica (TEWL), de la hidratación del estrato córneo (SCH) y del pH de la superficie de la piel.
En principio, esto no afecta en gran medida la barrera cutánea de los pequeños; pero todo depende de la frecuencia, las características del agua y el uso de productos de baño.
Muchos padres desean introducir el primer baño del bebé en la piscina con la aspiración de que aprendan sus primeras habilidades de natación.
Aunque no es difícil encontrar programas que ofrecen interacciones, juegos, dinámicas y demás en las piscinas con el ánimo de fomentar lo anterior, lo cierto es que la Academia Estadounidense de Pediatría (AAP) no recomienda las lecciones de este tipo antes de que el bebé cumpla el año de edad.
Todo esto sirve como preámbulo para las recomendaciones del primer baño del bebé en la piscina. En principio, sugerimos hacerlo solo a partir de los 6 meses teniendo en cuenta los siguientes criterios.
1. La temperatura del agua
Los bebés son muy sensibles a los cambios de temperatura. Esto se debe a que su sistema de termorregulación aún no está completamente desarrollado, de modo que las fluctuaciones de frío y calor tienen un mayor impacto en ellos. Si para ti el agua de una piscina está fría, considera que para tu bebé estará muy fría.
Los expertos recomiendan que la temperatura de la piscina esté siempre por encima de los 30 °C. Pese a ello, muchas variables entran en juego; como lo son el tamaño y el peso del bebé.
No se considera seguro que un bebé interactúe durante mucho tiempo por debajo de esta temperatura, incluso cuando para ti y los demás un leve descenso resulte tolerable. Debes tener una toalla a la mano para cubrir al pequeño inmediatamente después de salir.
2. Los productos químicos de la piscina
Para mantener libre la piscina de bacterias y algas se utilizan varios productos químicos. La evidencia nos alerta que la interacción con algunos de estos, como el cloro, aumenta el riesgo de bronquiolitis, asma y alergia en los pequeños.
Valorar la cantidad de químicos es una consideración básica para el primer baño del bebé en la piscina. Evitar que la cabeza ingrese debajo del agua o que no entre en contacto con las mucosas reduce el riesgo asociado.
3. La supervisión y el contacto físico
En ningún momento, y bajo ninguna circunstancia, debes retirar la vigilancia y la mirada hacia tu pequeño. De igual modo, tampoco debes romper el contacto físico con él.
Muchos padres desean probar el reflejo natural de los pequeños al momento de nadar, pero esto no hace más que aumentar el riesgo de ahogamiento. Siempre debes asirlo con las manos y evitar que exploren por su propia cuenta, incluso cuando sea a unos escasos centímetros.
4. La confianza en flotadores y apoyos inflables
El uso de flotadores y apoyos inflables puede darles seguridad a muchos padres al momento del primer baño del bebé en la piscina. Pese a ello, estos no sustituyen en absoluto la premisa anterior: la supervisión atenta y el contacto físico. Su uso puede transmitir una falsa sensación de seguridad que puede tener repercusiones fatales en algunos contextos.
5. El tiempo
Por último, ten en cuenta que no es recomendable que los bebés pasen más de 10 minutos dentro de una piscina. Su sistema de regulación de la temperatura aún se está afinando; de manera que no es prudente exceder el tiempo señalado. Cuando el bebé cumpla los 12 meses puede pasar hasta 30 minutos, aunque lo ideal es nunca llevarlos al límite de tiempo sugerido.
Al margen de todas estas recomendaciones, recuerda que una piscina no es un lugar idóneo para un bebé. De acuerdo con los expertos, entre los niños de 1 a 14 años el ahogamiento es una de las cinco principales causas de muerte.
En la práctica, es la principal causa de muerte accidental en niños menores de cinco años. Incluso cuando tomes todas las medidas siempre existirá el riesgo frente a un mínimo descuido.
El momento para que el pequeño nade y disfrute en el agua llegará de manera paulatina. Además del peligro de ahogamiento, recuerda que el riesgo de infecciones es considerablemente alto. Las actividades dentro de casa o en espacio lúdicos seguros son la mejor alternativa para resguardar la integridad de tu bebé.
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