¿Cómo hacer una limpieza facial?
Cuando la piel presenta imperfecciones con frecuencia y esto supone un motivo de preocupación significativo, las personas suelen buscar soluciones. En esa búsqueda, es común que se pregunten cómo hacer una limpieza facial adecuadamente.
Una limpieza facial es un tipo de tratamiento estético que está especialmente dirigido a mejorar la salud y el aspecto de la piel. Ahora bien, a diferencia de lo que se suele pensar, no solo implica la extracción de puntos negros, sino que puede abarcar varios procedimientos en distintas fases.
¿Qué hay que saber sobre la limpieza facial?
Dependiendo del estado de la piel, la limpieza facial puede tomar más o menos tiempo. Por lo general, se realiza en menos de una hora, aunque en algunos casos puede durar hora y media.
La persona encargada de realizar el procedimiento deberá hacer una valoración del estado de la piel para determinar los cuidados más adecuados y la duración total de la limpieza. Algunas de las fases que pueden incluir serían las siguientes.
Limpieza inicial
En primer lugar, se retira el maquillaje y se limpia la piel con agua y un producto limpiador suave, para preparar la piel para el resto de las fases.
Exfoliación
La exfoliación no es una fase obligatoria, pero no es común que se excluya. En ella, se aplica un producto granulado y se masajea suavemente el cutis durante unos segundos. Este se utiliza para remover los restos de suciedad y células muertas de la piel para devolverle el brillo, la frescura y el buen aspecto.
Vaporización
Si la piel presenta imperfecciones, se aplicará vapor sobre el cutis durante unos minutos para ablandar los poros obstruidos y facilitar la extracción de los tapones. Para ello, en los centros de estética es común que se utilicen unos instrumentos llamados vaporizadores.
Extracción de puntos negros
En caso de que la piel presente puntos negros y otras imperfecciones, el profesional procederá a extraerlos cuidadosamente. Es importante tener en cuenta que si bien muchas pueden salir con facilidad, no siempre es posible eliminarlas todas a la primera. Es en esta fase cuando se puede extender la duración de la limpieza facial.
Alta frecuencia
El tratamiento de alta frecuencia utiliza un aparato que emite un tipo de corriente eléctrica para realizar un micromasaje a la piel. Se considera que facilita la oxigenación de la piel, tiene efecto bactericida y rejuvenecedor.
Mascarilla
Una mascarilla es un producto que se aplica principalmente para absorber el exceso de sebo, nutrir e hidratar la piel. Se aplica, se deja actuar unos minutos, y luego se retira con un producto limpiador suave. Al momento de aplicarla y removerla, la persona encargada de hacer la limpieza facial puede realizar un masaje manual.
Tonificación y humectación
Después de la mascarilla, normalmente se aplica un producto tonificante con ayuda de un disco de algodón. Finalmente, cuando la piel ya ha absorbido del todo el producto tonificador, se aplica un producto humectante acorde al tipo de piel. En esta fase, se puede dar un corto y ligero masaje final.
Algunos de los objetivos de la limpieza facial son devolverle la frescura al rostro, controlar el exceso de brillo, reducir el número de imperfecciones, humectar la piel e incluso rejuvenecerla.
¿Con qué frecuencia hay que hacer una limpieza facial?
Todo depende del tipo de piel. Hay pieles que necesitan una limpieza mensual y otras que requieren una limpieza cada 15 días. El dermatólogo es quien mejor puede resolver esta duda.
En el día a día, no es necesario lavar el rostro varias veces para “mantenerlo limpio”. De hacerlo así, se puede resecar la piel y empeorar aún más su aspecto.
Lavar con excesiva frecuencia (y utilizar jabones de barra con fragancias o que simplemente no son acordes al tipo de piel) es un error común entre las personas que no toleran bien la presencia de brillo o las imperfecciones.
¿Cómo hacer una limpieza facial en casa adecuadamente?
A la hora de hacer una limpieza facial en casa, hay que tener en cuenta algunas recomendaciones para evitar maltratar la piel y desmejorar su aspecto:
- Utilizar productos acordes al tipo de piel (si la piel es acneica, lo más adecuado es aplicar productos anticomedogénicos, que no tengan una base oleosa).
- Los productos que se utilicen para el cuidado de la piel “no deben tener efectos irritantes ni sensibilizantes y deben ser capaces de mantener intacta la capa lipídica de la piel”, según indican algunos estudios.
- Hay que lavar siempre el rostro antes de comenzar la limpieza facial para retirar cualquier resto de suciedad, protector solar y maquillaje que pueda tener.
- No se deben manipular las imperfecciones con las manos ni las uñas, ya que además de maltratar la piel, pueden empeorarlas y extenderlas a otras zonas.
- Hay que evitar aplicar productos exfoliantes en el área de los ojos y cerca de las mucosas nasales.
- No se deben reutilizar los algodones, trozos de papel higiénico o gasas que se utilicen para realizar los procedimientos.
- El agua debe estar tibia. Nunca a temperaturas extremas.
Después de una limpieza facial es recomendable evitar maquillarse durante las próximas horas. En este sentido, hay quienes consideran que lo ideal sería esperar al día siguiente para hacerlo.
Finalmente, para mantener los resultados de la limpieza en el tiempo y lucir una piel sana y bonita, es recomendable utilizar protección solar a diario y los productos cosméticos acordes al tipo de piel, según las pautas del dermatólogo.
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