Control de esfínteres en los niños: ¿cómo funciona?

El control de esfínteres es una cualidad que adquieren los niños cuando madura el sistema nervioso central. Por esto es necesario tener una edad específica antes de iniciar el entrenamiento.
Control de esfínteres en los niños: ¿cómo funciona?
Diego Pereira

Revisado y aprobado por el médico Diego Pereira.

Última actualización: 26 mayo, 2021

El cuerpo humano posee una serie de músculos llamados esfínteres, los cuales impiden la salida de materia fecal y de orina al exterior. Dichos músculos tienen un control voluntario cuando el sistema nervioso funciona de forma adecuada. Sin embargo, el control de esfínteres en los niños es un hábito que se debe desarrollar, pero, ¿cómo funciona?

La mayoría de los órganos de los niños no tienen un desarrollo completo al momento del nacimiento, sino que avanzan con el pasar de los meses. Una de las estructuras con más cambios es el sistema nervioso central, la evolución del mismo permite adquirir funciones como la identificación de sonidos y el reconocimiento de rostros.

Algunas investigaciones establecen que el control de esfínteres en los niños es una parte fundamental de su crecimiento y desarrollo. De hecho, la regresión o involución en este aspecto puede generar problemas en el área familiar y personal del pequeño, sobre todo por la connotación social que se le ha dado.

Micción y defecación en los primeros meses

El control de esfínteres en los niños pequeños es escaso.
En los primeros meses de vida no hay control de esfínteres.

Todos los adultos, a excepción de algunas personas de la tercera y cuarta edad, cuentan con un control voluntario sobre los esfínteres rectales y vesicales. Las personas pueden relajar de forma voluntaria sus esfínteres, permitiendo la salida de heces y de orina al exterior, por lo que se controla mediante un proceso cortical.

Su dinámica urinaria es muy diferente en los primeros meses de vida producto de la falta de madurez del sistema nervioso. En esta etapa las micciones son involuntarias, hay un vaciamiento vesical incompleto y está mediado por un arco reflejo parasimpático. Todo el proceso está bajo el control de la médula espinal por lo menos hasta el primer año de vida.

La Sociedad de Pediatría de Asturias, Cantabria y Castilla y León establece que la maduración de los centros nerviosos cerebrales se produce entre los 18 meses y los 3 años. De esta manera, la mayoría de los niños tienen un control de esfínteres adecuado entre los 2 y los 4 años de edad.

Inicio del control de esfínteres en los niños

En términos generales, la continencia o el control total sobre la micción y defecación se alcanza cuando el niño es capaz de controlar la contracción del esfínter externo de la uretra. La edad en la que un niño alcanza la continencia puede variar dependiendo de factores sociales, culturales y familiares, aunque no debe sobrepasar los 4 años.

Dicho control de esfínteres es un proceso paulatino y suele iniciar con el control fecal durante la noche para luego adquirir el control fecal durante el día. En esta etapa la mayoría de los niños comienzan a regular su tránsito intestinal, haciendo un poco más predecible la defecación.

El siguiente paso es el control vesical durante el día, mientras que el control vesical durante la noche es el último en aparecer y el más difícil de conseguir. La enuresis o incontinencia urinaria nocturna es un problema común que afecta a millones de niños y está asociada a una maduración incompleta de los núcleos cerebrales.

La incontinencia nocturna suele desaparecer por sí sola al cabo de un tiempo, aunque puede ser necesaria la administración de fármacos como la amitriptilina. Es importante destacar que el proceso descrito no es una regla estricta, por lo que algunos niños pueden alcanzar la continencia fecal y vesical de forma simultánea.

¿Cuándo debe iniciar el entrenamiento?

Como ya se ha dicho con anterioridad, aprender a ir al baño está muy relacionado con la maduración del sistema nervioso del niño. Lo ideal es iniciar los estímulos a partir de los 18 meses. También es importante constatar que el niño camine, se exprese verbalmente y sea capaz de seguir instrucciones precisas.

Por otro lado, existen ciertos signos muy característicos que indican que los niños pueden iniciar el entrenamiento para el control de los esfínteres, entre los cuales destacan los siguientes:

  • El pañal permanece seco durante al menos 1 hora y media.
  • Es capaz de seguir instrucciones de 2 pasos.
  • Muestra interés por sentarse en un orinal o bacinilla.
  • Exige un cambio de pañal después de defecar.
  • Puede bajarse y subirse los pantalones por sí solo.

Siempre es importante tener en cuenta que todos los niños maduran de forma diferente, por lo que la aparición de los signos mencionados es muy variable. Todo el desarrollo cognitivo del bebé dependerá de diversos factores sociales, culturales y hereditarios, además de la estimulación recibida por parte de la familia.

¿Cómo lograr el control de esfínteres en los niños?

El control de esfínteres en los niños se puede acelerar.
La colaboración de los padres es fundamental.

Los padres deben tener en cuenta que este es un proceso que puede tomar mucho tiempo, por lo que deben ser muy pacientes. Es importante iniciar el proceso en un punto donde no existan muchos cambios en la vida del niño, es decir, que no hayan mudanzas o algún proceso estresante para el pequeño.

Por su parte, los familiares deben recompensar con elogios y premios pequeños cada vez que el niño logre ir al baño, de esta manera reforzarán la conducta con estímulos positivos. Los accidentes son muy frecuentes durante el proceso, sin embargo, no deben ser reprochados ni exagerados, ya que pueden provocar efectos negativos como el estreñimiento.

Hoy en día no existe un método específico que garantice que el niño aprenda rápido a ir al baño, por lo que todo es un proceso constante y largo de aprendizaje. Primero es necesario que el niño se acostumbre a utilizar la bacinilla, para ello se debe sentar al niño vestido sobre la misma y tratar de que ahí durante al menos 5 minutos.

Una vez repetido el paso anterior varias veces, se deberá sentar al niño durante 5 o 10 minutos en la bacinilla pero sin ropa interior mientras se le explica. Cuando transcurra el tiempo mencionado, se debe vestir al niño y repetir el paso las veces que sea necesario.

Los padres solo deberán tratar de anticipar cuando el niño desee ir al baño para colocarlo en la bacinilla. Este es un proceso muy largo, por lo que puede tomar entre 3 y 12 meses antes antes de que los niños logren tener el control total de los esfínteres.

Un proceso largo donde la paciencia de los padres es fundamental

El control de esfínteres en los niños es un proceso que puede tomar varios meses en la mayoría de los casos. El apoyo y la paciencia de los padres juegan un papel fundamental en esta etapa. Por esto es importante que los pequeños estén en un ambiente de armonía y que sientan que son parte del proceso.

A pesar de que los niños consiguen este logro a diferentes edades es importante que se respeten los límites establecidos. En este sentido, se debe buscar ayuda médica cuando un niño mayor de 4 años aún no controle las ganas de evacuar o cuando un niño mayor de 5 años presente incontinencia nocturna.



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