La relación entre la salud dental y la salud general

¿Una mala higiene bucal puede derivar en neumonía? ¿La enfermedad de Alzheimer cambia el estado de la boca? Comentamos el vínculo entre salud general y salud bucal.
La relación entre la salud dental y la salud general
Vanesa Evangelina Buffa

Escrito y verificado por la odontóloga Vanesa Evangelina Buffa.

Última actualización: 17 julio, 2023

La salud dental y la salud general tienen un vínculo estrecho. Aunque se pueda pensar que la boca es un compartimento aislado del resto del cuerpo, lo cierto es que existe una interacción con el resto de los sistemas que puede repercutir para bien o para mal.

Hay enfermedades de la boca que pueden suscitar complicaciones en otros órganos, como el corazón o los pulmones. A su vez, patologías sistémicas son capaces de alterar los dientes, las encías o la lengua, agregando síntomas y trastornos al paciente.

Vamos a recorrer la relación entre la salud dental y la salud general desde dos caminos. Primero analizaremos qué situaciones de la boca inciden en el resto del cuerpo, y luego repasaremos enfermedades del cuerpo que tienen manifestación en la boca.

¿Cómo afecta la salud dental a la salud general?

El ambiente bucal es un microecosistema en el que conviven bacterias y hay condiciones específicas que se consideran normales. Las alteraciones de estos parámetros redundan en problemas de la boca.

Cuando los problemas de la boca persisten y no se resuelven a tiempo, son capaces de generar un estado inflamatorio en el resto del cuerpo. A su vez, ciertos crecimientos en exceso de colonias bacterianas nocivas podrían migrar desde la boca hasta otros órganos, aumentando el riesgo de infecciones en sitios lejanos del organismo.

Tenemos que entender que la boca es una puerta de entrada al cuerpo. A su vez, es un espacio que conecta de manera directa con el resto del aparato digestivo y con las vías respiratorias. Esta situación explica, en parte, su vínculo con la salud general.

Endocarditis

La periodontitis o enfermedad periodontal es la inflamación crónica y sostenida de los tejidos blandos de la boca, a causa de la evolución de una gingitivis. En la base de este trastorno está la presencia predominante de bacterias del grupo de los estreptococos.

Como lo demuestran diversos estudios, estas bacterias son capaces de alcanzar el torrente sanguíneo. Y desde allí, su llegada al tejido del corazón es muy fácil.

Si bien no todos los pacientes con periodontitis sufrirán este paso de bacterias a la sangre, es más frecuente en algunas personas. En especial, en aquellos que fuman y que no cumplen con las medidas higiénicas recomendadas por el odontólogo al tratar la enfermedad periodontal.

En esos casos especiales, hay un riesgo aumentado de endocarditis. Esta es una enfermedad en la que las válvulas del corazón se infectan, generando un cuadro grave, que puede conducir a la muerte. Hay inflamación de la capa más interna de la zona cardíaca y aparecen síntomas como los siguientes:

  • dolor en el pecho,
  • fatiga y cansancio extremos,
  • fiebre,
  • falta de aire,
  • dolor en las articulaciones.

La prevención de esta complicación derivada de la periodontitis es clave. Es elemental evitar que la gingivitis progrese y llevar adelante una higiene bucodental adecuada. Además, si la enfermedad ya está presente, la guía del profesional de la salud resulta esencial para reducir el riesgo al mínimo.



Neumonía

La misma periodontitis y el mismo proceso de llegada de las bacterias al torrente sanguíneo explican la asociación con la neumonía. En lugar de asentarse las colonias bacterianas en el tejido interno del corazón, lo hacen en los pulmones.

Pero no solo un cuadro infeccioso es consecuencia de la mala salud bucal. En las vías respiratorias es posible desarrollar asma y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) a punto de partida de una periodontitis.

Esto sucedería por el estado inflamatorio aumentado de los pacientes, lo que provocaría mayor reactividad bronquial y una frecuencia elevada de broncoespasmos y de cierre de los bronquios al respirar.

También en estas enfermedades pulmonares crónicas, el riesgo es el empeoramiento del cuadro de base por culpa de la situación bucal. Si estos pacientes requieren internación por la EPOC, por ejemplo, tienen una peor evolución durante su estadía hospitalaria cuando, de forma concomitante, se les detecta periodontitis.

Complicaciones del embarazo

La salud dental también afecta la salud general de la madre y del feto cuando hay un embarazo. En este sentido, existen múltiples evidencias sobre la relación. A pesar de ello, los mecanismos precisos sobre por qué ocurren los problemas no están del todo develados.

La teoría de que las bacterias de la boca migran hasta el útero no tiene todos los elementos completos todavía, si bien se ha certificado la presencia de dichos microorganismos en la placenta.

En concreto, los hallazgos recientes sobre este tema son los siguientes:

  • Las mujeres gestantes con periodontitis suelen tener un embarazo que dura menos semanas. Por lo tanto, tienen mayor riesgo de un parto pretérmino. Este riesgo se ha estimado en unas 5 veces más, en comparación con gestantes sin enfermedad periodontal.
  • Los bebés que nacen de madres con periodontitis tienden a ser más pequeños, con una estatura menor y una circunferencia de la cabeza más reducida.
  • Las mujeres embarazadas con enfermedad periodontal se encuentran en mayor riesgo de desarrollar preeclampsia. En esta situación, la presión arterial se eleva y pone en riesgo la continuidad de la gesta.

Por todos estos motivos, la consulta regular de la gestante con el odontólogo es fundamental. Se recomienda una visita por trimestre para detectar los problemas a tiempo y ejecutar las soluciones adecuadas del caso.

¿Cómo afecta la salud general a la salud dental?

En sentido inverso a lo que venimos comentando, la salud general puede repercutir en la salud de la boca. Significa que las enfermedades que se consideran del resto del cuerpo, también inciden con síntomas y signos que se harán evidentes en los dientes, la lengua o las encías.

Diabetes

En la diabetes hay un desbalance en el metabolismo de los glúcidos, las proteínas y las grasas. La manifestación más evidente es el aumento del azúcar en la sangre. Sin embargo, por detrás, hay muchos mecanismos implicados que modifican el funcionamiento del cuerpo humano.

Estudios científicos han señalado que la diabetes y la periodontitis se vinculan en un círculo vicioso. La glucemia elevada incrementa el riesgo de enfermedad periodontal y, una vez que aparece esta, el control del azúcar en la sangre se dificulta más para el paciente.

La diabetes genera síntomas relevantes en la boca. Uno de ellos es la boca seca por la menor producción de saliva. Esto conducirá a un riesgo aumentado de caries. A largo plazo, los pacientes que viven con diabetes suelen tener mayor pérdida de dientes.

También hay más prevalencia de candidiasis oral ante la glucemia aumentada de manera persistente. La misma se manifestará con placas blanquecinas en la lengua que son producto de la colonización exagerada por parte del hongo Candida albicans.

La buena noticia es que un tratamiento adecuado de cualquiera de los dos trastornos, mejora al otro. Inclusive, una limpieza dental profunda realizada por un profesional, podría contribuir a bajar los niveles de hemoglobina glicosilada en la diabetes tipo 2.



Osteoporosis

La osteoporosis es la reducción de la densidad mineral ósea en diferentes huesos del cuerpo. Aunque se suele hacer hincapié en la columna y la cadera, lo cierto es que también puede afectar a los maxilares.

Por lo tanto, la destrucción del soporte de los dientes, de manera inevitable conducirá a un mayor riesgo de su caída. Además, según los investigadores, la osteoporosis favorece el desarrollo de periodontitis. En teoría, la menor densidad de los huesos maxilares crearía condiciones óptimas para que las bacterias se asienten y colonicen con mayor ahínco la región.

Pero yendo aún más allá, otros investigadores encontraron que las mujeres menopáusicas con osteoporosis tienen disbiosis oral. Es decir, se altera el microecosistema dentro de la cavidad oral, favoreciendo trastornos en los dientes y las encías.

Debido a que esto todavía no tiene demasiados estudios, no está clara la asociación. Solo sabemos que la pérdida de la densidad ósea cambia la cantidad y la variedad de las bacterias en todo el tubo digestivo, desde la boca hasta los intestinos.

Enfermedad de Alzheimer

Los pacientes que viven con una enfermedad neurodegenerativa no solo tienen problemas cognitivos. También se afectan otras áreas de la vida, en especial por la falta de cuidados que pueden proporcionarse a sí mismos o mediante terceros.

Un estudio multicéntrico encontró lo siguiente:

  • Los pacientes que viven con alzhéimer tienen una peor higiene oral en comparación con personas sin patologías neurodegenerativas.
  • Hay mayor prevalencia de caries y de enfermedad periodontal.
  • Aparecen lesiones mucosas, es decir, en los tejidos blandos de la boca. Se han detectado más queilitis en estos pacientes y una mayor incidencia de candidiasis.
  • Los pacientes que viven con alzhéimer suelen tener menos saliva.

Los cuidados frente a esta enfermedad deben ser multidisciplinarios. Por lo tanto, la intervención por parte de un odontólogo se requiere dentro del equipo tratante, para reducir el riesgo de complicaciones. Así como la educación de los cuidadores para mejorar la higiene bucal.

Salud general y salud dental como caras de la misma moneda

Los vínculos que presentamos no se agotan aquí. Hay más enfermedades y síndromes que tiene correlato en la boca y en el resto del cuerpo.

Lo fundamental es detectar las alteraciones a tiempo. Para eso, el control regular odontológico es clave.

Además, hay un gran componente de responsabilidad individual en el cepillado adecuado, el uso de hilo dental y la correcta higiene general. Siempre será mejor la prevención que tener que lidiar con una endocarditis, una neumonía, la diabetes o la osteoporosis.




Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.