¿Qué es la dermatoscopia?
Las lesiones cutáneas constituyen un motivo de consulta común en los niveles de atención primaria. El especialista en dermatología suele utilizar diversas herramientas que favorecen la identificación y el abordaje de afecciones en la piel. ¿Te interesa conocer qué es la dermatoscopia? A continuación te contamos.
La dermatoscopia o microscopia de superficie es un método de gran utilidad en el diagnóstico de lesiones sugestivas de cáncer de piel. Este método permite una valoración detallada de la superficie cutánea en tiempo real y sin generar molestias al paciente.
Esta posee múltiples aplicaciones, por lo que es una de las principales técnicas empleadas por los dermatólogos en todo el mundo.
¿En qué consiste la dermatoscopia?
En la actualidad, la dermatoscopia es una herramienta clínica diagnóstica realizada con ayuda de un pequeño dispositivo llamado dermatoscopio o dermoscopio. El mismo está constituido por un sistema de lentes de aumento especializado y una fuente de luz directa que permiten amplificar y analizar las características de la piel.
Estudios afirman que el dermatoscopio permite tornar traslucido el estrato corneo de la piel. Esto favorece a la visualización de las estructuras contenidas en la epidermis que no son visibles a simple vista. Las lesiones cutáneas son evaluadas con base en su forma, color, textura, simetría, diámetro y bordes.
La dermatoscopia puede realizarse con dos tipos de dermatoscopios, con un dispositivo de inmersión y contacto así como con uno que emplea luz polarizada con diferentes filtros de aumento. No obstante, los mismos siguen el mismo concepto de iluminación y amplificación de todo aquello presente en la piel.
¿Por qué se hace la dermatoscopia?
Por lo general, el médico especialista decide realizar este procedimiento cuando observa alguna mancha, lunar o placa con signos anormales en la piel. Esto como parte de la exploración física integral en la consulta de dermatología. Algunas investigaciones sugieren que es de amplia utilidad en el diagnóstico temprano del melanoma y el cáncer de células basales.
De igual forma, es empleada en el diagnostico diferencial de lesiones cutáneas cancerígenas y no cancerígenas. En este sentido, es usado en la identificación de otras afecciones de la piel como la queratosis actínica, los hemangiomas, los nevos o lunares, la psoriasis, el liquen plano, el dermatofibroma y el lentigo benigno.
La dermatoscopia se considera el paso previo antes de indicar una biopsia o la extracción de un lunar sospechoso de cáncer. De esta forma, se evita la realización de un procedimiento invasivo innecesario. Además, estudios demuestran que permite identificar y abordar de forma temprana el vitiligo.
Riesgos y contraindicaciones
Hoy en día, este método diagnóstico es considerado muy seguro en todo el mundo. El mismo es útil para cualquier tipo de piel o grupo etario. La dermatoscopia es una técnica simple no invasiva y no dolorosa, por lo que no se asocia con riesgos de infección o lesiones traumáticas.
¿Qué esperar durante la dermatoscopia?
Para iniciar el procedimiento, el médico aplicará una solución a base de gel o aceite en la región cutánea que desea evaluar. Esta sustancia actúa como un líquido de inmersión, permitiendo obtener una imagen más clara y detallada de la piel.
Una vez aplicado el gel, el especialista aproximará y pondrá en contacto el dermatoscopio con la piel. El mismo aplicará una leve presión con el equipo sobre la superficie, la cual no suele generar algún tipo de molestia. Esto con el objetivo de eliminar o reducir cualquier burbuja de aire presente en el gel que pueda interferir en la visualización.
De esta forma, se podrá obtener una imagen amplificada del tejido o la lesión a estudiar. En algunos casos, el dermatólogo puede alejar o acercar el dispositivo hasta obtener un campo con mayor nitidez. Por lo general, el dermatoscopio permite capturar y almacenar imágenes o videos del procedimiento, lo que favorece al seguimiento y control de las lesiones a largo plazo.
Por otro lado, en el dermatoscopio con luz polarizada no se genera contacto entre los lentes del equipo y la piel del paciente. La técnica es similar a la realizada con el equipo convencional, no obstante, en esta el dispositivo se mantiene a una distancia de alrededor de 1 centímetro de la superficie cutánea.
Interpretación de resultados
La dermatoscopia es un procedimiento en tiempo real, por lo que los resultados se obtienen de forma inmediata. Este estudio ofrece datos de importancia acerca de las lesiones presentes en la piel, los cuales serán analizados por el especialista para emitir un diagnóstico presuntivo.
En este sentido, se valora la información a cerca de la pigmentación y distribución real de las lesiones el tejido. Además, se evalúa el patrón de los vasos sanguíneos y se localizan otras afecciones que no se ven a simple vista.
Los tonos observados durante el estudio dependen de la fuente del pigmento, como la melanina o la hemoglobina, y la capa de la piel donde se localiza la lesión cutánea. El estudio aislado de la coloración no es de utilidad en la identificación del cáncer de piel, sin embargo, en el melanoma permite detectar proliferaciones de células atípicas.
Si se sospecha de una neoplasia cutánea, el especialista podrá indicar la realización de una biopsia para establecer un diagnóstico definitivo e iniciar el abordaje de la patología.
Por otro lado, el dermatólogo podrá recomendar el seguimiento de la lesión sin necesidad de una remoción inmediata. El monitoreo periódico en consultas posteriores permitirá confirmar o descartar la presencia de cáncer de piel.
Ante cualquier duda consulte a su médico
La dermatoscopia es un estudio sencillo y no doloroso, que sirve de apoyo diagnóstico para el médico tratante. La misma no requiere de una preparación rigurosa y puede ser realizada durante una consulta dermatológica de rutina.
Si durante la exploración física el especialista ve necesaria su realización, no dudes en preguntar y consultar cualquier duda o incertidumbre.
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