7 hábitos que afectan a tu salud dental
Cepillarse los dientes tres veces al día, utilizar enjuague bucal y usar hilo dental son tres hábitos para garantizar la salud dental. Sin embargo, y al margen de qué tan estricto seas con estos, existen algunas prácticas del día a día puede pueden entorpecer sus beneficios. Es por esta razón que hoy analizamos 7 hábitos que afectan a tu salud dental sin que te des cuenta.
En efecto, la mayoría de las personas desarrollan hábitos que son contraproducentes para su salud bucodental. Muchos de estos se perciben como inofensivos, o al menos no se dimensiona el impacto directo que tiene en las piezas dentales y otras áreas de la boca. Con el ánimo de concienciar revisamos qué dicen los expertos sobre los principales hábitos que afecta a la salud dental.
Principales hábitos que afectan a tu salud dental
El impacto de las prácticas siguientes es mayor a medio y largo plazo. Ciertamente, solo con el pasar de los años es que percibes las consecuencias; lo que hace fácil pensar que son inofensivas. Veamos qué cosas debes evitar para garantizar la salud de la boca.
1. Masticar hielo
Los expertos definen al hábito recurrente de masticar hielo como pagofagia. Es más común de lo que se piensa, y las mujeres con menstruaciones abundantes, quienes han donado sangre o padecen de anemia suelen apelar por la práctica. De igual modo, muchos pueden utilizarla para calmar su ansiedad o para contrarrestar el calor. Sin importar el motivo, masticar hielo es uno de los peores hábitos que afectan a tu salud dental.
Incluir esta práctica como un hábito puede hacer que se desgaste tu esmalte dental, que desarrolles sensibilidad, que se astillen las piezas e incluso que pierdas alguna de ellas. Por otro lado, los bordes del hielo pueden cortar las encías, las mejillas y la lengua. Evita hacerlo a toda a costa, así como hacer lo propio con los granos de las palomitas de maíz, el hueso de los albaricoques y los caramelos duros.
2. Beber con frecuencia bebidas carbonatadas
Los expertos han asociado el consumo de café con la periodontitis. Se sabe además que la ingesta de bebidas gaseosas conlleva a la erosión dental, mayores probabilidades de desarrollar caries y a una peor salud bucal en general. Por último, existe evidencia de que el consumo de alcohol altera el microbioma natural de la cavidad oral, lo que puede derivar en enfermedades bucofaríngeas e incluso a cáncer oral.
Todas estas consecuencias se manifiestan ante el consumo recurrente de dichas bebidas. A pesar de ello, la mayoría de las personas que las ingieren todos los días ignoran por completo las complicaciones asociadas. Como norma general trata de reducir la ingesta de ellas en tu día a día, y reemplázalas mejor por agua natural.
3. Comer muchas golosinas o alimentos azucarados
Desde niños se nos dice que el exceso de consumo de golosinas y alimentos azucarados es un factor de riesgo para las caries. Pese a ello, muchos adolescentes e incluso adultos hacen omisión al respecto. Los expertos no discuten la relación, de manera que en lo posible debes reducir la participación de estos en tu dieta. Los chocolates, los caramelos, las dónuts, las paletas de helado y los productos de bollería son algunos de los cuales debes evitar.
Es muy probable que consumas más de estos alimentos de lo que piensas, de manera que valora de forma objetiva con cuánta frecuencia los consumes. La sociedad actual se caracteriza por ser adicta al azúcar, y la facilidad con la cual se puede acceder a estos productos no contribuye en absoluto a evitarlos. Saber que es uno de los hábitos que más afectan a tu salud bucal te incentivará a pasar de ellos.
4. Morderte las uñas
Morderse las uñas de manera recurrente, hábito también conocido como onicofagia, es otra de las prácticas nocivas para tu salud oral. Como bien apuntan los expertos, morderse las uñas puede trasladar patógenos nocivos al interior de la boca. Estos pueden ocasionar problemas como lesiones en las encías, trastornos temporomandibulares, maloclusiones, destrucción alveolar e infecciones.
Muchas personas se muerden las uñas cuando tienen ansiedad. La mayor parte del tiempo no es un hábito consciente, así que puede que lo hagas sin que tengas la intención explícita de hacerlo. Incluso cuando solo es ocasional, el riesgo de manifestar complicaciones sigue siendo alto.
5. Fumar tabaco
Entre muchas otras cosas, se sabe que fumar tabaco es una práctica que a medio y largo plazo fomenta la acumulación de placa, gingivitis, periodontitis y cáncer oral. Aunque las campañas de concienciación han sido efectivas en cierto sector de la población, el tabaquismo sigue teniendo una alta prevalencia en la sociedad. Procura reducir su ingesta o eliminarla por completo, y recuerda que las complicaciones se sienten en otras partes del organismo.
6. Cepillarte muy fuerte
No es infrecuente que algunas personas excedan la fuerza del cepillado con la intensión de obtener una limpieza más profunda. Cepillar muy fuerte no hará a los dientes más limpios, ya que casi siempre se trata de un hábito contraproducente para tu salud oral. No solo comprometes el estado de las piezas dentales, sino también de las encías, las mejillas y la lengua.
Por todo esto, es muy importante que reduzcas la fuerza con la cual te cepillas. Si al hacerlo escupes sangre o terminas con mucha sensibilidad, considera hacer el cepillado menos intenso. Ten en cuenta que un cepillo con las cerdas muy duras, incluso cuando hagas el cepillado suave, puede tener el mismo efecto.
7. Utilizar palillos de dientes
Los palillos de dientes se han consolidado entre algunas personas como un imprescindible luego de cada comida. A pesar de ello, un abuso de los mismos o un uso inadecuado puede comprometer la salud de la encía. Esta es la que da soporte a cada una de las piezas, y si se resiente con el tiempo, los dientes lo harán también. Si quieres seguir usándolos, procura ser cuidadoso y evita penetrar de manera insistente entre los espacios.
Cuidar tu salud bucodental es fundamental
El cepillado diario y el uso de productos para la higiene bucal no son suficientes si lo que buscas es asegurar la integridad de los dientes y las encías. Por fortuna, todas estas prácticas son muy fáciles de evitar, o en todo caso reducir para minimizar las complicaciones. Recuerda asistir al odontólogo al menos una vez al año para una valoración general de la cavidad oral.
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