¿Cuáles son las fases del sueño?
Cuando dormimos el cuerpo y el cerebro experimentan grandes cambios. Aunque pensemos que no ocurre nada, la realidad es que las neuronas están siempre activas. Pero, ¿cuáles son las fases del sueño por las que pasamos?
Atravesamos 5 fases bien diferenciadas: las cuatro primeras se encuentran en la etapa del sueño lento o NREM y la última es la fase del sueño REM (rápido o paradójico). Descubre las características de cada fase, qué porcentaje de tiempo ocupan y qué trastornos pueden aparecen en cada una de ellas.
Debemos saber, además, que estas fases se van repitiendo a lo largo de la noche. Pasamos por cuatro o cinco ciclos y cada uno incluye el recorrido por todas estas etapas.
¿Cuáles son las fases del sueño?
Según la clasificación de Dement y Kleitman (1957), podemos dividir el sueño en dos grandes etapas: lento (NREM) y REM (rapid eye movement). Dentro del sueño lento (NREM) encontramos cuatros fases y dentro del sueño REM solo una.
Fase 1 del sueño NREM (adormecimiento)
Cuando nos dormimos entramos en la fase 1; es por ello que hablamos del adormecimiento. Se trata de la transición entre la vigilia y el sueño. Dura aproximadamente 7 minutos.
Esta fase se repetirá más adelante, ya que es la de transición entre etapas también. Cuando experimentamos un sueño nocturno fragmentado se va repitiendo.
En esta etapa aún percibimos la mayoría de los estímulos que suceden a nuestro alrededor (auditivos y táctiles). La fase 1 del sueño lento (NREM) ocupa el 5 % del total. Las ondas cerebrales que aparecen aquí son las alfa y las theta, que son las relacionadas con la calma.
Los fenómenos asociados a la fase 1 del sueño NREM son tres:
- Electrooculograma (EOG): movimientos lentos.
- Electromiografía (EMG): descenso del tono muscular.
- Alucinaciones hipnagógicas: son aquellas alucinaciones que aparecen justo en el momento de dormirnos, entre la vigilia y el sueño. Son fisiológicas.
Fase 2 del sueño NREM
En la fase 2 se eleva el umbral para despertar. Es decir, es más difícil despertarnos por algún ruido o sonido del entorno. Se produce una desconexión del entorno, lo que facilita la conducta de dormir.
Supone el 50 % del total de las fases del sueño y, por lo tanto, es la etapa más larga. Las ondas que predominan a nivel cerebral son las theta. En cuanto a los fenómenos asociados, los siguientes son los habituales:
- Electroencefalograma (EEG): husos del sueño (spindles) y complejos K. Los husos del sueño son un tipo de ondas sinusoidales generadas en el tálamo y en la corteza cerebral. En el caso de los complejos K son ondas lentas bifásicas caracterizadas por una descarga lenta, negativa, de amplitud elevada y con una deflexión (desviación) positiva.
- EOG: infrecuentes movimientos.
- EMG: disminución del tono muscular.
- Disminución de la actividad simpática, la frecuencia cardíaca, la tensión arterial y el flujo cerebral.
Fases 3 y 4 del sueño NREM (sueño lento o de ondas lentas)
Las fases 3 y 4 engloban el llamado sueño lento o de ondas lentas. Aquí la profundidad es mucho mayor. Si nos despertamos en esta fase nos encontramos confusos y desorientados.
Cuando una persona tiene un sueño reparador, la calidad de la fase 4 es muy buena. Las fases 3 y 4 predominan en la primera mitad de la noche y su presencia o amplitud va disminuyendo a lo largo del transcurso de la misma. Aparecen las llamadas ensoñaciones.
Estas fases ocupan entre el 15 y el 25 % del total de las fases del sueño. En concreto, la tercera ocupa entre un 3 y un 8% y la cuarta entre un 10 y un 15 %. Las ondas predominantes son las delta.
¿Cómo es el EOG y el EMG en estas fases? ¿Qué más aparece? Lo siguiente:
- EOG: infrecuentes movimientos.
- EMG: aumento del tono muscular.
- Disminución de la actividad simpática, la frecuencia cardíaca, la tensión arterial y el flujo cerebral (igual que en la fase 2).
- Aparecen los terrores nocturnos y el sonambulismo, dos tipos de trastornos del sueño denominados parasomnias.
Sueño REM
Después del sueño lento (NREM) aparece el sueño REM, también denominado sueño rápido. Las siglas REM corresponden a rapid eye movement, es decir, ‘movimientos oculares rápidos’ en inglés.
Es la fase en que tenemos los sueños típicos, los que se presentan en forma de narración. Los primeros episodios de la fase REM son de breve duración, pero se van alargando a medida que avanza la noche.
Esta fase favorece el desarrollo cerebral y el aprendizaje. Ocupa un 20 % del total y las ondas cerebrales son theta y beta. Aparecen los llamados dientes de sierra y las puntas PGO (de bajo voltaje y de frecuencias mixtas) en el electroencefalograma.
En cuanto al EOG se producen los característicos movimientos oculares rápidos (aunque los ojos estén cerrados). Se produce una atonía muscular que se constata a través del EMG, debido a la segregación de las neuronas colinérgicas.
La actividad simpática aumenta y la frecuencia cardíaca es más acelerada que en la vigilia. La tensión arterial es mayor o igual y se produce también un incremento del flujo cerebral. Por otro lado, aparecen alteraciones respiratorias y el fenómeno de las pesadillas.
Pesadillas y terrores nocturnos en las fases del sueño
Como hemos visto, las pesadillas y los sueños aparecen típicamente en la fase del sueño REM o sueño rápido. En cambio, los terrores nocturnos aparecen en las fases 3 y 4 del sueño lento NREM.
Pesadillas
Las pesadillas son consideradas parasomnias y también se denominan sueños angustiosos. Consisten en despertares repetidos durante el período de sueño provocados por sueños terroríficos y prolongados que dejan recuerdos vívidos, cuyo contenido suele centrarse en las amenazas para la propia supervivencia, seguridad o autoestima.
Según un protocolo del año 2018 elaborado por la Asociación Española de Psiquiatría Infanto-Juvenil (AEPNYA), se calcula que en torno al 20-30 % de los niños con algún trastorno del sueño va a requerir algún tipo de intervención. Cuando aparecen este tipo de trastornos, del 25 al 84 % tienden a persistir en la infancia temprana durante un periodo que puede alcanzar los tres años.
Terrores nocturnos
Los terrores nocturnos aparecen en las fases 3 y 4 del sueño lento NREM, de forma típica en el primer tercio de la noche. Consisten en episodios recurrentes de despertares bruscos que se inician con un grito de angustia. La persona, al despertar, y a diferencia de lo que ocurre en las pesadillas, no recuerda nada de lo que soñó.
Son menos elaborados que las pesadillas y aparecen signos vegetativos (taquicardia, sudoración y taquipnea). Hay un intenso miedo en el sujeto. Según la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP), los terrores nocturnos suelen aparecer entre los 3 y los 10 años de edad.
Las fases del sueño y un buen descanso
El cumplimiento de todas las fases del sueño en varios ciclos es sinónimo de un buen descanso. El mismo es necesario para la integridad del cuerpo y para la salud en general. Los trastornos de las fases repercuten, no solo en el tiempo inmediato posterior al despertar, sino en la vida cotidiana.
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- SEPEAP - Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria.